Mundial de Qatar 2022
Tarjeta roa a la explotación
El próximo Mundial de Fútbol que se efectuará en Qatar, igual que los anteriores mundiales, está marcado por la explotación de los trabajadores que participan en la construcción de los estadios y los complejos deportivos que servirán para albergar a los participantes, sólo que ahora se agregan otros factores: las altas temperaturas que imperan en ese país y que quienes trabajan en dicha construcción son migrantes procedentes de países como Sri Lanka, India, Nepal, Bangladesh y Kenia, que han dejado sus países buscando empleo.
La descarada complicidad entre autoridades deportivas, constructoras, contratistas y gobierno de Qatar han provocado una sobre explotación inhumana de éstos migrantes.
Sometidos a las altas temperaturas, sin descanso, reteniéndoles su paga, alojados en lugares antihigiénicos, incómodos y sin alimentación adecuada, muchos de ellos han fallecido debido a éstas altas temperaturas y ésta falta de descanso, deshidratados y sin atención médica, tratados de manera inhumana abandonados a su suerte.
Esta esclavitud moderna es bien vista por la FIFA y el gobierno de Qatar, ya que les interesa que las obras estén listas para el tiempo estimado para su realización.
Las constructoras, la FIFA y las empresas contratistas se han enriquecido de manera exorbitante con la realización de estas obras y la explotación de los migrantes.
Éstos migrantes tienen que pagar una cantidad para ser contratados en sus países de origen y se les promete un cierto salario a percibir, pero al estar ya en la zona de trabajo, se les otorga una paga menor a la prometida.
Obviamente no pueden protestar pues son amenazados con regresarlos o retenerles sus documentos y sobra decir que las condiciones infrahumanas en las que viven no les interesan al gobierno de Qatar, ni a la FIFA, ni a las constructoras, ni al mundo en general.
Lo único que les interesa son las ganancias económicas que dejará este evento, miles de millones de dólares y la enajenación de los pueblos con este evento.
El mundo se viste de alegría, dicen ellos, con la realización de este evento deportivo, porque lógicamente se llenarán los bolsillos y sus cuentas bancarias con el dinero que se generará con el mundial de fútbol, pero nadie se cuestiona que ese dinero y todas las ganancias se erigirán sobre la sangre, el sufrimiento y la muerte de miles de seres humanos, hasta el momento cerca de siete mil migrantes fallecidos.
Un mundial sin discusión, de sangre y explotación, de esclavitud inmoral y marcado por la indiferencia e insensibilidad de millones de personas que estarán al pendiente de cómo rueda el balón, sobre la sangre que han dejado allí miles de trabajadores.
Colaboración.