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Ricardo Flores Magón: germen del pensamiento socialista

Este 21 de noviembre conmemoramos los 100 años de la aún no esclarecida muerte de Ricardo Flores Magón (RFM). Para algunos autores, su muerte fue un artero asesinato; para otros, el largo resultado de la constante tortura; para los menos, una desafortunada coincidencia al morir plácidamente un 21 de noviembre.

Sea como fuere, la figura de RFM y el Partido Liberal Mexicano (PLM), no pueden ni deben pasar desapercibidas, al contrario, son lumbreras que iluminan nuestro pasado, presente y futuro como clase proletaria; son muestra fehaciente de las cualidades que tenemos para transformar la realidad. Al recordar su táctica, estrategia, programa y formas de organización encontramos líneas que nos guían respecto a las tareas que debemos realizar para, por fin, ir resueltamente a las puertas de la epopeya y la gloria del pueblo pobre.

Hablar de RFM y el PLM es, obligadamente, hablar del periódico Regeneración. Esto, casi un cliché, se vuelve importante porque el periódico tenía, como el Iskra de los bolcheviques, la cualidad de ser un organizador, una caja de resonancia de los problemas del proletariado y los campesinos, una guía ideológica y práctica para la acción revolucionaria.

El papel del Regeneración es tan importante que su red de correspondencias son una muestra de la necesidad dialéctica de escuchar a las masas, reflexionar a la luz de la teoría revolucionaria y construir un plan para la acción organizada que, en los términos del PLM fue su Programa y la constitución del Partido como una organización político-militar que luchara por lograr ese Programa.

La historia del PLM fue en paralelo a la figura política de Madero, pues mientras éste avanzaba en la política oficial, no sin trabas claro está; el PLM vivía la persecución, el asesinato y el presidio de manera constante.

Mientras uno buscaba ganar escaños y vivir bajo los preceptos de la política burguesa, otro organizaba huelgas, construía base social y organizaba la base política entre los peones acasillados y los obreros, editaba el Regeneración en medio de la clandestinidad mientras iniciaba los planes para la insurrección.

Si bien los planes del PLM fueron limitados por los errores de organización y la propia represión, el Partido jamás dejó de organizar y luchar de manera independiente, siguiendo sus propios preceptos y muy claro de la necesidad no sólo del derrocamiento de la dictadura de Díaz sino de la necesidad de ligar la libertad política con la libertad económica o, lo que en términos del marxismo-leninismo nombraríamos, la lucha por la más amplia democracia y la posesión de los medios de producción por parte del proletariado.

Ricardo y el PLM jamás quisieron subordinarse a las políticas burgueses de Madero, al contrario, en un primer momento supieron aprovechar la coyuntura que éste personaje y su agrupamiento político de burgueses y pequeño burgueses anti-reeleccionistas impulsaron para poder abrir brecha y llegar a más pueblo con las ideas libertarias del Partido materializadas en su Programa de 1906.

Al mismo tiempo, señalaron desde el principio que la figura de Madero y sus correligionarios no era más que la figura de un nuevo amo, que si el proletariado se subordinaba a su dirección bien podría alcanzar una cierta libertad política que básicamente se limitaba a la lógica electoral y lograr la Constitución de 1857 lo cual, frente a la dictadura, claro que era un avance, pero que en lo esencial, en lo material, las condiciones económicas seguirían siendo las mismas y el pueblo seguiría viviendo bajo el yugo de la opresión capitalista.

Los magonistas advertían de la necesidad de dotar de consciencia del papel histórico del proletariado como la clase llamada a transformar la sociedad porque esta clase es la que construye todos los bienes de la sociedad, la que echa a andar las máquinas, la que hace el surco para cultivar la milpa y que el problema oscilaba en que nosotros no gozábamos de eso que producimos sino que se nos roba para darnos una mísera parte llamada salario.

Esta línea política es la que estableció y difundió el Partido, ese que con 19 personas tomó Mexicali, ese que fue llamado filibustero porque decían que había intereses creados detrás de sus justas acciones, ese que fue perseguido en Estados Unidos mientras que el gobierno norteamericano le permitía comprar armas de manera irrestricta a los partidarios de Madero pues veían en él un nuevo aliado y como bien dicen por ahí: los EUA no tienen amigos, tienen intereses.

Por eso, reivindicar la figura del Ricardo Flores Magón es reivindicar la figura de un revolucionario proletario, del germen del hombre nuevo. Con sus errores y contradicciones, acentuadas por la historiografía burguesa, Flores Magón es un digno jefe político de nuestra clase, uno que nos enseñó:

  • La necesidad de un Partido revolucionario para organizar y dirigir al pueblo tanto en condiciones legales como en condiciones de clandestinidad
  • La necesidad de un periódico que fungiera como organizador del descontento popular, como herramienta de agitación, propaganda y guía para la acción revolucionaria
  • La necesidad de mantener la independencia de clase y jamás subordinarse frente a los intereses de la burguesía ni de la pequeña burguesía
  • La necesidad de ligar las luchas inmediatas por mejorar las condiciones de vida del pueblo con la necesidad histórica de superar el capitalismo

Ricardo Flores Magón, como diría José Revueltas, no sólo es un “precursor de la Revolución” sino el germen del pensamiento socialista de nuestro pueblo y como tal debemos recuperar su memoria y no hay mejor manera de enarbolar su legado que luchar por la transformación radical de la sociedad, por una transformación que no ponga a nuevos amos sino que coloque al proletariado como la cabeza que dirija el futuro de la patria; una transformación guiada por la bandera roja del socialismo y regada por la sangre de todos y todas nuestras hermas de clase que durante años, décadas y más de un siglo han pavimentado este camino con sus propias vidas.

Hagamos pedazos nuestras cadenas y alcancemos la gloria terrenal; luchemos con dignidad, con el pueblo organizado, luchemos hasta vencer.

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