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Proyectos de infraestructura, ¿al servicio de quién?

En este sexenio hemos visto cómo los proyectos de infraestructura de la 4T han ido avanzando a pasos agigantados, desde la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de dos bocas, el Tren Maya y las distintas carreteras y autopistas. La mayoría de estos proyectos y en específico los de transporte buscan ese desarrollo capitalista facilitando la circulación de mercancías y abriendo nuevos mercados o explotando aún más los ya existentes, por lo que los beneficiados siguen y seguirán siendo los capitalistas.

Es el caso del Tren Maya donde a inicios del mes de enero se dio a conocer la construcción de nuevos trazos en el tramo 5 que va de Cancún a Tulum, y cómo siempre los empresarios son parte fundamental en estas decisiones pues los hoteleros desde el año pasado ya estaban solicitando un cambio de ruta al mismo presidente y al director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo.

Este es un claro ejemplo de cómo la burguesía es la mayor beneficiada en el Estado de Bienestar, y con esto no queremos decir que nos oponemos al desarrollo, pero buscamos que ese desarrollo beneficie verdaderamente al pueblo, donde los trabajadores tengan derechos laborales y sus familias acceso a una vida digna.

Por lo tanto, no necesariamente el que el Estado tenga el control de toda esta nueva infraestructura significa que el pueblo será el principal beneficiado. Claro que tampoco nos encontramos en la misma situación que en sexenios pasados donde la privatización se agudizó a más no poder, pero los principales ganones siguen siendo los grandes burgueses nacionales y transnacionales pues se dan concesiones para la construcción y administración de todos estos proyectos.

Otro ejemplo de cómo la burguesía sigue acumulando capital e incrementado sus fortunas multimillonarias, independientemente si nos encontramos en el Estado de neoliberal o de bienestar, es la cercanía de Carlos Slim, el hombre más rico de México, con el actual gobierno, donde López Obrador ha declarado que este burgués es un buen empresario y que tiene un papel importante en el desarrollo del país. Recordemos que Slim es dueño de Carso Infraestructura y Construcción, empresa que ha recibido licitaciones no solo para la construcción del Tren Maya sino también las tuvo para la construcción de la línea 12 del metro la cual dejó tras su caída 26 muertos. Por eso, para nosotros la burguesía buena no existe, únicamente existe la burguesía explotadora que solo busca acrecentar sus ganancias a costa del pueblo trabajador y en el capitalismo el Estado siempre se va a encontrar al servicio de estos capitalistas.

Por lo tanto, la infraestructura debe estar bajo el control de un Estado que deje de representar los intereses de la burguesía, y la pequeña burguesía debe estar bajo el control del proletariado y que sea él quien decida cómo y dónde es que se construya toda esa infraestructura para el beneficio de la gran mayoría. Únicamente en el socialismo alcanzaremos ese objetivo por eso debemos seguir luchando por la recuperación de la industria nacional, empezando por aquélla que fue vendida y privatizada desde 1982, y de los sectores estratégicos como las vías de comunicación, la industria petrolera o el turismo. Organicemos y alcancemos esa verdadera democracia popular para avanzar a una sociedad más justa.

¡Contra el despojo, la represión
y la explotación, resistencia, organización y lucha por el socialismo!

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