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Por los calzones de la burguesía

Inflación y monopolios

No nos cansamos de observar cómo diariamente surgen dichos con respecto a la inflación y su alto costo para la economía de los proletarios, o sea, personas como usted o como el que escribe estas líneas. Y cada cierto período surgen gentes que promueven ideas erradas, adjudicándo la inflación a factores que no son ciertos del todo lo principal, por ello en este artículo de fragua queremos responderles y que usted se lleve una reflexión interesante.
Primero, retomemos alguna información ya publicada en su prensa popular de confianza. En fragua número 75, en el artículo “Entre la inflación y los traidores”, explicamos que este fenómeno tiene sus bases en la política económica capitalista, que puede agudizarse en el neoliberalismo o en el Estado de Bienestar, pero su raíz está sentada en la forma en como se produce en un sistema económico, eso quiere decir que mientras estemos en el capitalismo el principal objetivo será incrementar las ganancias de la clase burguesa trasnacional en detrimento de millones de proletarios.
También decíamos: “En los momentos de crisis, la circulación de las mercancías se detiene y no se realiza (se queda estancada, sin venderse), provocando un desbalance entre el dinero circulante y la cantidad de mercancías que se pueden consumir. El dinero, al representar solamente la cantidad de oro necesaria para la circulación de mercancías, pierde valor, pues ahora ya no podemos comprar lo mismo con la misma cantidad de dinero. Este fenómeno es el que se conoce como inflación…” Calma, calma, ahorita le explicamos.
Como vivimos en el capitalismo, todo está basado en la mercancía, que contiene su valor de uso —satisfacer necesidades— y su valor de cambio —que puede intercambiarse por cosas de su mismo valor—, sin embargo, para que esta mercancía adquiera su verdadera realización debe ser vendida. Por ejemplo, de nada sirve producir carros si no hay alguien que los compre y los conduzca.
Pero la burguesía siempre intenta vendernos fórmulas mágicas para poder confundirnos, esa es su única arma para que nosotros no comprendamos que el problema se basa en la propia producción en este sistema capitalista, la cual es anárquica, pues prioriza la obtención de la ganancia por encima de la satisfacción de las necesidades.
Durante ese proceso, existe el fenómeno de la inflación, a esta los grandes monopolios trasnacionales siempre quieren ponerle pretextos, algunos indican que se da por falta de insumos, otros dicen que la causan los hechos bélicos, como en Ucrania o Oriente Medio, e intentan con explicaciones como la siguiente: “Es que los países encargados de suministrar X mercancía no lo hacen por la guerra, por lo tanto hay escases, por eso subiremos los precios…”. Pero, ¿es así?
Si bien esto puede ser un factor que cause la inflación, no es el determinante. Primero retomemos la idea de la producción; para producir una mercancía es necesaria la materia prima, medios de producción (herramientas, máquinas, fábricas, etc.) y fuerza de trabajo (lo que usted y yo hacemos al trabajar), con ello el capitalista tendría asegurada su ganancia al tener una mercancía que vende entre los miles que consumimos. Aquí el primer paréntesis que debemos señalar es que la verdadera ganancia del capitalista se basa en el robo del trabajo no remunerado, es decir del plusvalor, así que inclusive si vendiese una mercancía por debajo de su costo de producción él ya ganó cuando no nos paga el salario por las horas efectivas de trabajo.
Ahora, desde hace al menos un siglo, la burguesía logró ingeniárselas para poder resolver ciertos problemitas que tenía. Lo logró consolidando la fase superior del capitalismo, es decir, el imperialismo. Y esa base es, ni más ni menos, el monopolio. Hoy en día los monopolios son inmensamente grandes y han podido adueñarse de las cadenas de suministro, lo que les permite abaratar el costo de producción de sus mercancías y quebrar de paso a su competencia.
Por ejemplo, Oxfam en su reporte de 2023 sobre desigualdad señala lo siguiente: “Existen cada vez más evidencias que señalan cómo los beneficios empresariales y sus elevados márgenes son un factor que está contribuyendo significativamente a elevar la inflación. Las grandes empresas no solo están trasladando el aumento de los costes de los insumos a los consumidores, sino que están capitalizando la crisis, utilizándola como una cortina de humo para aplicar precios aún mayores.”
Los ultra ricos quieren usar sus argumentos de que hay crisis de productos para no evidenciar que ellos son los causantes de los precios altos, pues al tener el control en todos los sectores pueden poner y quitar el precio como les convenga. Y el gran problema es que el Estado no puede frenar o poner un estate quieto a esos granujas, primeramente porque ese Estado es el Estado de esos granujas, a pesar de sus contradicciones. Por ello necesitamos construir un sistema económico distinto y un Estado distinto que dé el control de los grandes medios de producción, a las manos del pueblo; en segundo lugar, ese nuevo Estado debería ser el que, por medio del propio Banco de México, ahora en propiedad de la clase trabajadora, se encargue de llevar las riendas de la economía mexicana.
Mientras eso no ocurra, los monopolios concentrados en unas cuantas manos harán y desharán cuando se les antoje, porque al final ellos tienen ganancias que les permiten posicionarse en las filas de los multimillonarios mientras nosotros tenemos que vender nuestra fuerza de trabajo para poder sobrevivir.
Señor o señora que nos lee, no tenga miedo a aprender. El miedo es nuestro principal obstáculo, es necesario profundizar en el conocimiento de la economía política desde el enfoque de clase, marxista-leninista para comprender los fundamentos en los que esos sanguijuelas basan sus pretextos para mantenernos bajo su yugo. En segundo lugar, es necesario construir el socialismo, único sistema que pondrá el interés del pueblo trabajador y explotado por encima de sus ganancias, y para ello proponemos en nuestro Programa Mínimo de Lucha, en su punto dos, que sean expropiados los grandes medios de producción en manos de los monopolios y pasen a manos del control del Estado, y en su punto sexto, en el apartado D, que el Banco de México sea subordinado a los intereses del pueblo.
Lector, lo invitamos a sumarse a las filas de la OLEP y luchar por la democracia popular y el socialismo. Por el mañana donde emergerá la esperanza del pueblo, súmese a la OLEP.


¡Luchar con dignidad con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!

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