Migración en Venezuela

27 junio, 2025 OLEP

Colaboración de Sergio Canache.

Venezuela atraviesa una compleja coyuntura política, social y económica, resultado de una combinación de factores tanto externos como internos. Entre los factores externos, destaca la Orden Ejecutiva 13692, firmada en 2015 por el entonces presidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz, Barack Obama. Esta orden catalogó a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos”. Resulta paradójico que un país de aproximadamente 34,48 millones de habitantes, sin armas nucleares o biológicas, portaaviones o desarrollo militar significativo, pudiera ser considerado una amenaza para una potencia mundial.

Pero, ¿por qué se nos consideró una amenaza inusual? Según cifras de la CEPAL, Venezuela fue el país que más redujo la pobreza en el continente para el año 2013.

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¿Qué consecuencias trajo el decreto de Obama?

Esta medida generó un profundo deterioro en las relaciones diplomáticas bilaterales y tuvo graves repercusiones económicas, sumándose a la caída de los precios del petróleo. La imposición de 1028 sanciones a funcionarios gubernamentales y empresas estatales, y el aumento de la inflación, afectaron significativamente los ingresos de la población y el crecimiento económico del país.

En cuanto a los factores internos, se puede señalar el papel de la oposición venezolana, cuyas acciones han contribuido a la inestabilidad política y social del país. Algunos sectores de la oposición han sido acusados de promover actos de violencia y terrorismo, generando confrontaciones que han llevado a la nación al borde de un conflicto interno. Muchos dueños de empresas privadas son señalados de acaparamiento o de reducir la productividad de sus empresas a niveles mínimos para crear escasez y desabastecimiento, como ocurrió en los años 2017 y 2018, cuando el pueblo venezolano sufrió una falta de suministros en casi todos los rubros: alimentos, insumos médicos, artículos de aseo, entre otros, que afectan la vida cotidiana del venezolano.

Éste también vio afectados sus ingresos por la hiperinflación. Además, al sector opositor se le critica por solicitar intervenciones extranjeras y sanciones económicas, medidas que han tenido un impacto negativo en la calidad de vida de los ciudadanos. Estos factores, tanto externos como internos, han condicionado el día a día del venezolano común, quien se encuentra atrapado en medio de una lucha de poder que trasciende lo político, lo económico, lo social y hasta lo personal.

En este escenario político que se planteó en el país, que podríamos describir como una guerra híbrida, ya que no solo se desarrolló en el plano económico sino en todos los sectores que hacen vida en el país, la situación económica y una campaña mediática a favor de la migración trajeron como consecuencia directa, en primer lugar, la migración de personas especializadas (fuga de cerebros) en distintas áreas, con el otorgamiento de beneficios que ni siquiera los ciudadanos de los países receptores disfrutan.

Pero, al momento de migrar el pueblo trabajador a esos mismos países que recibieron a nuestros compatriotas en primera instancia, empezaron a surgir grandes conflictos sociales como la xenofobia, el racismo y la culpabilidad de las deficiencias y problemas de esos países atribuida a la migración bolivariana.

Esto se debe a que es parte de una campaña de desacreditación al pueblo venezolano, víctima de una campaña de desprestigio por parte de los sectores que incentivaron este fenómeno. Cabe destacar que no todos los migrantes han sido hombres y mujeres honestos, ya que un mínimo porcentaje de compatriotas que ha salido de nuestras fronteras se ha dedicado a realizar actos al margen de la ley, trayendo como consecuencia la estigmatización del migrante venezolano.

La financiación de la USAID y de redes de “coyotes” creó una red de trata de personas donde a muchas de ellas se les garantizaba seguridad social, trabajo y hasta alimentación. Todo esto fue una vil manipulación por parte de sectores de derecha de Venezuela y de la USAID, debido a que se pretendía crear falsas expectativas con la manipulación de cifras de migrantes y así crear una falsa realidad del país, haciendo ver al mundo una crisis humanitaria de niveles que solo países en conflictos bélicos podrían tener en número de desplazados, y así poder justificar una intervención extranjera al mejor estilo de los Estados Unidos y de la OTAN. Entendamos que ellos solo intervienen en países que son ricos y donde sus gobernantes no les convienen para sus intereses imperiales.

Plan Vuelta a la Patria

Debido a que el impacto mediático de la migración ha perdido efecto y no ha debilitado al gobierno bolivariano, sino que más bien lo ha fortalecido, ya que el Estado venezolano ha creado mecanismos para velar y repatriar a los compatriotas que desean volver al país, como es el Plan Vuelta a la Patria. Este consiste en que, por medio de las embajadas y consulados, los connacionales solicitan una repatriación al país y estos serán traídos de regreso sin costo alguno. Esto ha puesto en tela de juicio la retórica mediática que expone la derecha radical venezolana, trayendo como consecuencia la creación de una matriz mediática negativa hacia los compatriotas que están siendo señalados de pertenecer a bandas criminales y que todos ellos pertenecen al grupo delictivo trasnacional del Tren de Aragua, lo cual es totalmente falso, debido a que la gran mayoría del migrante venezolano son personas que salieron a buscar mejoras en sus condiciones de vida y han sido víctimas de esta guerra híbrida que ha sufrido el pueblo de Bolívar.

Con la llegada de Donald Trump al poder y su plan de deportación, catalogando a los compatriotas que se encuentran ilegales en los Estados Unidos como enemigo extranjero bajo una ley que data del año 1798, la cual no se adapta a las realidades ni al derecho internacional humanitario ni a lo vivido por la humanidad desde el Holocausto Armenio ni el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial, con este pretexto han sido enviados hacia Guantánamo y a cárceles en El Salvador sin importar si son hombres trabajadores o no, solo por el simple hecho de ser venezolanos y por tener cualquier tipo de tatuajes. Cabe la interrogante: ¿es que ya no les son útiles los migrantes para crear una imagen negativa de la revolución bolivariana? ¿O simplemente tienen miedo a los hijos de Bolívar y Chávez? Las deportaciones de grandes grupos de personas a limbos jurídicos son una flagrante violación a los derechos humanos. Es risorio cómo el país que se dice llamar el defensor de los derechos humanos es la nación que ha matado más inocentes en el planeta en nombre de la libertad y es el que más ultraja los derechos humanos.

La actitud fascista, colaboracionista y servil del gobierno de Nayib Bukele con respecto a los migrantes deja mucho que decir de este señor, a quien se le ha olvidado que sus antepasados llegaron a El Salvador procedentes de Palestina y que él también tiene sangre de migrante, y que, al igual que sus antepasados, los migrantes también están buscando mejoras de vida. Y ahora envían a los migrantes venezolanos a campos de concentración modernos por tan solo unas monedas.

Opinión

En mi opinión, creo que está llegando el momento de la unidad latinoamericana, no solo por parte de los gobiernos, muchos de los cuales buscan solo responder a los intereses de sus amos del norte, sino por parte de los pueblos que compartimos tanto cultura, historia, religión y hasta el idioma. Padecemos de los mismos males como sociedad, y resultaría liberador que nuestros pueblos no se vieran como extraños y que avanzáramos juntos hacia un porvenir sin importar las nacionalidades. Es el momento, compañeros, de tomar conciencia y no creer en las retóricas que suelen difundir los medios corporativos pro-imperiales, que solo manejan la verdad a su conveniencia, sino analizar con determinación que todos aquellos que han dejado su país de origen lo hacen en busca de un sueño y de mejoras económicas para ellos y sus familias. !