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Nestlé: cultivar el despojo

El pasado 18 de diciembre de 2018, a pocos días de haber tomado posesión del cargo de Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció desde Palacio Nacional, que la empresa trasnacional Nestlé invertiría 154 millones de dólares para instalar una fábrica de café en el Puerto de Veracruz, la segunda en el Estado. La instalación de dicha fábrica según lo ejecutivos de Nestlé, formaría parte de un plan de negocios que tiene como objetivo convertir a México en el primer productor de Nescafé en el mundo. En la reunión estuvieron presentes además del Presidente, Fausto Costa ejecutivo de Nestlé, Cuitláhuac García Jiménez, Gobernador de Veracruz, la Secretaría de Economía Graciela Márquez Colín y el entonces Jefe de la Oficina de la Presidencia Alfonso Romo Garza, empresario dedicado al agronegocio y la biotecnología. El día 17 de julio de 2022 se inauguró la precitada planta de Nestlé en Veracruz, ahí López Obrador concluyó su discurso así: “Nestlé no ha abandonado a México, y México no va a dejar de apoyar a Nestlé”. Pues bien, intentaremos develar aquí qué hay detrás de la inauguración de la fábrica de café en Veracruz y de la frase de López Obrador.

Desde que se liquidó Instituto Mexicano de Café en la década de los noventas, y con la llegada de los primeros gobiernos neoliberales a México, se dejó gradualmente de apoyar con subsidios a organizaciones cafetaleras, pequeños productores y campesinos cafeticultores, y se les empezó a dar grandes subsidios a grandes empresas trasnacionales como Nestlé y Agromod S.A. de C.V., la primera es una empresa monopólica suiza que tiene en México 17 plantas en 7 estados, y se ha caracterizado por impulsar el monocultivo y el uso de cultivos transgénicos en sus productos, y la segunda, Agromod S.A. de C.V., cuyo propietario y dueño es Alfonso Romo Garza ex jefe de la oficina de la Presidencia y asesor de AMLO, es una empresa mexicana que se dedica a la clonación de frutos, semillas y plantas, es decir, a la biotecnología, esta empresa viene impulsando un nuevo modelo agroalimentario en nuestro país, y actualmente cuenta con los viveros más grandes de América Latina.

En 2011 Agromod S.A. de C.V., celebró un convenio con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) de la SAGARPA, en dicho convenio la empresa biotecnológica propiedad de Romo Garza se comprometió a producir 6 millones de semillas cafetaleras al año, y el INIFAP se comprometió a otorgarle el subsidio, millonario por supuesto, al mismo tiempo, Agromod S.A. de C.V., celebró un contrato de quince millones de dólares con Grupo Nestlé mediante el cual su empresa biotecnológica se comprometió a proveer 30 millones de semillas a 20 mil cafeticultores durante diez años, Nestlé por su parte se comprometió a comprar el café de sus cosechas.

Con la llegada de AMLO al gobierno los contratos han vuelto a renovarse, para que así la empresa de Romo Garza pueda seguir haciendo negocios a costa del erario público, pues dicha empresa continúa vendiendo al gobierno y a la trasnacional Nestlé los clones de planta de café del tipo robusta para que éstos sean en su momento, procesados en sus fábricas de café, ahora mediante el esquema del programa “sembrando vida”. A través de este programa el gobierno les otorga a los pequeños agricultores un apoyo mensual de cinco mil pesos a cambio de deforestar sus parcelas y preparar el terreno para que la planta o la semilla clonada sea trasplantada, y mantenida hasta su cosecha, además les obliga a vender el grano de café a Nestlé quien les compra en 6 pesos el kilogramo de café. ¡Y negocio redondo! pero sólo para Romo y Nestlé, pues Nestlé compra a un precio muy bajo el grano de café a los agricultores beneficiándose con la transacción, pues el grano de café será procesado en sus fábricas para elaborar los cafés solubles que venderá posteriormente en México, Estados Unidos y Europa a precios altos.

“Nestlé no ha abandonado a México, y México no va a dejar de apoyar a Nestlé” dijo AMLO en la inauguración de la nueva fábrica de la trasnacional en Veracruz. Pues claro, tiene razón, Nestlé no va a “abandonar” México porque aquí ha encontrado condiciones para la explotación y precarización de miles de trabajadores del campo y la ciudad, fuerza de trabajo casi regalada a la empresa monopólica, mediante los programas “sembrando vida” y “jóvenes construyendo futuro”, además, la citada trasnacional ha encontrado condiciones para el saqueo indiscriminado del agua, y ha hecho tratos comerciales con oligarcas y “colocado” a funcionarios a modo en el gobierno que le favorecen con políticas públicas donde se hace competencia desigual al pequeño campesino, al pequeño productor de café, quien está abandonando sus tierras o en muchos casos termina  vendiéndolas a los terratenientes acentuando con ello el proceso de acaparamiento y concentración de la misma, ¿cómo se va a ir del país Nestlé, por qué se va a ir del país una empresa que puede saquear recursos naturales, y vivir a costillas de los trabajadores? por supuesto que va apoyar esas condiciones, sólo que ahora disfrazadas de cuarta transformación y humanismo.

Empresas capitalistas monopólicas como Nestlé y Agromod son quienes están controlando y decidiendo actualmente qué se hace con las cosechas, con los créditos, con los precios de mercado, con las importaciones, y con las exportaciones en el sector cafetalero. Con lo anterior queda demostrado que la función del gobierno, indistintamente del partido que sea y de las siglas que sea, es la de administrar los negocios en común de la clase capitalista, y lo que hace es que pone a su disposición infraestructura, fuerza de trabajo explotada y precarizada y recursos económicos (subsidios), como lo está haciendo en el caso concreto de Nestlé y la empresa de agronegocios de Romo Garza, es decir el gobierno en turno está para garantizar la ganancia de los explotadores del pueblo.

Como pueblo no podemos permitir el avance de estos modelos de agronegocios, porque ponen en riesgo la soberanía alimentaria de México, no podemos permitir que se genere dependencia alimentaria del capital financiero trasnacional quien ha comenzado a invertir en ellos, los cuales ahora cotizan en bolsas de valores en el mundo y sus precios también. No podemos depender tampoco como pueblo permitir el cultivo transgénico del café ni la importación de agrotóxicos. Organizarse y luchar por la emancipación popular y el socialismo es una tarea y un deber urgente para terminar con este tipo de proyectos, no hay otra salida, socialismo o barbarie.

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