Imperialismo alimentario y subordinación
¡Ni maíz ni menos!
El 20 de diciembre del 2024 un panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (t-mec), anunció su fallo en contra de México en el caso de la prohibición de maíz transgénico para el consumo humano, dicho fallo está en relación a la Controversia iniciada por el gobierno de Estados Unidos (eu) contra el Decreto Presidencial emitido el 13 de febrero de 2023, por el gobierno de López Obrador.
Para recordarle a nuestros lectores, este decreto entre otras cosas prohibía la presencia de maíz transgénico en la masa-tortilla y normaba que la presencia de maíz transgénico desapareciera gradualmente de la industria pecuaria (alimento para ganado) y de otras industrias alimentarias. Este decreto tenía de antecedente uno emitido en 2020, donde se ponía el 31 de enero de 2024 como fecha límite para el uso de glifosato y de una sustitución total del grano de maíz transgénico en todas las industrias, que al final fue sustituido por el decreto de 2023. Ustedes pueden encontrar en el número 82 del periódico fragua un análisis sobre este pequeñísimo cambio y que demostraba la subordinación de México hacia el imperialismo yanqui.
Esta dependencia se hace más evidente con este fallo, pues la respuesta de México es acatar la resolución, ¿qué quiere decir esto? que México debe realizar nuevamente el proceso administrativo para emitir su decreto en contra del maíz transgénico, pues dicen “El Panel acepta que México está tratando de abordar preocupaciones genuinas de buena fe, y sugiere que dichas preocupaciones podrían canalizarse a través de un proceso adecuado de evaluación del riesgo, medidas basadas en principios científicos y un diálogo entre todas las Partes del t-mec para facilitar un camino constructivo hacia adelante”. Es decir, toda la información que el país recopiló a través del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías sobre lo perjudicial de utilizar agroquímicos y maíz transgénico queda subordinado a los intereses comerciales de nuestros “queridos” socios, pues para los tres expertos que conformaron el panel, cabe resaltar se trata de expertos en comercio internacional y en aspectos legales vinculados a procesos comerciales, es más importante un proceso administrativo que la salud de todo un pueblo.
Este fallo vino a develar situaciones sumamente preocupantes para el país, pues se hace evidente cómo la alimentación de nuestro pueblo depende de las exportaciones de eu, le compramos a las grandes empresas trasnacionales norteamericanas casi tres cuartas partes de la comida que compramos al exterior, casi todo el maíz, puerco y productos porcícolas, lácteos, carne y derivados de aves de corral, trigo, azúcar, soya, harina de soya y alimentos preparados, es decir, si por alguna razón las fronteras se cierran no tendríamos el desabasto en alimentos sería grave, no solo eso, también son ellos los principales compradores de los productos agropecuarios que se producen en México, compran el 92%, con la pequeña diferencia que las grandes empresas trasnacionales, en su mayoría de origen norteamericano, les venden productos hortofrutícolas, aguacate, jitomate, tequila y cerveza y no su base de alimentación, como es nuestro caso.
Es ese sentido algo que debemos mirar con más detalle es justamente la producción de maíz, en la que México es autosuficiente en maíz blanco, es decir, todo el grano que se usa para la elaboración de masa y tortillas es producido en el país, sin embargo en la última década la producción quedó estancada, pues la superficie destinada a la siembra de maíz ha disminuido de 7.7 millones de hectáreas a poco mas de 7 millones, entre otras cosas, porque es más redituable cultivar berries para la exportación que sembrar maíz y frijol para alimentar al pueblo.
Con base en este hecho nos remontamos a una entrevista que emitió el titular de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural Julio Berdegué Sacristán, en donde hace mención de los programas en apoyo a los pequeños y medianos productores, como Producción para el Bienestar, Fertilizantes para el Bienestar, Precios de Garantía, Bien Pesca y Sembrando Vida, estos programas tienen asignado, para este 2025, un presupuesto de 86 mil 800 millones de pesos, con lo que se pretende recuperar la autosuficiencia alimentaria, sin embargo las cifras nos dan un indicador de cómo se encuentra el sector rural en el país, más del 60% del ingreso total de los hogares rurales proviene de actividades no agropecuarias, como programas sociales o empleos temporales en el comercio y los servicios, es decir, los campesinos ya no son campesinos, han dejado de cultivar, pues muchos de ellos prefieren cobrar los apoyos y conseguir otros trabajitos que sembrar, pues también es evidente que sembrar sale más caro que no sembrar. Esto tiene lógica cuando descubrimos que las mejores tierras están en manos de las grandes empresas de la agroindustria y por más apoyos gubernamentales que se den, es muy difícil que el campesino compita con los grandes capitalistas.
Por lo que el fallo pone de manifiesto que la única manera de recuperar el campo mexicano como sostén de la soberanía alimentaria pasa por una transformación del modelo económico. Es decir, necesitamos terminar con la propiedad privada de grandes extensiones de tierra a manos de las grandes empresas agroindustriales de capital trasnacional y empezar a producir en el campo de una forma distinta, es decir bajo una economía planificada que tome en cuenta las necesidades del pueblo y no de los dueños de las empresas. El único modo es a través del socialismo, un sistema económico que piensa en el humano y en la naturaleza, en donde las mejores tierras sean utilizadas para sembrar la comida que el pueblo necesita. Por ello te invitamos a que conozcan nuestro trabajo como organización que lucha por el socialismo y la democracia popular.
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