La ENAH: crisis institucional y resistencia
Burocracia contra la educación
“Al contrario los años la muestran como una escuela cambiante, sujeta
a los vaivenes tanto internos como externos, pero viva y muy viva.
Esta lucha entre lo nuevo y lo viejo sigue y seguirá.”
Leopoldo Valiñas Coalla
Posterior a la publicación de resultados de selección a la ENAH 2022 para ingreso a la Escuela, se abrió un gran debate en torno al derecho a la enseñanza y los mecanismos de ingreso a la educación superior. Lo grave, desconcertante es que la Escuela de Antropólogos e Historiadores, se suma al problema de rechazados, en una Institución con espacios NO ocupados, en un proceso de selección que iniciará sin cubrir los espacios mínimos ofertados, afectando a la educación superior y pública de este país.
La crisis institucional que hoy se manifiesta en la Escuela, no solamente se traduce en cancelación de materias, más de 100 el semestre anterior, para este semestre 40 optativas más, por no tener 5 alumnos inscritos. Hoy nos enteramos por parte de un Comité de Admisión, del cual no ha sido aprobado en los Consejos Académico, como Consejo Técnico que consultó con las academias el cupo de estudiantes para cada una de éstas y el número de aciertos considerados como mínimos para poder ingresar a cada una de las especialidades, descartando la segunda opción, que facilitaba el ingreso de grupos de 40 alumnos aproximadamente, esta medida afectó a 3 licenciaturas: Etnohistoria, Etnología y Lingüística.
Es preocupante que en un contexto de pandemia, de confinamiento y virtualidad, se tome esta disposición tan agresiva por parte del grupo directivo, como el rechazo por parte de las academias de la ENAH. Sobre todo no ser solidario con una generación lastimada, abandonada, y discriminada. Esta medida, sin lugar a dudas, agrava el problema de la falta de espacios públicos en la educación superior, convirtiéndose en una realidad muy lejana para los jóvenes de la actualidad. Si partimos del derecho constitucional, la educación en México es un derecho humano y se está privando de ésta a los jóvenes. La escuela tiene la infraestructura necesaria, salones, capacidad docente, NO hay que crear nada, solo mejorar lo existente. Estamos negando el acceso a una educación de calidad pública, gratuita, universal, pero en comunidad, unos cuantos NO deben decidir por todos.
Esta acción demuestra la necesidad de refundar el proyecto institucional académico a través del segundo Congreso Reconstituyente, el otro fenómeno presente es la exclusión educativa, la discriminación, la intolerancia, el odio, el elitismo, la falta de respeto y la burla, por parte de sectores reaccionarios que realizan memes, comentarios, juzgan y criminalizan las luchas sociales, y aplican políticas neoliberales.
Fue necesario emitir un desplegado público de la Dirección, de los integrantes del Consejo Técnico y Académico, profesores, alumnos y trabajadores respecto a los actos de denostación y descalificación que han sido publicados en redes sociales en contra de los aspirantes de nuevo ingreso, se expresa también que la comunidad se opone a estas manifestaciones de “derechización” de ciertos sectores en la Escuela y denuncia que no son hechos de individuos aislados, es una campaña orquestada.
Se reitera que la Escuela es una Institución de Educación Superior. No una “unidad administrativa”, como afirman las autoridades de la Escuela y el INAH. Los profesores y alumnos NO fuimos informados, ni consultados, en academias ampliadas, según reglamentos, se apuesta al despido, por lo que debemos defender nuestra fuente de empleo. Esta medida de aspirantes NO aceptados a futuro incrementa la precarización, acrecienta la frágil estabilidad laboral y violenta nuestra demanda al trabajo digno. Situación que caracteriza la actual Dirección, que apuestan por el deterioro oficial, abandono e indiferencia institucional. Se está generando un conflicto peligroso, que podría comprometer la existencia de la misma escuela.
Se hace un llamado enfático al país, a la comunidad universitaria, a estudiantes, profesores y trabajadores a que discuta, se pronuncie en relación a esta problemática, con el objetivo de encontrar soluciones adecuadas legítimas y viables. Otra posibilidad es realizar un debate público incluyente, interinstitucional y multisectorial para discutir mecanismos más justos y equitativos para el acceso de todos los aspirantes a una verdadera educación superior pública, gratuita y de alto nivel académico, ya que pretendemos crear una institución modelo, pero en comunidad. Dentro de las acciones realizadas, ya se empezó el diálogo con organizaciones para ampliar la lucha. Lo significativo que ya no es un problema de presupuesto o de burocracia dorada y vacas sagradas, se transforma en una Escuela clasista, racista, elitista, sexista con un modelo psicopedagógico de filosofía de la educación agotado, de violencias de muy diversos tipos, bulling, acoso laboral, acoso sexual, narco, asaltos y porros.
Una forma de resolver esta situación ha sido la postura de la Academia de Antropología Social, que demuestra sensibilidad, disposición y compromiso al aceptar que se abra la segunda opción y puedan ingresar a la licenciatura, cubriendo ciertos criterios y acudiendo a clases, quedando pendiente y pronta su resolución.
Es fundamental que aumente el presupuesto destinado a la educación pública de tal forma que garantice un alto nivel académico, docencia, investigación para todos los jóvenes que lo soliciten y que hayan concluido el nivel de estudios inmediatamente anterior. En el programa mínimo de lucha de la OLEP, se encuentra señalada la importancia de la educación pública, para todos y una demanda popular para nuestra juventud.
En estos tiempos de crisis la Escuela de Antropología demuestra que atraviesa y agudiza un incierto panorama. Veremos los resultados y la lucha por democratizar los espacios universitarios.
¡Porque la Educación es un derecho y no un privilegio!
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