El litio y su nacionalización

Hasta las últimas consecuencias

La importancia del litio

El litio es un mineral empleado principalmente en la fabricación de baterías para todo tipo de artículos, desde celulares hasta automóviles, pasando por artefactos de la industria militar. Su importancia actual radica en su enorme y creciente demanda debido a la llamada “transición energética”, que sustituirá el uso de gasolina en vehículos por el de baterías.

Los movimientos en el mercado del litio han sido intensos en los últimos años:

• 2021. El precio del litio incrementó en promedio 445%. En febrero de 2020, la tonelada de carbonato de litio cotizaba en 10,800 dólares (usd); para febrero de 2022 lo hacía en 59,200 usd. Otras fuentes reportan su valor actual hasta 75,000 usd por tonelada.

• 2021. Las ventas de vehículos eléctricos a nivel mundial aumentaron un 160%.

• 2022. Tesla (uno de los principales productores de vehículos eléctricos) incrementó el valor de sus acciones en la bolsa en 700%.

• 2019-2030. Se estima que la demanda de productos de litio aumente en más de 1.3 millones de toneladas, lo que representa un incremento anual promedio de 18.5%.

A toda esta coyuntura del litio se le ha llamado la “fiebre del oro blanco”. No obstante, es preciso decir a nuestros lectores que las cifras de la exploración y explotación del litio varían de una fuente a otra. Por ejemplo, otras fuentes reportan un crecimiento mayor en la oferta que en la demanda; caídas en el precio, extracción y uso; y aumento en su almacenamiento.

Estos datos aparecen como contradictorios y nos confunden a todos, lo que genera que nos alejemos de estas discusiones políticas tan relevantes. Sin embargo, a pesar de las contradicciones expresadas en los datos, podemos concluir que el litio es un recurso que se vende muy bien actualmente, y seguirá siendo así, al menos por algunas décadas.

Contexto del litio en México

En México no se extrae litio aún, pero a partir de su auge se han dado concesiones con miras a ello. Éste es el panorama nacional:

• Existen 36 concesiones de proyectos mineros con capital extranjero, controlados por 10 empresas. Suman un área total de 97,000 hectáreas, más 537,000 hectáreas adicionales en trámite.

• Las concesiones fueron otorgadas principalmente en el gobierno de Felipe Calderón. Los derechos de explotación del litio que pudieran encontrar las empresas al explorar tienen una duración de 100 años.

• De todas las concesiones, sólo tres (Bacanora Lithium, One World Lithium y Organimax Nutient Corp.) tienen exploraciones activas. El resto de los proyectos están parados. Los proyectos inactivos son manejados principalmente por mineras canadienses pequeñas (“juniors”), al borde de la quiebra.

• El modelo de negocio minero en torno al litio consiste en especular sobre las áreas concesionadas para incrementar su valor en la bolsa de valores y recaudar capital de inversores internacionales.

• La concesión más importante es la de Bacanora Lithium, empresa que formó un monopolio minero para el litio en Sonora. Desde 2010 a la fecha, a partir de la especulación financiera con la tierra mexicana, ha recaudado inversionistas y actualmente cuenta con capital del Estado de Omán, de la empresa japonesa Hanwa y, en 2019, la minera de litio más grande de litio, la china Ganfeng compró la mitad de sus acciones. El principal cliente de Ganfeng es Tesla, principal productor de autos eléctricos. Sin extraer un solo gramo de litio, Bacanora Lithium tiene un valor estimado actual de más de 300 millones de dólares, mientras que al registrarse en la bolsa de valores sólo valía 20 millones de dólares. Asimismo, su importancia radica en que tiene la concesión del yacimiento más grande de litio en México. Para comprar dicha concesión, Bacanora Lithium pagó en 2010 sólo 6.2 millones de pesos. Finalmente, las modificaciones concretas a la neoliberal Ley Minera de 1992 que fueron aprobadas el 18 de abril de 2022 son las siguientes:

• Se creará un organismo público descentralizado encargado de la exploración, explotación y aprovechamiento del litio, función que antes detentaba la Secretaría de Economía.

• El Servicio Geológico Mexicano ayudará al organismo creado en las labores de exploración.

• Se estipula específicamente que el litio es de utilidad pública y que no se otorgarán concesiones, licencias, contratos, permisos, asignaciones o autorizaciones.

• Se reconoce que el litio es “patriomonio de la nación” y se reserva para beneficio exclusivo del pueblo de México.

• El Estado mexicano protegerá y garantizará la salud de los mexicanos, el medio ambiente y los derechos a los pueblos originarios en lo relativo a la explotación del litio.

• Se da la categoría de mineral estratégico para el Estado al litio, por lo que no su exploración, explotación y beneficio no pueden ser concesionadas.

El litio: una perspectiva política

para el proletariado

Nosotros sostenemos que lo mejor para el pueblo mexicano es llevar la nacionalización a sus últimas consecuencias. No sólo del litio, sino de toda la industria nacional, de todos los sectores estratégicos de la economía mexicana.

En cuanto al litio, seguramente el gobierno revisará las concesiones vigentes. Pero incluso yendo contra su propia reforma minera, eventualmente recurrirá al capital privado. No habrá contradicción, pues a pesar de lo que digan sus leyes actuará según sus intereses de clase pequeñoburguesa: conciliará los intereses de la gran burguesía internacional con sus propios intereses para reacomodar la distribución de la riqueza. Y esto podrá ocurrir lo que resta de este sexenio o en subsecuentes.

El gobierno actual sabe que la mayor riqueza del litio yace no en su explotación como materia prima, sino en el desarrollo de una industria tecnológica que permita entregar productos acabados, como las baterías. Pero nuevamente, no será capaz de desarrollar por sus propios medios esta industria y tendrá que recurrir al capital transnacional, tal como ocurrió con el litio en Bolivia.

Como ha demostrado la historia, todo pequeño avance en materia de estatización del litio eventualmente será aprovechado por la burguesía, que deja que el Estado desarrolle sus fuerzas productivas para en un momento oportuno apoderarse de dicho capital vía privatización, tal como ocurrió con Pemex. Y esto ocurre así porque el neoliberalismo no se ha ido, simplemente atraviesa por un ajuste a manos del gobierno actual. Por el contrario, lo que toca hacer al pueblo mexicano es aprovechar todo avance del gobierno en turno a nuestro favor. Esto quiere decir, en lo inmediato, defender y hacer cumplir en los hechos la reforma minera. Pero implica ir más allá, implica desarrollar una industria del litio que esté no en manos de un gobierno pequeño burgués, sino de los trabajadores. Y para ello la vía es llevar al poder a un gobierno verdaderamente democrático y popular, a un gobierno socialista consecuente.

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