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Mentira y difamación métodos para la destrucción

Algunas de las primeras armas del Estado para atacar a las organizaciones independientes son la difamación, la mentira y el rumor. Como bien sabemos, para que el rumor o la difamación surtan efecto y sean creíbles deben contener algo de verdad o no.
Pero ¿qué es verdad y qué no lo es cuando escuchamos la difamación o el rumor sobre organizaciones o camaradas?
Cuando apenas comenzamos a establecer relaciones fraternas de carácter político, este proceso de discernir entre la verdad y la falsedad es más complicado, pues en muchas ocasiones el efecto inmediato es desconfiar y alejarnos.
Ese es precisamente el principal objetivo del Estado con la difamación, el rumor y la mentira: aislar a las organizaciones independientes del resto del pueblo y de las personas que con interés ven en ellas una alternativa de organización y de forma de vida o que simplemente están en la búsqueda de hacer algo contra las injusticias que vivimos cotidianamente. No es la primera vez, ni será la última, en que vemos cómo nuestros esfuerzos por construir organización son derrumbados u obstaculizados por personas que siembran la desconfianza entre quienes se acercan al trabajo político que realizamos.
Esto nos lleva a señalar que aunque la difamación, el rumor y la mentira tienen origen en la estrategia de represión política del Estado son personas concretas quienes se encargan de cumplir la tarea de pensar y de ser emisores de este mecanismo para aislar y reprimir con un menor costo político. El Estado se encarna en personas que realizan su estrategia: la piensan y la aplican, por eso es hasta cierto punto normal que nos sea difícil ver la estrategia del Estado, pues en la mayoría de los casos vemos personas que por supuestos desacuerdos “políticos”, vivencias personales, informaciones “secretas”, “fuentes de confianza” o “buenas intenciones”, alertan a quienes se interesan en la participación política para alejarlas del peligro o del error.
Reducir las difamaciones, el rumor y las mentiras a diferencias personales es un objetivo más del Estado y un error que no podemos permitirnos cometer quienes luchamos contra el neoliberalismo y el capitalismo. Entonces, ¿qué personas son voceras del Estado y qué personas sólo repiten la difamación, el rumor y la mentira sin más elementos que repetir lo que otros dijeron? ¿Quiénes son los policías infiltrados y quiénes los instrumentos inconscientes del mismo?
En ocasiones es muy difícil saber con certeza quiénes entre las personas que mienten y difaman trabajan para el Estado, y si pensamos que todas las personas que repiten las mentiras, el rumor o las difamaciones lo son, sería un grave error; pues no haríamos lo posible por demostrar que lo que dicen y piensan no es verdad. Así como, no debemos partir de que toda persona que repite una mentira o difamación trabaja para el Estado, tampoco podemos pensar que nadie lo hace y que no tienen el objetivo preciso de aislarnos para ser golpeados.
¿Cómo luchar entonces contra todos los manuales de los aparatos represivos del Estado cuyo objetivo es aislar y destruir a las organizaciones independientes que no se subordinan a la política burguesa del mismo?
Lo primero es tomar consciencia de que por muy pequeño que parezca nuestro trabajo, nuestra sola existencia como organizaciones independientes de carácter socialista cuestiona la dominación de la clase burguesa, los métodos de dominación y el papel del Estado en garantizar ésta.
Segundo, somos el germen de una nueva sociedad, en nosotros como proyectos organizados y como personas se manifiesta la lucha entre lo viejo y lo nuevo. Se manifiestan las ideas y el estilo de vida que nos ha impuesto la burguesía, con sus principios y valores; al mismo tiempo que se manifiestan las ideas y el estilo de vida proletario con nuestros principios y valores nuevos, respecto a lo podrido de nuestra sociedad capitalista. Por esta razón debemos comprender que no podemos evitar los errores y mucho menos ocultarlos, por ello frente al error debemos reconocerlo y asumirlo para poder superarlos y transformarnos.
La construcción de un nuevo tipo de colectividades y de un nuevo tipo de ser humano no es un proceso fácil, terso y sin dificultades, la diferencia estriba en que para nosotros la lucha por trasformar la sociedad capitalista pasa necesariamente por la construcción del ser humano con cualidades que no permiten la difamación, el rumor y la mentira como método de construcción y de conducción de nuestras organizaciones, y mucho menos como método de relación política entre organizaciones independientes.
Tercero, a la estrategia de la mentira, el rumor y la difamación debemos oponer el ejemplo de un estilo de vida sencillo y de esfuerzo cotidiano por desterrar de nosotros ideas, actitudes y valores propios de la sociedad capitalista, en la medida que los valores proletarios de solidaridad, camaradería, autocrítica, crítica, democracia popular y colectividad, se afirmen en nuestra vida diaria, en esa medida vamos a atajar la difamación y la mentira, pues menos elementos tendrá el Estado y las personas que trabajan para éste de construir mentiras con base en nuestros propios errores.
Cuarto, debemos ser muy conscientes de que mientras existamos y luchemos por la democracia popular y el socialismo de verdad, no parará la difamación, el rumor, la mentira y el intento permanente por desprestigiar a nuestras organizaciones, a las personas que las integran, a los objetivos y métodos que utilizamos para intentar formar al ser humano nuevo dentro de una sociedad capitalista vieja y en decadencia. Sólo si dejamos de luchar dejaremos ser objeto de ataques para destruir nuestros proyectos de organización.
Quinto, construir al nuevo ser humano y la nueva sociedad socialista es un proceso que no se puede dar fuera de la colectividad, de la convivencia y el trabajo colectivo, por ello, debemos convivir con nuestros camaradas, así podremos diferenciar entre los que son defectos personales, malas actitudes, errores y lo que es el trabajo consciente de sembrar discordia, desconfianza e intrigas por medio de la difamación y la mentira.
Por último, a quienes por medio de la convivencia nos confían lo que han escuchado de nosotros como organización, hay que aclararles lo que es mentira, rumor o difamación de eso que escuchan sobre nosotros, pero sobre todo hay que trabajar de forma colectiva para conocernos con base en hechos y no sólo de oídas.
Mientras las relaciones sociales de producción capitalistas predominen, mientras la clase burguesa monopolista trasnacional domine al resto de la sociedad, sus ideas y sus métodos de destrucción de la democracia popular y el socialismo estarán presentes por medio de sus fuerzas represivas y de las personas que sirven a sus intereses. Todo, a pesar de los cambios de gobierno y de los discursos de humanismo que en la práctica no destierran la lucha contra lo que cuestiona y sustituye al capitalismo.

¡Luchar, luchar, luchar con dignidad, con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!

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