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Chiapas: lobos vestidos de ovejas / Fuerza Pakal 

Desde hace años, el Estado y su lógica represiva se han ensañado con Chiapas, esto tiene un por qué, lo dijimos en nuestra editorial pasada (Fragua, 94); pero ahora hablaremos del presente, pues pese a que gobierna la “cuarta transformación”, vemos que son progresistas en unas entidades y represivos en otras. En este artículo hablaremos del gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar y su flamante secretario de seguridad, Oscar Alberto Aparicio Avendaño. 

LA POLÍTICA DE SEGURIDAD EN CHIAPAS

Comencemos, lo que sucede en Chiapas no es algo nuevo, desde el alzamiento zapatista en 1994 el Estado tomó la decisión de desmantelar y aniquilar toda forma de organización popular. Como dijimos también, fue por medio del Plan Chiapas 94 que se dio pie al comienzo de una guerra contra el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), utilizando al paramilitarismo como su instrumento para perpetrar sus actos. Posteriormente, esto se volvió un método para amedrentar ya no sólo a bases zapatistas; sino también, a otras comunidades u organizaciones que se mostraran inconformes.

Ejemplo de ello, es la larga lista de organizaciones que han denunciado violaciones graves a sus derechos humanos, tales como la desaparición forzada, ejecución extrajudicial y detención arbitraria. Para muestra de lo anterior, el Comité Cerezo México señala que tan sólo en el último período de 2023-2024 se registraron 31 casos de graves violaciones a los derechos humanos por motivos políticos en Chiapas. 

¿Acaso la estrategia de seguridad no iba ser distinta? Según desde el 2018 se pasaba a combatir las causas y se admitía el derecho a disentir, o eso expresaba el entonces encargado del ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Pero notamos que del “dicho al hecho, hay un gran trecho”, pues en Veracruz, Guerrero, Zacatecas, Oaxaca y Chiapas la situación no estaba siendo con la directriz que emanaba desde el ejecutivo federal. 

Fuerza PAKAL
Fuerza PAKAL

Recordamos al lector que, en el 2019, primer año morenista en Chiapas, fueron recluidos de manera arbitraria cuatro compañeros integrantes del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), encabezados por el represor consagrado Rutilio Escandón Cadenas y el siempre injusto, Jorge Llaven Abarca, fiscal en su gestión, después diputado federal del Congreso de la Unión y actualmente otra vez fiscal de la entidad. En dicho período fue un golpe tras golpe para el movimiento popular independiente que se organiza y observa que el gobierno en turno – sin importar el bando – siempre cumple su función represiva y somete al pueblo a los grandes intereses del capital trasnacional. 

LOS GOBIERNOS EN CHIAPAS

El gobierno de Rutilio Escandón pasó por penas y glorias, pese a los intentos de limpiar su imagen en los medios, los habitantes sabrán mejor que nadie que su papel sólo fue de pantomima, eso sí, con grandes fortunas para sus arcas, por ejemplo: ahora cuenta con propiedades con un valor cercano a los 500 millones de pesos; un conjunto de cinco ranchos en el estado de Chiapas, tres en Tabasco y uno en Campeche; en total son 5 mil 385 hectáreas, con 58 toros registrados con un valor total de un millón 740 mil pesos y 4 mil vientres de ganando con un valor aproximado de 140 millones de pesos, más maquinaria pesada para agricultura y ganadería de alta tecnificación, junto a un aproximado de mil empleados. ¡Viva el humanismo mexicano… caciquil! 

Y en la actualidad la entidad es gobernada por el candidato de la alianza Morena-Partido Verde Ecologista, Eduardo Ramírez Aguilar, quien es un individuo que fue tomando lugar dentro de la estructura partidaria en los gobiernos de Velasco Coello y de ahí se convirtió en un férreo representante de la causa humanitaria morenista (si, ajá), que le permitió la candidatura y ganar los comicios. 

Una de sus primeras acciones del gobernador fue crear la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), que en sus palabras es una policía eficiente para combatir la inseguridad. Le traducimos: lo que el honorable gobernador quiso decir, un cuerpo policiaco-militar que será utilizado como represor del pueblo inconforme, por su atención, gracias. 

¿CUÁL ES LE PAPEL DE OSCAR ALBERTO EN CHIAPAS?

Dicho cuerpo está a cargo de un “santito”, el “policía” Oscar Alberto Aparicio Avendaño, parte de la Fuerza Área Mexicana. Militar con gran “honor” dentro de la estructura castrense, mismo que cuenta con maestría en estudios de seguridad y defensa en la escuela militar norteamericana Colegio de Defensa Interamericana, en Washington, DC., y un curso de formación inicial y francotirador por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). Comenzó su carrera en 1999 en la extinta Procuraduría General de la República (PGR), adicional de ser participe en distintos estados de la tarea de seguridad en el llamado período de “guerra contra el narcotráfico”, del cual ya conocemos sus resultados. 

Para no poner todo su currículum aquí, señalamos dos fechas destacadas, en 2014 fue director de seguridad en Apatzingán, Michoacán; coordinador de operaciones especiales en 2014 y responsable del operativo de fuerzas federales en el Operativo del Ejecutivo Federal en Michoacán, en ese año las grandes mineras de la zona vieron incrementadas sus fortunas. ¿Causalidad? No lo creemos. De ahí, al 2023 fue nombrado subsecretario de Operación Policial en Zacatecas, lugar donde implementó la creación de Fuerza de Reacción Inmediata de Zacatecas (FRIZ), parecida a la que hoy se implementa en Chiapas, dicha fuerza en esa entidad a la fecha tiene levantadas quejas ante la Comisión de Derechos Humanos por tortura, detención arbitraria y otras violaciones a los derechos humanos. 

Vemos entonces, como el este militar-policía tiene un “buen” antecedente de procurar la paz y justicia en los lugares a los que acude a prestar sus servicios. ¿Será nuevo lo que vaya a realizar hoy en Chiapas? ¿La estrategia de seguridad de la entidad coincide con lo que se nos dice desde la hoy encargada del ejecutivo federal? Veremos cómo transcurren los hechos al pasar del tiempo; sin embargo, lo que ya es una realidad es que este será un sexenio marcado por la contrainsurgencia y de terrorismo de Estado en Chiapas. 

La creación del FRIP, presentada como bombo y tarola, sólo es la continuidad de una política dirigida desde el Estado, la de frenar el descontento del pueblo por medio de sus corporaciones policiaco-militares; el nombramiento de Oscar Avendaño de parte de Eduardo Ramírez sólo es una muestra de que Chiapas es el bastión de la contrainsurgencia. 

Como Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), seguiremos denunciado las acciones cometidas desde el Estado o de sus “ayudantes” paramilitares y caciques que quieren sembrar el terror en las filas del pueblo trabajador. Adicional, invitamos a la población a seguir de cerca este tema y tomar nuestra propuesta esbozada en el Programa Mínimo de Lucha en su punto cuatro, terminar con terrorismo de Estado y la represión política, donde decimos que se debe prohibir la capacitación de elementos del ejército mexicano por el ejército gringo y desmilitarizar la vida social del pueblo, desmantelar a todos los grupos paramilitares y respetar los derechos humanos. Te invitamos a leer, reflexionar y organizarte con nosotros y denunciar a los que utilizan la violencia contra el pueblo. 

¡Contra el despojo, la represión y la explotación, resistencia, organización y lucha por el socialismo!

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