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El Corredor Transísmico

Suena bien, pero… ¿para quién?

El proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (ciit) es uno de los mayores proyectos de infraestructura del gobierno actual y uno de los principales compromisos para la nueva administración de Claudia Sheinbaum. Pero… ¿qué es y a quién beneficia?

El ciit es mucho más que un tren de carga que conecta los océanos Atlántico y Pacífico; se trata de una franja industrial que añadirá “valor agregado” a parte de la mercancía durante su tránsito. El proyecto consiste en los siguientes elementos:

  • Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (fit). Está formado por unos 1,200 km de vía férrea divididos en tres líneas: la Z, de Coatzacoalcos, Veracruz a Salina Cruz, Oaxaca; la FA de Coatzacoalcos a Palenque, Chiapas y la K de Ixtepec, Oaxaca a Ciudad Hidalgo, Chiapas.
  • Cuatro puertos conectados: Salina Cruz, Puerto Chiapas, Dos Bocas y Coatzacoalcos en tres estados: Oaxaca, Chiapas y Veracruz.
  • Polos de Desarrollo Para el Bienestar (Podebis). Son 12 territorios a licitación que ofrecen atractivos incentivos fiscales para la construcción de parques industriales. Priorizan las industrias eléctricas y electrónicas, de semiconductores, vehículos eléctricos, autopartes y equipos de transporte, dispositivos médicos, farmacéuticas, agroindustrias, metales y petroquímicas.

El gobierno calcula que el ciit, ya en pleno funcionamiento, generará medio millón de empleos y aportará hasta un 5% al pib. En concordancia con la tendencia de este sexenio, la administración del ciit se otorgó a la Marina.

Por lo demás, la crisis del Canal de Panamá augura un buen escenario para el Corredor, pues actualmente un navío tarda cerca de dos semanas en atravesarlo debido a la congestión y la sequía, cuando en años anteriores el tiempo era de unas 10 horas. Todo esto del ciit suena bien, pero… ¿para quién?

De las zee a los podebis

A nivel internacional, las Zonas Económicas Especiales (zee) son regiones dotadas de leyes distintas a las del resto del país que las implementa, particularmente en cuanto a lo económico. En ellas, los Estados son especialmente permisivos con las políticas de libre mercado (mínimas cargas tributarias, menor regulación en materia de derechos laborales, regímenes aduaneros especiales, etc.), lo cual fomenta la inversión extranjera.

En México, el gobierno de Peña Nieto implementó en 2016 siete zee, todas ellas en el Sur y Sureste mexicanos. Sin embargo, en 2019 López Obrador les puso fin… o eso dijo. Y es que en realidad resulta difícil diferenciar las neoliberales y peñanietistas zee de los Podebis cuatroteístas. El argumento de López Obrador para cancelar las zee fue que “eran para supuestamente ayudar, pero nunca hicieron nada por ayudar; hicieron negocios, compraron terrenos y derrocharon recursos”. De modo más técnico, Rafael Marín Mollinedo, jefe de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales explicó en 2019 que se cancelaban simplemente porque eran demasiadas, competían entre sí y pulverizaban en vez de concentrar la inversión.

Entonces, si comprendemos bien, según el gobierno la diferencia entre las zee y los Podebis radica en que los últimos están concentrados y van a “ayudar” (¿a quién?), se sobre entiende además que no padecerán corrupción. No obstante, en materia de beneficios para la burguesía monopolista trasnacional los Podebis son muy similares y probablemente hasta mejores que las zee. A saber, los beneficios fiscales para las empresas ganadoras de las licitaciones de Podebis son los siguientes:

  • Sin pago de Impuesto Sobre la Renta (isr) durante tres años. Sólo pagan entre el 50 y el 90% de este impuesto durante los siguientes tres años.
  • Descuentos adicionales en el isr por cumplimiento de ciertos lineamientos y niveles de empleo; es decir premio por respetar algunos derechos laborales.
  • Condonación total del Impuesto al Valor Agregado (iva) durante 4 años dentro de la zona Podebis y entre ellos.
  • Depreciación acelerada de la inversión durante los primeros seis años; es decir que lo gastado en activos se les descuenta de sus impuestos.
  • Opción de compra del Polo de Desarrollo luego de siete años y una vez garantizada la inversión.

Todo lo anterior además de algunos otros incentivos estatales que ofrecen Oaxaca y Veracruz, entre los que se encuentran descuentos en impuestos sobre nóminas y tenencias.

Salvando las diferencias porcentuales en los beneficios fiscales, básicamente los Podebis ofrecen beneficios similares que las zee a la clase burguesa, pero bajo lo que promete ser una mejor administración, a cargo de nada más y nada menos que las fuerzas armadas.

LOS BENEFICIADOS

Actualmente se han anunciado 14 Podebis, de los cuales ya se han licitado diez con los siguientes resultados según el portal de gobierno:

PODEBIGANADOR
Coatzacoalcos IMota Engil
Coatzacoalcos IIMota Engil
TexistepecProfharmax y Transportadora Comexsa
San Juan EvangelistaProfharmax y Transportadora Comexsa
Salina CruzMota Engil
Ciudad IxtepecHelax Istmo (no se licitó sino que se otorgó por adjudicación directa)
Santa María MixtequillaProfharmax en consorcio con ABCD Arquitectura
Matías RomeroSergio Mañón Pineda en consorcio con ABCD Arquitectura
Asunción IxtaltepecSe declaró desierta
San Blas AtempaLa comunidad se amparó contra la licitación
Chiapas. Tapachula IRecientemente anunciado y aún sin convocatoria.
Chiapas. Tapachula II
Yucatán. Progreso 1
Yucarán. Mérida 1

Como podemos ver, en realidad los ganadores son sólo un puñado de empresas. De hecho se trata sólo de dos consorcios. Por una parte, bajo el nombre de Mota Engil se encuentra el consorcio Desarrolladora Multimodal, conformado por Grupo Carso de Carlos Slim, Indi, ica y la empresa portuguesa Mota Engil, todas ellas concesionarias de la construcción del Tren Maya.

Bajo los nombres de Profharmax, Transportadora Comexsa y consorcio ABCD Arquitectura se esconde el consorcio Promotora de Desarrollo, Industria y Bienestar del Istmo de Tehuantepec (Proistmo). A pesar de su vistosa página web en la que presumen haber ganado la licitación de cuatro Polos, no existe información sobre sus dueños o acta constitutiva. Los nombres públicos asociados a Proistmo son aparentemente empleados de altos cargos. El primero es Sergio Mañón Piñeda, director de atracción de inversiones en el consorcio, y el segundo es Javier Arturo Aguilera Peña, quien firmó la concesión del Polo Texistepec y ostenta el cargo de presidente del consejo de administración de Proistmo.

Aguilera Peña es un empresario vinculado al gobierno de Omar Fayad, del pvem, en el estado de Hidalgo. Fue acusado por medios periodísticos de uso mecanismos de simulación a partir de las abundantes adjudicaciones directas que dio el estado hidalguense a su empresa (Autica) para proveer servicios de espectáculos e insumos sanitarios durante la pandemia por covid-19. Derivado de esto, la contraloría de Hidalgo terminó inhabilitándolo. Sorprendentemente, al buscar información en internet nos dimos cuenta de que los medios no han identificado que el Aguilera Peña de Fayad es el mismo que el de Proistmo. De cualquie modo, más allá de una admisible sospecha ante el personaje, es criticable la ausencia de información en torno a los beneficiarios, accionistas y dueños de Proistmo.

Finalmente, la adjudicación directa de Ciudad Ixtepec fue otorgada a un fondo danés, Copenhagen Infrastructure Partners, bajo la firma Helax para la producción de hidrógeno verde.

Pero los grandes empresarios beneficiados del ciit no son sólo los ganadores de las licitaciones. La modernización y ampliación de la infraestructura de toda la franja industrial dejará grandes ganancias para diversas empresas, entre ellas Grupo Azvi, Grupo Industrial Hermes (propiedad de los Hank Rhon y aliado de Odebrecht), Copasa, Consorcio Ferromaz (socio de Grupo México de Germán Larrea), Grupo Sacmag, Comsa Corporación (quien participó en la construcción de la funesta línea 12 del Metro), Construcción y Maquinaria SEF, etc., según lo documentó Marco Antonio Vázquez en su artículo “¿Quiénes son los beneficiarios reales del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec?”.

Los afectados

Por supuesto, los primeros y principales afectados son los pobladores alrededor del ciit. La lucha y las protestas contra el Corredor han sido ignoradas por prácticamente todos los medios de comunicación, tanto los oficialistas como los de la oposición. Sin embargo, quien desee informarse puede consultar el sitio independiente desinformemonos.org, que ha documentado copiosamente estos episodios de la lucha de clases en decenas de artículos.

Asimismo, se conformó una Misión Civil de Observación alrededor del Corredor Interoceánico, en la que se agrupan 22 organizaciones. Esta documentó 226 agresiones a defensores de la naturaleza y el territorio en los últimos tres años, que van desde hostigamientos hasta el homicidio de tres personas, pasando por allanamientos, despojos, desaparición forzada y desplazamiento forzado. Entre los agentes perpetradores se encuentra el llamado crimen organizado, la Semar, la Guardia Nacional y la fiscalía y policía estatal de Oaxaca. El informe con estos datos puede consultarse en terravidamx.org.

Cabe señalar que la tenencia de la tierra sobre la que se asentarán los Podebis era en su mayoría de tipo ejidal o comunal, en menores casos se trata de propiedad federal adquirida anteriormente para las zee o donada por Pemex. Sin considerar los Podebis en Chiapas y Yucatán, hablamos de cerca de cuatro mil hectáreas que pasarán a manos de privados, además de una demanda adicional de suelo para industrias de más de 15 mil hectáreas, necesarias para el funcionamiento de los parques industriales y conocidas como zonas secundarias o marginales.

Por lo demás, los afectados somos todo el pueblo mexicano por una razón transparente: las empresas usarán, acapararán y privatizarán recursos públicos.

¿Desarrollo? ¿Primero los pobres? ¿Prosperidad compartida?

A modo de conclusión, es importante rememorar lo ya sabido. Los Polos de Desarrollo son una forma de privatización en tanto que transfieren recursos públicos y estatales a manos de privados. Esto, además de significar inmensas ganancias para los empresarios, expande las relaciones capitalistas en nuestro país y avanza un paso más en el proceso de proletarización de la población mexicana.

¿Desarrollo? En efecto, los Podebis fomentan el desarrollo, pero no del pueblo mexicano, sino del capital. En todo caso, al pueblo padecerá tan sólo un desarrollo en su proletarización. ¿Primero los pobres o primero los forbes? ¿Cómo puede estar primero el pueblo si las ganancias creadas con recursos públicos y con el sudor del pueblo pasarán a manos de privados? Prosperidad compartida, diría Claudia. Pero, ¿qué comparte cada clase social en torno al ciit? El pueblo mexicano “compartirá” su trabajo, diez o más horas de su día a día; es decir que “compartirá” su energía vital, su vida misma. “Compartirá” sus recursos naturales y, en el caso de los habitantes de la zona, “compartirán” también sus tierras, su agua. ¿Y la burguesía monopolista trasnacional? ¿Compartirá acaso la plusvalía, la ganancia? ¿Compartirá su estilo de vida, su bienestar, sus servicios privados? ¿Compartirá los inmensos recursos naturales que acaparará para los parques industriales? ¿Compartirá su tecnología? Ni siquiera hay una política que hable de transferencia de tecnología en torno al Corredor.

En el ciit, como en cualquier otro rubro, la relación entre la burguesía y el proletariado es a todas luces injusta, opresiva e inaceptable. Sin lugar a dudas, los Podebis y el Corredor Interoceánico conforman uno de los proyectos más inequívocamente neoliberales de la Cuarta Transformación.

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