Neoliberalismo: vivito y coleando
Neoliberalismo
En el número anterior de fragua, realizamos una primera parte de nuestro balance sobre el primer año de gobierno del actual sexenio, si es que no lo pudo leer lo invitamos a revisarlo en el enlace. Esta ocasión buscaremos reflexionar más sobre lo que ha quedado intacto, lo que no se ha modificado con respecto a lo que se afirma en el propio informe. Quedó en el pasado la oscura noche neoliberal, se pregona desde palacio nacional. Una afirmación que nos cuesta trabajo creer. El neoli- beralismo se caracterizó en México por la aplicación de una serie de Reformas que dejaron en la pobreza a gran parte del pueblo, transformando en mercancías derechos que se habían conquistado mediante las luchas populares. El gasto del Estado en salud, educación, vivienda, soberanía alimentaria, se fue reduciendo poco a poco y dejando en bandeja de plata un gran número de empresas estatales a empresarios ávidos de hacer jugosos negocios, con el pretexto de que la iniciativa privada sabría mejor que nadie manejar las empresas y así dar más empleos un mejor “servicio”. Los sexenios de Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto se dedicaron a ese desmantelamiento del Estado y a la entrega de concesiones de explotación de agua, minerales, uso de vías de comunicación y telecomunicación. Todo esto de la mano con la aplicación del terrorismo de Estado para imponer el miedo en la sociedad que quisiera hacer frente a todos estos atropellos y el cual vivimos de manera más cruda desde el año 2006 con la ya conocida y repudiada “guerra contra el narcotráfico”.
Resultado de todos esos años fue la pobreza y miseria en la que se sumió el pueblo mexicano, pero también la lista tan larga de miles de crímenes de lesa humanidad como la tortura, ejecución extrajudicial y la desaparición forzada que ha dejado una huella. A grandes rasgos esto fue lo que significó el neoliberalismo en México y para la gran mayoría,
¿Qué significa entonces que haya quedado en el pasado la oscura nochedel neoliberalismo?
Pareciera que para algunos políticos de oficio e intelectuales del MORENA significa el simple hecho de que no regrese el PRIAN al poder, aun- que sus propias filas estén repletas de panistas y priistas que siguen cambiando de partido para no quedar fuera de la jugada y que con un curso de formación política han reflexionado y repensado su pasado neoliberal.
Para otros es que ya no se den más concesiones a los empresarios, como lo hizo López Obrador con las mineras, o separar al poder eco- nómico del poder político, algo completamente imposible pues en los hechos al poder económico lo vemos muy pegado en palacio nacional, como lo comentábamos en la primera parte de este análisis. Otros han dicho que significa que se distribuye mejor la riqueza a través de los programas sociales, donde hoy se repartan 850 mil millones de pesos a más de 32 millones de personas, algo que equivale a poco más de 2000 pesos por persona mensualmente y que a pesar de que disminuyó la pobreza sigue sin llegar a esos casi 40 millones de pobres que cuentan las propias estadísticas del Estado. Nosotros pensamos que no sólo se trata de cerrar los ojos en cuanto a lo que ocurrió en el pasado y hacer un borrón y cuenta nueva. Tampoco negamos que 40 años de neoliberalismo sea un problema fácil de resolver, pero al hacer un análisis más agudo nos damos cuenta de que muchos elementos del neoliberalismo siguen presentes en el actual sexenio y a pesar de que se tiene la posibilidad de cambiarlos no se ha hecho.
Es cuando vemos que hasta el día de hoy se han dejado intactas las concesiones que se regalaron a los burgueses avaros y que incluso, ante la posibilidad de hacer un cambio, por ejemplo, en la ley de aguas nacionales y frenar esas políticas neoliberales, se mantiene intactas las mismas que permiten la explotación de un recurso natural que es un derecho para el pueblo. Se modifica la retórica, el discurso y las palabras pero la esencia se mantiene. Otra de las políticas que hemos denunciado que siguen siendo neoliberales es el famoso Plan México, que busca fortalecer la “macroeconomía” para así garantizar la estabilidad. Con este plan se hizo un llamado a la unidad pero con los burgueses nacionales y trasnacionales, llamando a la inversión en México para que avance el desarrollo del país. Ahí no vimos ni un poquito de cambio en el discurso y políticas, al igual que en el neoliberalismo apuestan a las grandes empresas que, hay evidencia de sobra que no respetan derechos laborales, no dan salarios justos y lo peor de todo, han creado a los hombres más ricos del mundo. Y claro, también se han mantenido las famosas zonas económicas especiales ahora llamadas polos de desarrollo para el bienestar que han dado un sin fin de facilidades y beneficios a las empresas para su instalación en México. Hoy se presume 36 mil millones de dólares en inversión extranjera directa, bajo los principios de la prosperidad compartida pero que solo da prosperidad a las grandes empresas y explotación a los trabajado- res que reciben un salario que no se compara con lo que roba el empresario. Dejar atrás el neoliberalismo implica la desmilitarización del país, pero sucedió, completamente lo contrario, se creó la Guardia Nacional entrenada por los militares y para acabarla de amolar se les incorporó a la Secretaría de Defensa. Durante los últimos años en vez de castigar a quienes fueron los principales ejecutores del terrorismo de Estado se les arropó, se les dio impunidad y se les lavó al rostro con el discurso del pueblo uniformado. El fortalecimiento del aparato policíaco mili- tar a través de las reformas sobre inteligencia e investigación no es más que neoliberalismo puro, que tal vez hoy no se siente en carne propia pero que en el momento en que el pueblo se organiza y lucha hace su aparición con mucho mayor fuerza. La represión no es la misma, por supuesto, pero poco a poco se vuelve a hacer evidente y más en los estados donde la esperanza se ha agotado y el pueblo se empieza a movilizar. Ya lo vimos en Chiapas, Michoacán, Tabasco, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro, Estado de México, entre otros, donde la represión aparece al mero estilo del PRI. En el discurso se dice que se deja atrás el neoliberalismo, pero falta mucho más que un largo tramo para verdaderamente dejarlo, y pareciera no existir la verdadera voluntad de abandonarlo por el contrario el asistencialismo y los programas sociales se convierten en la mejor manera de maquillar una política que permite el progresivo aumento de las fortunas de unos cuantos burgueses. Luchemos entonces para transformar esa raíz que no se ha querido arrancar, el capitalismo y construir la democracia popular y el socialismo
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