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Dirigentes de Morena y chapulineo

Los sapos tragando sapos

En FRAGUA hemos abordado metódicamente el “chapulineo” de políticos neoliberales hacia las filas de Morena. En el número 91, en el artículo “Las alianzas neoliberales de Morena”, nombramos a José Chedraui (expriísta y empresario, candidato a la alcaldía de Puebla por el partido guinda) y a Rommel Pacheco (expanista, clavadista profesional, pero a las filas de Morena, y candidato a la alcaldía de Mérida). Acusamos también la alianza con Morena de uno de los mayores impresentables en Baja California, un personaje acusado de vínculos con el narco, lavado de dinero, asesinato, tráfico de animales: Jorge Hank Rohn, ahora arrojado del “paraíso” de esa alianza. Sin embargo, llama la atención que hasta la fecha su hijo Juan Carlos Hank Krauss aparece en las listas del INE como candidato a diputado federal por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) junto con otra oportunista de primer nivel, Mónica Juliana Vega, quien compite por una senaduría apadrinada por el mismo partido, aliado del Morena.

En el número 90, en “La liga de los impresentables” criticamos la conversión cuatroteísta de otra caterva de chapulines: Alejandro Armenta, Ignacio Mier, Manuel Velasco, Eduardo Ramírez, Sasil de León, Alma Alcaraz, Ricardo Sheffield, Claudia Delgadillo, Carlos Lomelí, Margarita González Sarabia y Verónica Camino Farjat.

De cara a las elecciones de 2024 y con 20,708 cargos públicos en disputa, el chapulineo se agrava. Por supuesto, no han faltado las críticas desde las bases de Morena a su dirigencia por medio de marchas, manifestaciones, mítines, campañas y discusiones en los círculos de formación y espacios políticos. En respuesta, Mario Delgado (presidente de Morena) y Citlalli Hernández (secretaria general) salieron a defender a los recién adheridos, cada uno por su cuenta, pero ambos en entrevista con Sabina Berman.

Vamos a ver qué dijeron los mandamaces de Morena a sus bases. Citlalli Hernández expuso algo así como su “teoría del sándwich”, a saber: que el pan de arriba es el proyecto de Morena; el pan de abajo el pueblo consciente, organizado y movilizado, que cuestiona y critica; y, en medio, están los chapulines. Interpretó las manifestaciones antichapulineo como algo sano, pero más adelante expresó que “se exagera” este tema. Justificó, además, la inclusión de los neoliberales en su partido con el argumento de que la gente los aceptó por medio de encuestas. Asimismo, aceptó algo evidente: no pudieron concretar la construcción de cuadros propios. Hernández sobre todo recalcó que esta estrategia era necesaria para implementar el plan C; es decir, ganar la mayoría calificada en las cámaras para aprobar las reformas pendientes.

Por su parte, el arrogante Mario Delgado no concedió error alguno y se vanaglorió de que en Morena militan 2.5 millones de personas. Sacó también la carta bajo la manga: las encuestas en las que la gente acepta la candidatura de políticos conversos; en su lógica, el pueblo es tan grande que da la oportunidad a los chapulines a favor de la Cuarta Transformación y tiene la tarea de regularlos. Al cuestionarlo sobre el PVEM, se deslindó de la responsabilidad de Morena en candidaturas que no van en alianza, como la de los plurinominales. También afirmó que Morena no pierde su identidad y que los chapulines no alteran el proyecto, sino que ellos asumen sus principios y valores. Para ello, explicó que deben aprobar un curso en el Instituto de Formación Política del Partido y esa es la garantía de que conocen el proyecto morenista al que se incorporan. Finalmente, describió la estrategia política: en donde Morena no tiene fuerza suficiente para imponer a alguien de confianza, optan por “romper la hegemonía PAN-PRI” a nivel local; luego, esperan poder postular a alguien de izquierda.

Nosotros sospechamos de estas explicaciones y las criticamos, tal como lo hacen las bases más consecuentes de Morena. ¿Por qué ningunear y calificar como “exageraciones” a las manifestaciones y expresiones antichapulines de sus bases? ¿Basta con aprobar un curso para que los mañosos políticos de antes se conviertan? ¿No peca de idealismo el pensar que estos chapulines beneficiados materialmente por el Estado neoliberal van a cambiar sus valores de un día al otro? ¿No sería más lógico pensar que pueden refrendar los valores de Morena de dientes afuera, pero en los hechos seguir operando para beneficiarse personalmente? ¿Por qué luego de seis años como gobierno no han podido construir cuadros propios, sobre todo con la abundante militancia que presumen? ¿Será que la dirigencia no puede imaginar una estrategia distinta en los distritos adversos a Morena? ¿O será que prefieren el pragmatismo de aceptar candidatos con recursos económicos para las campañas? Si bien es cierto que el pueblo debe regular a sus representantes, ¿acaso no Morena tiene una corresponsabilidad en ello, sobre todo no eligiendo a estos parásitos políticos en primer término? ¿Acaso no también deberían asumirse como corresponsables de las plurinominales del PVEM en tanto que Morena prácticamente salvó a dicho partido y lo empoderó?

Reflexionando al respecto, llama la atención cómo ha virado de 2018 a la fecha la visión que Morena tiene del pueblo y sus tareas políticas e históricas. Si bien antes confiaban en su participación calle por calle para construir el movimiento, hoy la dirigencia la subestima y mira con superioridad y con un dejo de displicencia. ¿Por qué decimos esto? Porque, por ejemplo, si como Citlalli Hernández nos explica, el proyecto es lo primordial (tapa del sándwich, como dicen), ¿acaso consideran incapaz a la gente de entenderlo y salir a votar por el proyecto en vez de por un apellido?, ¿no votarían a favor del proyecto representado por un cuadro discreto, pero consecuente en vez de votar “a favor” del proyecto a pesar de ser “representado” por un cuadro neoliberal? En la entrevista a Delgado se leyó un comentario de redes sociales: “El peligro nunca fue que Morena convirtiera a México en Venezuela, el peligro es que Morena vuelva a México otra vez territorio del PRIAN. ¿Cómo? Al dejar entrar, por su puerta de atrás, al gobierno a los prianistas que los electores sacamos con nuestros votos”. Delgado comentó al respecto: “detrás de ese tweet, hay una idea que es errónea, que el pueblo es tonto”. ¿Pero no será acaso que justamente porque el pueblo no es tonto advierte que los políticos chapulines son oportunistas y corruptos? ¿No será que justamente porque el pueblo es sabio se da cuenta del riesgo de aceptar a las ratas del naufragio prianista? Decía el personaje de una película famosa “tonto es el que hace tonterías”. Y aquí, ¿cuál es la tontería, manifestarse contra el chapulineo o aceptarlo ignorando a las bases?

No existe una relación definitiva de todos los chapulines en Morena. Esta información está dispersa. Pero, considerando que el pueblo mexicano necesita saber quiénes son, decidimos publicar la siguiente lista, en la que inevitablemente faltarán nombres. Algunos de estos oportunistas han entrado a la Cuarta Transformación por la puerta grande (con foto al lado de Claudia Sheinbaum y apapacho); otros entraron por la de atrás (vía PVEM u otras alianzas locales). En los casos en que el PVEM o MC los postulen sin alianza, se indica entre paréntesis, a sabiendas de la ya mencionada corresponsabilidad de Morena en su candidatura.

Chapulines candidatos a gubernaturas. Alma Alcaraz (Guanajuato), Claudia Delgadillo (Jalisco), Margarita González Saravia (Morelos), Alejandro Armenta Mier (Puebla).

Chapulines candidatos a alcaldías. Rommel Pacheco (Mérida), José Chedraui (Puebla), Hanna de Lamadrid (Coyoacán).

Chapulines candidatos a senaduría por mayoría relativa. Jorge Carlos Ramírez Marín (Yucatán), Sasil Dora Luz de León (Chiapas), Carlos Lomelí (Jalisco), Verónica Camino Farjat (Yucatán), Eugenio Hernández Flores (Tamaulipas, PVEM).

Chapulines candidatos a senadores plurinominales. Javier Corral, Alejandro Murat, Manuel Velasco Coello (PVEM), Adrián Ruvalcava (suplente, PVEM).

Chapulines candidatos a diputados por mayoría relativa

  • Baja California: Nancy Sánchez Arredondo.
  • Baja California Sur: Luis Armando Díaz.
  • Chiapas: Roberto Albores Gleason.
  • Ciudad de México: René Vivanco, Carlos Madrazo.
  • Colima: Leoncio Morán.
  • Estado de México: Adrián Fuentes, Julieta Villalpando, Luis Miranda Barrera, Gerardo Ulloa Pérez y Luis Enrique Martínez Ventura.
  • Guanajuato: Ricardo Sheffield.
  • Hidalgo: Ricardo Crespo, Alma Lidia de la Vega.
  • Jalisco: Merilyn Gómez Pozos yNelly Muñoz (MC).
  • Morelos: Isaac Pimentel.
  • Nuevo León: Irgla Guzmán Treviño, Alberto Fernández Cisneros y Oliverio Tijerina.
  • San Luis Potosí: Francisco Adrián Castillo Morales.
  • Sonora: Anabel Acosta.
  • Tabasco: Iván Peña Vidal.
  • Tamaulipas: Olga Juliana Elizondo.
  • Tlaxcala: Alejandro Aguilar.
  • Puebla: Tony Gali López, Carlos Ignacio Mier.
  • Quintana Roo: Juan Carrillo.
  • Veracruz : Maru Pinete y Rosa Hernández Espejo.
  • Yucatán: Jessica Saiden.

Chapulines candidatos a diputados plurinominales

Eruviel Ávila (PVEM), Fernando Castro Trenti, Hugo Erik Flores, Cuahtémoc Blanco, Manuel Espino, Mónica Fernández César, Víctor Hugo Lobo Román, Gonzalo Espina Miranda, Eduardo Ramírez López (PVEM).

Otros políticos .Anilú Ingram, Jorge Kuri y demás funcionarios actuales del estado de Veracruz que en desbandada brincaron a principios de marzo al PVEM y mostraron apoyo a Claudia Sheinbaum. Omar Fayad, exgobernador de Hidalgo, se escindió del PRI en octubre de 2023 con un grupo de políticos que denominó Grupo Plural Independiente, para integrarse al PVEM. Un mes después, López Obrador lo nombró embajador en Noruega.

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