El arte al servicio de las luchas populares
Rini Templeton
No somos felices porque hemos conseguido algo,
sino más bien, porque estamos luchando para lograr algo.
—Rini Templeton
Rini es una artista popular en muchos sentidos, pero pocos la conocen. La fama anónima, esa es una de las grandes contradicciones que marcan a la figura de Lucille Corinne Templeton (1935-1986). Incluso puede que su nombre de artista —Rini Templeton— no nos diga mucho, pero sin saberlo la conocemos por sus dibujos, pues casi seguro los hemos visto en la portada de algún disco, en una propaganda, en un cartel, en un periódico o un sticker, en un muro, en una lona de protesta. Fue pintora, escultora y grabadora; con su obra gráfica, contribuyó a la liberación del proletariado de diversos países en América.
Cada una de sus viñetas es un pequeño retrato de la lucha de clases, siempre del lado del oprimido; por ello, en total congruencia, Rini liberó a su arte de la cadena del derecho de autor, poniéndolo a disposición de las luchas de todos los pueblos. Y he ahí la segunda contradicción de la figura de Rini, que sin haberse dedicado de tiempo completo a una sola lucha, las más diversas luchas de América sí se incorporaron íntimamente a su arte.
Nació en Búfalo, Nueva York en 1935. Desde pequeña publicó poemas en diarios locales ya bajo el pseudónimo de Rini. Muy joven, la curiosidad la llevó a un viaje por todo Estados Unidos, donde conoció y participó pueblos indios como los navajos, quienes luchaban por tierra; además, en su país natal, también apoyó y defendió los derechos de las y los chicanos.
Como viajera incansable, recorrió diversas latitudes y acompañó los sueños de libertad de muchos de los pueblos latinoamericanos. En Cuba, participó activamente en las campañas de alfabetización, trabajando en la zafra y compartiendo sus conocimientos artísticos a través de diversos talleres. Ante el golpe de Estado en Chile, se movilizó para recaudar fondos y apoyar la causa del pueblo chileno. En Nicaragua, con expresa invitación del gobierno sandinista participó junto con el grupo Germinal en la formación de cuadros de prensa y propaganda para la Revolución.
En la década de 1950, viajó por primera vez a México, el país que ella hizo propio y en donde estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”. En nuestro país conoció el Taller de Gráfica Popular y el trabajo de varios muralistas y del grabador José Guadalupe Posada, quien a través de su arte expresaba el repudio a la dictadura de Porfirio Díaz.
Se integró al Frente Mexicano de Grupos de Trabajadores de la Cultura y colaboró escribiendo y diseñando para la revista Punto Crítico, editada por estudiantes del 68. En 1985, tras el sismo que asoló la Ciudad de México, apoyó a los movimientos de personas damnificadas. Un año después, nuestro país le dio su último adiós: Rini Templeton falleció en la Ciudad de México a los 51 años, dejando un legado que nos corresponde no sólo recordar, sino continuar.
Templeton usó cada partícula de su creatividad como un instrumento de lucha. Su arte se convirtió en un poderoso medio para visibilizar las injusticias sociales y promover la solidaridad entre los pueblos. En cada viaje, hizo un trabajo meticuloso de reportaje gráfico que pone en práctica la comunicación popular: comunicar para generar diálogo, reflexión y para generar un proceso de transformación social. En su obra gráfica podemos encontrar desde la imagen de unos niños entretenidos jugando a las canicas en la tierra de un vecindario sencillo, hasta la de una mujer con rebozo, angustiada porque se la llevan dos hombres con cascos y palos.
Sus trazos sencillos y gruesos son hechos con la intención de que las imágenes sean reproducidas fácilmente por cualquiera que las necesite en una lucha, como nosotros en fragua lo hemos hecho (en el sitio riniart.com se pueden descargar más de 600 dibujos). En consecuencia con lo anterior, Rini no firmaba sus obras, lo que muestra una visión distinta de la autoría donde el arte está al servicio de las necesidades del pueblo y su uso colectivo lo despoja de cualquier noción de propiedad o derecho de autor. Esta propuesta contrasta profundamente con el arte burgués, que apela a la individualidad y al culto por el artista.
En suma, Rini Templeton es un ejemplo de lucha para las y los artistas y militantes de todo el mundo, pues no sólo puso su arte al servicio de las necesidades de lucha de los pueblos, sino que también puso en práctica los principios revolucionarios que conoció en cada una de las causas con las que se solidarizó.
La manera en que Rini relacionaba el arte y la actividad política nos invita a insistir en la necesidad de utilizar las manifestaciones artísticas como herramientas de lucha, y no sólo eso, sino también a seguir el ejemplo de la artista militante que no se conforma con el uso del lápiz o el papel, sino que marcha, asiste al mitin, toma el azadón, la pala y el machete para cortar caña, tal como Rini lo hizo en Cuba, México y Nicaragua.
Gracias a su vida llena de congruencia y sencillez, características de una verdadera revolucionaria, su obra ha trascendido épocas y fronteras. Esperamos, a través de este artículo haber rendido un merecido homenaje a la artista que rompió con todo tipo de estereotipos y que nos enseñó que, adoptando los principios de las luchas populares es posible transformar la realidad y dejar un legado que inspira a más personas a seguir luchando por la justicia y la libertad.Imagen representativa de Rini
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