Reforma de 40 h semanales
¿Quién representa a las y los trabajadores?
Entre sus 100 compromisos, Claudia Sheinbaum prometió la “instauración paulatina de la semana laboral de 40 horas”. ¿Se acuerda de las 40 horas? Dos años atrás, Susana Prieto, otrora diputada de Morena, impulsó esta reforma en la cámara baja, y aunque la propuesta pasó las mesas de dictamen y estaba lista para ser votada, fue saboteada por personeros del empresariado dentro del mismo Morena: Ricardo Monreal e Ignacio Mier Velazco, entre otros. En diciembre, la burguesía con el Consejo Mexicano de Negocios al frente, cerró filas frente al mismo Andrés Manuel López Obrador (amlo) y la reforma se pasmó. En medio de la vorágine electoral y con las 40 horas fuera del paquete obradorista de 18 reformas, el tema quedó olvidado por algunos meses. Jorge Romero del pan y Monreal coincidieron: esta reforma no es prioridad.
Hoy, luego de la presidencial promesa, el tema vuelve a la discusión pública. Por supuesto, los trabajadores y trabajadoras debemos luchar por la reducción de la jornada semanal de 48 a 40 horas. No obstante, para ello es menester que combatamos algunas de las mentiras de la burguesía y sus voceros en las cámaras.
Por supuesto, la postura general de la burguesía es contra la reducción de la jornada semanal. Esto es evidente, pues afecta a los patrones directamente en la plusvalía. No obstante, existen matices y hasta contradicciones al interior de la clase dominante. Describamos algunas posturas relevantes.
Posiciones burguesas
Carlos Slim, claro está, se opuso a la reforma. Según él, es mejor trabajar más, 48 horas en vez de 40, y ganar más. Pero además, en su afán de parecer un empresario de vanguardia, muy disruptivo, propuso algo más “alocado”: que se trabajen sólo 3 días a la semana pero con jornadas de 12 horas, pero eso sí, que la jubilación se aumente hasta los 75 años. Por su parte, el Consejo Coordinador Empresarial (cce) insistió en su típica estrategia de chantaje y miedo, si bien eventualmente tuvo que matizar su oposición. Son consabidos sus argumentos: se “estresarán” las inversiones, no es viable, no es el momento, los trabajadores van a ganar menos, las empresas se pondrán en riesgo al tener que contratar más personas y, en última instancia, trasladarán ese gasto al precio de sus mercancías y servicios, es decir: inflación. Finalmente, el malcriado Ricardo Salinas Pliego, fiel a su detestable personalidad, simplemente tildó la iniciativa de “leyes pendejas”.
Todos los anteriores argumentos son, por supuesto, falsos. Slim miente cuando dice que si trabajamos 40 horas ganaremos menos, pues la reforma siempre ha contemplado dos días de descanso obligatorios, mismos que son pagados. Es decir que, en apego a lo propuesto en la iniciativa, un trabajador que opere 48 horas debería pasar a laborar sólo 40 sin reducción salarial alguna. Asimismo, México es hoy por hoy el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde) en que perdura la jornada de 48 horas. Colombia permitía también un solo día de descanso, pero recientemente reformó este aspecto, con lo cual dejó a México abandonado en la retaguardia de este rubro laboral. Sobra decir que todos los países de la ocde siguen en pie, sin haber colapsado por “estrés” en las inversiones.
Más a nuestro favor, cifras de la ocde de 2021 en cuanto a la distribución del valor agregado (ganancias en este caso) en empresas no financieras revelan que entre sus países miembros el promedio que se quedan los dueños es de 31% mientras que a los trabajadores se les otorga el 69%. A nivel mundial, el porcentaje que se destina a trabajadores es de 51% y el de patrones, de 49%, cifra obscena si consideramos la diferencia numeraria entre cientos o hasta miles de trabajadores y una pequeña camarilla de patrones inferior a la decena. No obstante, en México el empresariado se queda con el 66% de la ganancia mientras recompensa a los trabajadores con apenas el 34%. Esto quiere decir simplemente que la burguesía trasnacional y nacional, en México es harto voraz, incluso dentro de los mismos términos del capitalismo y en comparación con su comportamiento en otros países. También significa que la burguesía en México ha sido solapada, mimada y premiada por el Estado, no sólo durante todo el periodo neoliberal, sino ahora también durante la llamada Cuarta Transformación. Este punto se ve reforzado por el hecho de que, en nuestro país, en los últimos 13 años los más diversos partidos políticos presentaron 17 iniciativas relativas a la reducción de la jornada laboral, pero todas fueron detenidas por el empresariado. Por lo demás, queda claro que la inflación no es a causa de que laboremos menos, sino en todo caso se debe al inmoral empeño de los patrones por no reducir sus ganancias ni un ápice. Hoy por hoy, frente a lo que parece ser inevitable, la burguesía comienza a decir que están a favor de la reducción siempre y cuando sea gradual: que se reduzca una hora de jornada semanal por año.
¿Posiciones proletarias?
La burguesía tiene organizaciones patronales que representan bien sus intereses de clase. Sheinbaum ya avisó que la reforma de 40 horas se hará en consenso con el empresariado. ¿Y nosotros, el proletariado? ¿Quién nos representa a las y los trabajadores?
Bueno, algunos dirán que estaba la exdiputada Susana Prieto. Ella fue la principal impulsora de la reforma durante el sexenio anterior. Sin embargo, recordemos que renunció (o la renunciaron) a Morena justamente por lo referente a la iniciativa. Asimismo, su posición política se debilitó por su expulsión del movimiento 20/32, hecho que se mantiene opaco. Aun así, reconocemos que se ha mantenido en la exigencia de las 40 horas en entrevistas, en redes sociales y con movilizaciones de su grupo #YoPorLas40Horas.
Por otra parte, tenemos a la recién formada Asociación General de las y los Trabajadores de México (agtm), una coalición que agrupa a diez sindicatos, entre ellos el de Telefonistas, el Minero, el de Trabajadores del Metro, Monte de Piedad, la croc , la crom y la cocem. Ahí dirigen sindicalistas como los charrísimos Francisco Hernández Juárez, Isaías González Cuevas o Rodolfo González, o bien el oficialista en extremo Napoleón Gómez Urrutia. Sin decirlo aún explícitamente a la fecha de corte de este texto, se infiere que optarán por la implementación paulatina. La ctm presenta la misma postura, sólo que ellos sí se manifestaron explícitamente por la implementación paulatina.
Queda por analizar un falso representante de la clase obrera, un verdadero testaferro de la burguesía metido no solo en el mundo sindical sino también en Morena. Hablamos de Pedro Haces, un personaje que los trabajadores debemos identificar bien como enemigo de clase.
Pedro Haces, retrato de un enemigo del pueblo
En redes sociales, Pedro Haces se define a sí mismo: “sindicalista por convicción”, “líder nacional obrero”. Dirige la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (catem), una confederación obrera aliada a Morena. Sueña con convertirla en la nueva ctm, acaso ya lo ha logrado: mientras la ctm presume 4.5 millones de afiliados, el año pasado la catem reportó casi 7 millones. ¿Cómo se conforma tamaña organización? En el caso de Haces Barba, amasando cuatro sindicatos bajo su mando.
Haces se formó en el pri y brincó a Morena en buena hora: 2018. amlo fue su invitado de honor en el décimo aniversario de la Confederación, en 2022. En ese sexenio fue senador suplente del derechista Germán Martínez. En 2023, durante un evento masivo de campaña, formalizó su apoyo a Sheinbaum con el ofrecimiento de 10 mil comités de “defensa de la transformación laboral”. En ese mismo discurso, reiteró su postura y la de la catem: rechazo a la reducción de la jornada semanal de 48 a 40 h. Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (cce), estaba en primera fila. “Paco”, le interpeló confianzudo, “no te hagas güey para que venga un buen aumento salarial” [risas]. Hoy, Pedro Haces es personero de Ricardo Monreal en la cámara baja, su segundo al mando. El zacatecano incluso le inventó un cargo: “coordinador de operación política” con la atribución de coordinar las gestiones de los diputados ante las cámaras empresariales.
Con respecto a las 40, hace unas semanas Haces Barba se arrogó la voz de millones de trabajadores: “la gente en este país quiere ganar mejor, no quiere descansar más”, “el mayor número de trabajadores en este país son jóvenes que quieren trabajar hasta 12, 15 horas”. Mintió además al amenazar con que esta reforma causaría inflación y presumió que durante las anteriores legislaturas la catem fue la única confederación obrera en contra de las 40 h.
El semanario Proceso retrató al diputado en un encabezado exacto: “líder sindical de día, patrón abusador en las sombras”. Además de empresario taurino, es patrón de la empresa Servicios Integrales de Seguridad, Limpieza y Mantenimiento, en donde opera a gran escala con modelos de subcontratación. Con esta firma y cabildeando desde su curul de senador, el sexenio pasado ganó cientos de millones en contratos públicos, algunos de ellos para el Tren Maya. Mientras tanto, paga salarios de hambre a sus empleados, que además son miembros del sindicato que lidera él mismo.
Conclusiones
Ante la promesa de Claudia Sheinbaum se desató la corredera en la Cámara de Diputados. Movimiento Ciudadano presentó su propia iniciativa. El pt hizo lo mismo, pero según ellos retomando la propuesta de Susana Prieto, pero añadiendo la especificación de una implementación paulatina. La abogada Prieto, ya alejada de las cámaras, pidió a Sheinbaum que no se echara por la borda su trabajo de tres años. Dice, con razón, que se omita la implementación paulatina, que ya no se pierda tiempo con una nueva iniciativa, pues ya se revisó el tema lo suficiente y, sobre todo, esta legislatura cuenta con la mayoría calificada necesaria. Monreal como dice una cosa dice otra.
Mientras tanto, el tiempo corre. Hay quienes ya anuncian que la reforma se votará antes del 15 de diciembre; “el regalo navideño para Claudia”, se lee en algunos portales. Habrá que ver, pero suspicaces como somos en fragua nos preguntamos: si se han pasado reformas trascendentales como la del Poder Judicial, la Guardia Nacional o la Energética en una semana, ¿qué dilata esta benéfica reforma para la clase obrera?, ¿por qué con este gobierno progresista y que se dice popular el proletariado debe subsumirse una vez más a los tiempos e intereses de la burguesía?
Ni consenso ni implementación gradual. El pueblo exige esta reforma inmediatamente. El pueblo votó también por Claudia para mejorar sus condiciones laborales en el corto plazo. No somos berrinchudos, ciegos u obtusos. Simplemente no somos condescendientes con el gobierno, simplemente conocemos las mentiras y chantajes recurrentes de la burguesía, simplemente defendemos y representamos, por la vía independiente, nuestros intereses de clase.
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