ArtículosAnálisisFragua#112

La lucha de clases en Ecuador. La “paz” contra el pueblo

Durante los primeros años del siglo XXI, en América Latina han habido olas de gobiernos autodenominados progresistas, los cuales, en la mayoría de los casos se han limitado a reformar las constituciones locales. El resultado de esas reformas fue mejorar la maquinaria capitalista. Y aunque tuvieron un amplio respaldo popular, gracias a mejoras inmediatas en las condiciones de vida del pueblo, al no desterrar el sistema económico social capitalista de sus países, esos gobiernos fueron condenados al agotamiento y a severas crisis económicas que a su vez han desencadenado graves crisis políticas y sociales.

El narcotráfico


Estas crisis han sido aprovechadas por la ultraderecha para hacerse ver como la verdadera alternativa a todos los males, de este modo se explica por qué han llegado al poder figuras como Daniel Noboa en Ecuador, país primer lugar en el continente al exportar más del 60% de la cocaína de Sudamérica, lo que ha provocado que ese país sea uno de los más inseguros del continente al registrar más de 5 mil homicidios relacionados con el narcotráfico durante la primera mitad de 2025, cifra que representa un aumento del 47% de este crimen a comparación del mismo periodo en 2024.


La gran contradicción es que mientras el crimen organizado se desplaza descaradamente en el país, el Estado, lejos de atender las raíces de este problema, prefiere dirigir la maquinaria militar contra el movimiento popular independiente. El cual, al protestar ante las medidas neoliberales de Daniel Noboa, han sido reprimidos con policías y con el propio ejército ecuatoriano. ¿Y para las bandas criminales qué hay? Nada, solo impunidad para actuar y acrecentar grandes ganancias con la exportación de drogas dentro de los contenedores de fruta de la Exportadora Bananera Noboa.


Desde la olep nos preguntamos: ¿para eso la burguesía habla de paz? Y entonces, ¿para quién es? ¿Para el pueblo trabajador o para los grandes empresarios y sus negocios? Pues mientras hablan de paz, de que no debemos ser violentos o de que el pueblo es el violento cuando se defiende, ellos, los empresarios, políticos, delincuentes, patrocinan y blindan de impunidad a las bandas criminales que hacen su trabajo sucio para garantizar los grandes negocios capitalistas.

Por dicha razón, cuando surge un grupo armado revolucionario, la burguesía lo ataca furiosamente al criminalizarlo con el nombre de “terrorista”, o bien, prepara el terreno para dar un golpe blando, pero certero y violento con acuerdos de “paz” y participación en la izquierda partidista, tal como sucedió con la guerrilla ecuatoriana, ejército que verdaderamente fue del pueblo, pero desmantelado ante el oportunismo y los acuerdos de “paz” tramposos del Estado ecuatoriano.


Durante las dictaduras del siglo XX en América Latina, Ecuador no fue la excepción, con un gobierno militar que mantuvo el poder por casi 20 años, y no fue hasta 1979, cuando se dio un “retorno a la democracia” con la llegada de Jaime Roldos a la presidencia. No obstante, este periodo estuvo manchado por la sangre que la dictadura en su ocaso todavía derramó, como lo hizo con la masacre de 120 zafreros del ingenio azucarero Aztra en octubre de 1978.

Alfaro Vive Carajo


El descontento popular y el entusiasmo revolucionario que contagió a América Latina luego del triunfo de la Revolución Sandinista en Nicaragua en 1979, se focalizó en la operación de diferentes células guerrilleras en distintos puntos del Ecuador, mismas que en enero de 1982, conformaron las Fuerzas Revolucionarias del Pueblo Eloy Alfaro, cuya consigna fue ¡Alfaro Vive, Carajo! (frp-avc)


Las frp-avc iniciaron sus operaciones en junio de 1983, con misiones militares como un ejército consolidado, pero no se limitaron al combate contra el Estado, sino que también realizaron acciones de agitación y propaganda invitando al proletariado ecuatoriano a la insurrección con folletos o simplemente con pintas en paredes. Además, el internacionalismo proletario no fue hecho a un lado, gracias a que Alfaro Vive mantuvo contacto con otros ejércitos populares como el m19 de Colombia.


Sin embargo, esta fuerza popular carecía de la comprensión clara de la ciencia del marxismo-leninismo, lo cual provocó que no tuvieran más referencia que algunos de los movimientos de la izquierda latinoamericana de aquellos años como el ya mencionado m19, por lo cual, en 1988, una parte de las frp-avc consideró que la táctica ya no era la lucha armada sino la lucha electoral, ahora tenían que unirse a la izquierda partidista. A final de cuentas, el ambiente estaba permeado por la caída del Muro de Berlín, el desmoronamiento de la Unión Soviética y porque muchas guerrillas estaban en vísperas de entregar las armas y de firmar acuerdos de paz como el mismo m19, que fue desactivado en 1990.


En 1988, el clima interno del Ecuador estuvo marcado por la contienda presidencial donde Rodrigo Borja fue electo, pues la parte del frp-avc que se quiso unir a la izquierda electoral consideró que era su momento para llegar al poder mediante la democracia burguesa, situación que fue analizada por la parte consecuente del frp-avc, quienes plantearon la siguiente táctica: mientras los oportunistas hacían su acuerdo de paz y entregaban las armas para participar en las elecciones, ellos ganarían tiempo para reorganizarse en el trabajo de base y ganar masas para no desaparecer y continuar con la lucha revolucionaria.




Durante meses la parte oportunista del movimiento mantuvo negociaciones de paz y entrega de armas con el gobierno, las cuales culminaron el 7 de marzo de 1989; la esencia de dicho acuerdo fue la “reincorporación” a la legalidad y a la política de los miembros del frp-avc, obviamente, todo esto “por el bien de la paz social”, sin embargo, la parte consecuente de la guerrilla ecuatoriana se mantuvo activa hasta los primeros años del siglo XXI.


Es evidente que la burguesía es consciente del poder de las formas de luchas proletarias organizadas, por ende, teme tanto que la concientización y la formación política haga posible en algunas coyunturas el armado masivo del pueblo oprimido, por lo que en momentos revolucionarios con un discurso de “paz y amor” o de “no hay que polarizar” siempre operará de manera tramposa para limarle los colmillos al pueblo trabajador para dejarlo indefenso e imponerle impunemente políticas económico sociales a su conveniencia e intereses, pues total, para la burguesía el pueblo trabajador debe aguantar todo. !

¡Viva la resistencia de los pueblos por su autodeterminación!

Correo: olep.contacto@gmail.com y olep.contacto@gmail.com

Facebook: https://www.facebook.com/olep.fragua

Instagram: https://www.instagram.com/fragua.olep?igsh=NHNuN2k1anQwNnpy

Linktr.ee: https://linktr.ee/fraguaolep

WhatsApp: 5578375605

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

six − 3 =