Soberanía: Un Plan México poco mexicano
En seis años vamos a ser la décima economía más potente del mundo. Eso dice el gobierno y el empresariado nacional en su Plan México. ¡Qué poderoso suena ese nombre! Pero… ¿de verdad será tan mexicano este proyecto?
Puntos clave del Plan México
Poco después de anunciado este Plan, publicamos al respecto el artículo Plan México: consolidar a la burguesía, desorganizar al proletariado. Recapitulemos sus puntos clave.
- Nuestra tesis principal es que esta estrategia económica, a nivel de clases sociales, consolida a la burguesía y desorganiza al proletariado.
- Las medidas económicas que propone el Plan México son una reedición de algunas viejas acciones neoliberales: deducciones fiscales y zonas económicas especiales (hoy Polos del Desarrollo para el Bienestar), entre otras.
- En todo caso, el rasgo distintivo del nuevo Plan es el grado de centralización y regulación por parte del Estado y su partido en turno: morena, bajo el discurso político de soberanía nacional y de “cerrar filas” para hacer frente a la amenaza de D. Trump.
- Es prácticamente unánime el apoyo de los empresarios mexicanos al Plan México, pues ellos mismos lo diseñaron y a ellos es a quienes principalmente beneficia.
- En contraparte, no hay representación obrera-campesina en el diseño del Plan, ni en la administración del capital. Si acaso, uno que otro charro oficialista (léase Napito Gómez) publicó en su columna, ya muy a deshora, su apoyo al “cierre de filas”. Decimos “si acaso” porque estos personajes no representan a la clase trabajadora, aunque ellos juren que así es.
- A pesar de la “unidad nacional”, la burguesía transnacional que opera en México no se subordina al Estado, como creen algunos despistados morenistas, sino viceversa.
- El Plan México exhibe al gobierno morenista como reaccionario en términos de política económica, tal como explicaremos más adelante.

Recapitulación del Plan México
¿Qué pasó en torno a este Plan hasta mediados de febrero? Revisemos algunos sucesos:
- El gobierno publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación anunciando deducciones fiscales por 30 mil mdp para las empresas que inviertan. Será sólo el primero.
- Amazon Web Service anunció que invertirá 5 mil millones de dólares (mdd) en Querétaro durante los próximos 15 años.
- Nestlé invertirá mil (mdd) en los próximos 3 años.
- La ferroviaria Canadian Pacific Kansas City (CPKC) invertirá 240 mdd este año en Nuevo León, San Luis Potosí y Guanajuato.
- Grupo Medline anunció 250 millones de dólares en Tamaulipas.
- La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) anunció una inversión por 8 mil mdd.
- Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, incorporó su Plan Sonora de Energías Sostenibles, de 2023, al Plan México. Este plan estatal incluye una amplia inversión extranjera, que promoverán unas 80 empresas de la Unión Europea. Además, una versión del Plan México difundida por gobernación presentó como uno de los principales inversionistas del Plan México/Sonora a nada más y nada menos que Grupo México, del empresario asesino Germán Larrea.
- El gobierno anunció el programa Kutsari para el diseño de semiconductores, que planea la creación de un centro de fabricación para 2026, con un esquema de inversión por definir (privada, pública o mixta).
Apenas a un mes de anunciado, ya comienzan a afianzarse las inversiones del Plan México. En estos encabezados que acabamos de exponer se lee la pugna entre inversión privada y pública, pero queda muy en claro que la privada va ganando, y específicamente la privada extranjera. ¿Y quiénes son los principales beneficiarios (o inversores como dicen el gobierno y los medios)? Amazon, Nestlé, Medline, cpkp y las firmas “verdes” de Europa, entre las empresas internacionales; en cuanto a nacionales, las acereras de la Canacero y Grupo México.

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Principales beneficiados del Plan México
Los principales inversores hasta ahora anunciados no son pequeñas empresas nacionales o pequeños productores. Por el contrario, se trata nada más y nada menos de multinacionales como Amazon y Nestlé, empresas que por lo demás no respetan ni siquiera los marcos jurídicos liberales. A nivel mundial, Nestlé ha estado involucrada en polémicas que involucran una promoción, casi imposición, de su leche en polvo, explotación infantil y privatización del agua; en México, se le ha acusado de explotación ilegal de mantos acuíferos y explotación del campesinado cafetalero de Veracruz mediante monopolios de compra. Por su parte, Amazon es un paradigma en cuanto a omisión de pago de impuestos, violación de leyes laborales y políticas de hostigamiento antisindical. ¿Este tipo de empresas son las que necesita México? Asimismo, cabe reflexionar que quien más presumió las inversiones no fueron las compañías, sino el mismo gobierno mexicano, blanqueando por ejemplo las prácticas de Nestlé bajo el argumento de que llevan operando prósperamente durante más de 70 años en nuestro suelo. Resulta vergonzante que un gobierno de progresista y de “izquierda” presuma siete décadas de explotación y expoliación al pequeño productor nacional.
Por otra parte, el caso de Larrea y Grupo México destaca porque surgió a partir de una irregularidad que denunciaron los periodistas de Rompeviento TV y de la que se ha hecho nulo eco en otros medios. Resulta que en el borrador del Plan Mexico que envió el gobierno a diversos medios, se incluía una página consignando el rubro minero y, específicamente, a Grupo México como inversor. Recordemos que este conglomerado de Germán Larrea es responsable de la muerte de los mineros de Pasta de Conchos y de dos de los peores ecocidios en el país. En esa versión del Plan Mexico, se proponía reformar la Ley Minera para permitir de nuevo la minería a cielo abierto y otorgar conseciones privadas, lo cual va en total contrasentido con las reformas antineoliberales del sector que se aprobaron durante el sexenio anterior. Más escandaloso resultó aun que dicha página del Plan Mexico desapareció de versiones posteriores, pero su existencia fue acreditada por Rompeviento TV en su transmisión.
El Plan México al servicio de la burguesía transnacional
Al inicio de este artículo nos preguntábamos si este llamado Plan México es realmente mexicano. Nuestra conclusión es que no: para nosotros, México es cardinalmente su pueblo, y este engañoso plan no lo beneficia. A quien sí beneficia es al capital trasnacional, al empresario con pasaporte mexicano o extranjero. Nosotros evitamos el término de “burguesía nacional” (que otrora se usaba mucho en el análisis marxista y que resultaba útil en el pasado); preferimos en cambio hablar de burguesía trasnacional, primero porque parte de los grandes empresarios que “cierran filas” con Sheinbaum son, efectivamente, ya parte de la burguesía trasnacional y; segundo, porque los medianos empresarios que también flanquean a la presidenta son un apéndice del capital trasnacional. ¿Qué quiere decir eso? Que los capitales que se producen en México funcionan en estrechísima relación con los capitales estadunidenses. En ese sentido, los empresarios con pasaporte mexicano o extranjero quieren simplemente garantizar dos cosas: 1) su tajada en las ganancias del pastel llamado Plan México y 2) una cierta garantía de acomodo en la división mundial de trabajo para seguir acumulando ganancias.
En cuanto al gobierno, efectivamente debe hacer frente a las bravuconerías del actual gobierno estadunidense y evitar, por ejemplo, la deportación de millones de migrantes o la imposición de aranceles. El discurso de soberanía nacional y el sellito “Hecho en México” sirven bien como arma política para esos fines. Pero decíamos arriba que en política económica el gobierno progresista de Morena resultó reaccionario. ¿Por qué? Porque a pesar de que el gobierno mexicano sabe con perfección el actual estado de la crisis de hegemonía de los Estados Unidos, a pesar de que conoce perfectamente que el T-MEC (antes TLCAN) es un tratado neoliberal que subordinó toda la economía nacional a la estadunidense, y a pesar de que reconoce perfectamente con qué calaña de empresarios está “cerrando filas”, a pesar de todo lo anterior decide por propia iniciativa plegarse a la dependencia económica con Estados Unidos, decide defender el T-MEC y decide primar los intereses de los empresarios. Vaya decisiones de “izquierda”.
En suma, el Plan México no sirve verdaderamente a los intereses de nuestro pueblo. Ofrece, en cambio, nuestra mano de obra y recursos naturales a empresas de la peor ralea, como Nestlé, Amazon o Grupo México. Efectivamente, existe una necesidad de décadas atrás de hacer frente al imperialismo estadunidense, y esa necesidad se agudiza hoy de cara al chovinismo fascistoide del gobierno gringo en turno, representado no sólo por Trump, sino también por sus grandes empresarios: Musk, Zuckerberg, Cook y Bezos (dueño de Amazon). Pero esa soberanía nacional, para ser efectiva y beneficiar profundamente al pueblo mexicano, debe expresarse en la economía política y no sólo en lo discursivo, en lo jurídico o en lo cultural. Por lo demás, la conclusión es palmaria: la lucha antiimperialista consecuente hasta el final será necesariamente una lucha antineoliberal, anticapitalista y, en el mejor de los casos, socialista. morena ya ni se nombra antineoliberal, ni hablar de anticapitalismo. Lo dijimos preliminarmente el sexenio anterior, hoy es ostensible: el pueblo debe rebasar por la izquierda a morena.
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