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Los patrones son los insensibles

La doctora estaba indignada ¿cómo era posible que ese joven sabiendo que tenía CODIV-19 fuera al hospital por su incapacidad? Todo porque en la clínica familiar había demasiadas personas en la misma situación.

En el mensaje que escribió en el grupo de wat’s expresaba que por gente como esa la pandemia se propagaba, gente irresponsable que con dos días de saber que tenía la enfermedad, salía de su casa por una incapacidad hasta el tercer día.

Lo que olvida a la doctora es que en cualquier trabajo después de la tercera falta sin justificación el patrón te puede despedir como siempre lo hacen: con la “mano en la cintura” y sin la liquidación que les exige la Ley.

Pero la jefa de gobierno de la CDMX sí conoce la Ley y por eso, en un gesto de “sensibilidad” declaró el día 8 de enero que hablaría con las autoridades del IMSS para que las personas que sintieran síntomas de resfriado común dieran por hecho que tenían COVID y no se presentaran a laborar sin necesidad de tramitar la justificación que evitara el despido.

Aunque no dijo nada de los patrones que están solicitando la prueba COVID negativa para poderte contratar o incluso directivos de las escuelas primarias en la CDMX para que los hijos asistan a la escuela.

En ambos casos hay unas personas que sin decir nada públicamente lo dicen todo: los grandes empresarios, los patrones, los que han utilizado la enfermedad para continuar tan inhumanos como cuando estaba Peña Nieto o Calderón en la presidencia, de nada han servido los llamados morales a su humanidad, pues siguen sin respetar los derechos laborales de los trabajadores.

Con neoliberalismo o como ahora dicen algunos “sin” neoliberalismo las trabajadoras y los trabajadores pagamos con nuestra salud y en miles de casos con la vida, la necesidad de ganancia de los grandes empresarios, la necesidad de producir por producir, de producir plusvalor para aumentar las fortunas de quienes en las crisis se hinchan como garrapatas pegadas a la piel de las vacas en los potreros o como las chinches, a la piel humana en las nuevas vecindades llamadas unidades habitacionales en las grandes ciudades.

Mientras estos parásitos de la clase burguesa consumen sin producir, ganan sin producir, roban sin producir absolutamente nada, la clase trabajadora alimenta con su salud y su vida los mecanismos de la producción y la reproducción del capital.

Mientras los empresarios aumentan sus fortunas (así lo dijo el mismísimo presidente) las autoridades hacen llamados a su buena voluntad, a su humanidad, para que limiten su apetito de ganancia sin fin.

La clase trabajadora debe saber que en esta situación los únicos irresponsables son los burgueses, los grandes patrones, los grandes empresarios que a costa de seguir siendo millonarios siguen despidiendo y lucrando con la necesidad del pueblo por obtener un miserable salario, que sigue siendo miserable gracias a lo que llaman inflación.

La clase trabajadora debe saber también que los llamados a la humanidad de los burgueses a sus principios morales y a su comprensión los han hecho muchas personas, entre ellas ilustres personas, sabias personas desde hace más de 200 años, esos grandes pensadores fueron nombrados socialistas utópicos, incluso Roberto Owen, un empresario humanista pensó que con el ejemplo podía sensibilizar al resto de los integrantes de su clase de que era posible obtener ganancias y reducir la jornada de trabajo de 14 a 11 horas, de dar un día descanso a los obreros, de que tuvieran oportunidad de estudiar.

Los demás empresarios aprovecharon la humanidad de Owen para quebrar su empresa…

La clase trabajadora comprueba día con día que la buena voluntad de los empresarios tiene como límite su insaciable necesidad de ganancia…por eso pedirnos que confiemos en esa clase parásita, ladrona y asesina es pedir que nos entreguemos sin luchar como borregos al matadero.

Otro ejemplo de la sensibilidad de las autoridades y de la sensibilidad de los empresarios es que cobran menos por las pruebas…el pueblo en la cuesta de enero a diciembre y los empresarios y autoridades enriqueciéndose con la enfermedad, ahí están todos los laboratorios “humanistas” ahí están las autoridades de la UNAM tan generosas cobrando a 500 pesos las pruebas para “su comunidad” y a 700 para externos, ahí están las alcaldías de la Benito Juárez y la Miguel Hidalgo en la CDMX cobrando hasta 320 pesos las pruebas…ahí están los laboratorios Polanco, Salud Digna, Jenner, Azteca y muchos más lucrando con la enfermedad y llenándose sus bolsillos…¡cuánta humanidad, cuánta sensibilidad con quienes los hacen más ricos!

Quienes lideran este gobierno piensan, están convencidos, que los llamados morales a la humanidad de la clase burguesa es un instrumento poderoso para que dejen de enriquecerse a costa de la vida digna de la clase trabajadora, la realidad histórica y actual nos enseña que sólo la movilización, la organización de la clase trabajadora por sus intereses inmediatos e históricos son la garantía para arrancar de nuestra piel a las chinches y garrapatas que han engordado por decenas de años gracias a nuestra vida.

¡Arrancar el neoliberalismo de raíz, luchar por la democracia popular y el socialismo!

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