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La desaparición forzada de Alaíde Foppa

Una herida abierta

En conmemoración del Día Internacional del Detenido Desaparecido, dedicamos este artículo a la memoria de la poeta, escritora, profesora, feminista y activista social: Alaíde Foppa, quien fue víctima de desaparición forzada en 1980 en Guatemala durante la Guerra Civil.

Los delitos de detención arbitraria y desaparición forzada, desorganizan al pueblo a través del terror y el control para silenciar a opositores políticos, activistas, periodistas y personas que luchan por la democracia popular y el socialismo.

En este contexto, la vida de Alaíde Foppa estuvo estrechamente vinculada a la lucha de la clase trabajadora, la cual conocemos a través de su participación en la lucha social y de su trabajo académico y artístico.

Alaíde nació en Barcelona en 1914 y sus padres pudieron brindarle oportunidades para desarrollarse a nivel académico. Vivió un tiempo en Argentina, luego en Italia donde estudió la Secundaria, el Bachillerato en Bélgica y la Universidad nuevamente en Italia; el dominio del  italiano y el francés le permitió trabajar durante varios años como traductora, sus primeros poemas los escribió en italiano.

En 1943, Alaíde llegó a Guatemala junto con su familia en medio del movimiento social conocido como la Revolución de Octubre, que buscaba poner fin a la dictadura Ubiquista que había gobernado durante 14 años. En medio de este contexto, Alaíde se convirtió en voluntaria de un hospital y participó en campañas de alfabetización.

Durante esta época, también conoció a Alfonso Solórzano, comunista y fundador del Partido Guatemalteco del Trabajo, con quien contrajo matrimonio y tuvo cinco hijos. Aunque vivieron unos años en París, en 1950 regresaron a Guatemala durante el gobierno del Coronel Jacobo Árbenz Guzmán, quien durante su mandato realizó expropiaciones de tierras a grandes empresas estadounidenses, lo que provocó la intervención de Estados Unidos con el fin de evitar el avance del comunismo en América Latina. Como resultado, un golpe de Estado respaldado por la CIA en 1954, obligó a Alaíde y su familia a exiliarse en México después del derrocamiento de Árbenz Guzmán.

En México, el hogar de la familia Solórzano Foppa se convirtió en un punto de encuentro para los exiliados guatemaltecos, incluyendo a jóvenes ex guerrilleros que habían participado en la revolución guatemalteca y con el tiempo, sus hijos se involucraron activamente en el movimiento del 68 y gradualmente se sintieron atraídos por la lucha armada en su país natal y en años posteriores regresaron a Guatemala a realizar trabajo político de base para crear el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP).

En 1970, publicó su poemario Elogio de mi cuerpo, que abordaba el reconocimiento del cuerpo de las mujeres. De manera paralela, se involucró en eventos políticos junto a destacadas figuras del feminismo mexicano de esa época y comenzó como conductora del programa Foro de la Mujer en Radio Universitaria.

En 1975, fundó la revista feminista Fem, donde difundió sus ideas, mostrando su simpatía por el socialismo como sistema económico necesario para lograr la emancipación de las mujeres. También abogó por marcar las diferencias existentes en la agenda de luchas entre mujeres ricas y mujeres pobres, ya que estas no pueden ser clasificadas como una única clase social debido a los diversos conflictos que enfrentan dependiendo del país y la clase social a la que pertenecen.

Comenzó su carrera como docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, impartiendo cátedras de literatura italiana y sociología. Además, destacó como una influyente escritora en géneros como la poesía y el ensayo, desempeñando un papel relevante en el movimiento literario y cultural de México. Paralelamente, continuó su activismo político al participar en diversas actividades y eventos relacionados con los derechos humanos y la igualdad de género.

En agosto de 1980, Alaíde recibió la noticia de que su hijo Juan Pablo había perdido la vida en combate en junio de ese mismo año. Pocos días después, enfrentó la pérdida de su esposo, quien falleció en un trágico accidente en el Distrito Federal.

Este desgarrador giro de los acontecimientos en la vida de Alaíde la motivó a utilizar los medios de comunicación en los que participaba para dar una mayor difusión a la problemática que azotaba a Guatemala. Cada vez más comprometida, apoyo activamente la lucha armada  y se comprometió con los sandinistas de Nicaragua a realizar una gira por Europa para conseguir recursos y apoyo internacional para la guerrilla en Guatemala.

En diciembre de 1980, tomó la decisión de viajar a Guatemala, pero el 19 de diciembre, Alaíde fue secuestrada y desaparecida por el ejército guatemalteco, dirigido por el dictador Romero Lucas García, en plena luz del día en la Ciudad de Guatemala. Poco después, su hijo Mario también fue asesinado. Ante estos sucesos, organismos internacionales y grupos de intelectuales de Francia, Estados Unidos y México exigieron sin éxito, que Alaíde fuera regresada con vida. Años más tarde, su hijo mayor, Julio, lideró una campaña internacional exigiendo la presentación con vida de su madre, sin embargo, hasta la fecha no se sabe nada de su paradero.

Como organización que lucha por la emancipación de pueblo oprimido, decidimos recordar la historia de Alaíde, pues es considerada uno de los pilares más importantes del feminismo en México y porque su trágico destino por luchar por la transformación de la sociedad, por dignidad y justicia dio a conocer al mundo entero la situación de un país como Guatemala que ha adquirido notoriedad a nivel mundial por ser uno de los países de América Latina con el mayor número de personas víctimas de desaparición forzada, alcanzando una cifra alarmante de aproximadamente 45 mil. Lamentablemente, el gobierno guatemalteco actual representa los intereses de la clase política tanto nacional como estadounidense que en 1954 dio el golpe de Estado para poner fin al gobierno surgido tras el movimiento revolucionario contra la dictadura Ubiquista, por todo ello, como organización recordamos a Alaíde y decimos: 

¡Ni perdón, ni olvido!

¡Castigo a los asesinos!

Contacto:

olep.contacto@gmail.com
fragua.olep@gmail.com
Facebook: olep.fragua

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