Cuando un pueblo tumbó a un gobernador
Movimiento lechero en Puebla
La década de los sesenta, se caracterizó por su espectacular crecimiento económico nacional, muchos planes ambiciosos se ejecutaron en varias regiones del país. Un ejemplo de esto fue, la construcción del corredor industrial 5 de Mayo inaugurado en 1962, dicho corredor se instaló en la Ciudad de Puebla. Su construcción y planeación tuvo como principal objetivo, reemplazar a la tradicional industria textil que en ese momento se encontraba en franco declive, dejando en el desempleo a más de 27.000 trabajadores. El complejo industrial 5 de Mayo atrajo a múltiples empresas tales como: Pelikan, Alumex, Volkswagen e Hylsa, empresas que se suponía serían una opción laboral para los trabajadores desplazados.
Pero como siempre pasa, el progreso empresarial no significa siempre mejora de las condiciones de vida para los obreros. Las fricciones entre obreros y patrones tan frecuentes en estas coyunturas, terminan usualmente en represión política, y este caso no fue la excepción.
En 1963 tomó posesión como gobernador del Estado de Puebla el general Antonio Nava Castillo, personaje con formación militar que se propuso mantener y facilitar la viabilidad del corredor, comprometiéndose formalmente a mantener a raya a los trabajadores, por lo tanto, se ocupó de equipar y capacitar a lo grande a la policía, que renovó con personal militar para entrenar a los elementos de la corporación; por otro lado, el Departamento de Tránsito fue equipado con motocicletas y equipo antimotines.
Es claro, que todo este proyecto económico requirió recursos extraordinarios, que la clase política e inversión privada no estaban dispuestos a poner, pues para ellos todo se trata de ganar-ganar, razón por la cual el gobernador Nava Castillo decidió, junto con el congreso un aumento de impuestos, situación que generó un gran malestar entre la población, que veía como este proyecto no les traería a ellos ningún beneficio económico y que incluso ponía en riesgo su libertad por la represión ejercida por el gobierno.
En estas circunstancias, sólo bastaba un atropello más, para que el vaso se colmara, dicho evento ocurrió el 25 de agosto de 1964 cuando el congreso de la unión de Puebla aprobó la Ley de pasteurización obligatoria, esta iniciativa propuesta y emitida por el gobernador tenía como finalidad salvaguardar la salud de los consumidores, sin embargo, la percepción de la población y productores fue de que se trataba de una estrategia comercial, que beneficiaba a los grandes empresarios como la marca Punto Rojo y otras, pues sólo estos grandes productores serían capaces de cubrir los costos extras de dicho proceso.
Por si fuera poco, la producción tradicional lechera también estaba en crisis, ya que desde seis años atrás había aumentado el precio de las materias primas tales como: la pastura, que incrementó su costo en un 56%; por otra parte, las cabezas de ganado habían incrementado su precio un 18%, mientras que las herramientas un 30%; de este modo, la producción de los pequeños establos ya no era rentable.
Ante este panorama y la presión de los pequeños productores de leche, el gobernador Nava presentó un plan de apoyo el cuál consistió en ofrecer créditos por parte del Banco Nacional de Crédito Agrícola para la construcción de plantas pasteurizadoras, sin embargo, esta solución no fue bien recibida por los pequeños productores, porque estos créditos, no hacían sino precarizar aún más sus ingresos, adquiriendo con ese Banco una deuda que no tenía la certeza de poder pagar y que ponía en peligro su patrimonio.
Ante tal situación un grupo de lecheros de Chipilo pidió apoyo a los estudiantes de la entonces Universidad Autónoma de Puebla, situación que se pudo concretar gracias a que los universitarios en ese momento se encontraban bastante politizados y activos, pues tres años atrás habían pugnado por una reforma universitaria, así que tenían experiencia en la movilización. Fue así que pronto se organizaron desde mítines, brigadas informativas hasta marchas conjuntas entre lecheros y universitarios,
Como represalia al rechazo de la Ley de Pasteurización, el Gobernador del Estado plantó retenes con Policías Estatales para impedir el paso de los lecheros en las entradas de la ciudad, lo que generó enfrentamientos que llegaron al punto de que los policías les vaciaron la leche a los boteros.
Otra acción represora, fue el 13 de octubre de 1964 cuando la Policía Preventiva bloqueó una manifestación de lecheros y universitarios, con el pretexto de que no pidieron permiso, razón por la que rompieron la marcha con motociclistas del Departamento de Tránsito, acción que causó tal indignación que fue necesario convocar a un mitin afuera de la Inspección de Policía horas más tarde, dentro de aquella marcha había niños, mujeres y ancianos, mismos que resultaron gravemente heridos por ser embestidos con las motocicletas.
El 22 de octubre del mismo año, el gobierno informó que desde la Secretaría de Gobernación se estaba investigando a los agentes policiacos agresores, además de que la Ley de Pasteurización obligatoria había quedado sin efecto; no obstante, la indignación ante los tratos déspotas y prepotentes por parte del mandatario sumado al descontento desde sus primeras acciones, hicieron que el pueblo se organizara y en un mitin realizado afuera de la Universidad surgió la consigna de destituir al gobernador.
A las 7 de la noche del 31 de octubre de 1964, Nava Castillo se separó del cargo, efecto que tuvo la constante presión social, demostrando que la unión entre universitarios, lecheros y sociedad trabajadora, es capaz de frenar hasta los más grandes proyectos.
Es cierto que en 1963, la ciudadanía poblana eligió al gobernador mediante el voto directo y universal, pero este gobernador trabajó en beneficio de la clase burguesa en lugar del pueblo trabajador, a quien reprimió e hizo a un lado, entonces la respuesta fue la organización firme y consciente, articulada entre estudiantes, lecheros, electricistas, panaderos y diversos sectores de la sociedad trabajadora poblana, pues a final de cuentas, si los políticos dicen una cosa, pero en las acciones demuestran lo contrario entonces nosotros como pueblo tenemos que correrlos mediante la unión y la lucha organizada popular e independiente.
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