2022: aprendizajes y crecimiento
La lucha de todos los días
Desde hace ocho años impulsamos la lucha por la construcción del socialismo y la democracia popular en nuestro país junto a organizaciones solidarias e independientes. Cerramos el 2022 con muchos aprendizajes y triunfos populares, pues fue un año donde junto al Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, al comité cerezo México, comité de familiares de detenidos desparecidos hasta encontrarlos, el Movimiento de unificación y Lucha Triqui y otras organizaciones, coronamos el caso de la desaparición forzada de Edmundo Reyes Amaya y de Gabriel Alberto Cruz Sánchez con el fallo en favor de las víctimas y con la conformación de la comisión de búsqueda especializada. Esto marca un precedente histórico que puede ser usado como criterio orientador para los amparos directos en los casos de desaparición forzada en el país, abriendo un camino más para lograr la justica que el pueblo clama y así pueda recuperar a sus hijos arrebatados a manos de la maquinaria burocrática-militar (el Estado).
Pero no solamente logramos eso, también gracias al esfuerzo de movilización y persistencia en los espacios de trabajo, tras seis años de impulsar las demandas laborales en agosto la Junta Local de Conciliación y Arbitraje notificó el triunfo de las trabajadoras de intendencia del Instituto de Educación Media Superior (iems) donde se reconocieron sus derechos laborales. Esto comprueba que una metodología organizativa correcta da triunfos proletarios: estar con el pueblo, movilizar, machar, hacer agitación y propaganda, sin repetir malas formas de relacionarnos (basar la relación social por medio del alcohol, sustancias enervantes, etc.), impulsar al mismo tiempo la lucha jurídica y de derechos humanos.
Esta metodología nos diferencia de organizaciones oportunistas y serviles que bajo discursos llenos de “frases revolucionarias” aparentan ser radicales y consecuentes, pero que por la vía de los hechos no son más que la incongruencia y el atraso ideológico que tizna la lucha marxista-leninista por el socialismo; agrupaciones como la “Izquierda Socialista” , “Trotskistas” y “Anarquistas” que desmovilizan al pueblo, no aportan al desarrollo de su conciencia proletaria, que de manera inconsciente o consciente se vuelven una traba para construir y organizar al pueblo, que termina por beneficiar al Estado.
También aprendimos que las propias bases del morena sienten descontento, como nos lo enseñó el caso de los servidores de la nación, quienes como consecuencia de las prácticas neoliberales en materia laboral fueron despedidos de manera injustificada y reprimidos por el cuerpo de mujeres “Ateneas” de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México cuando cerraron la avenida Reforma para reclamar su reinstalación.
Esta base inconforme sostuvo un plantón por una semana con nuestro apoyo, ¿su límite…? No querer afectar al presidente, ya que continuar con su lucha por medio de la metodología proletaria y combinando la movilización con lo jurídico, los derechos humanos y el aspecto laboral, implicaba demostrar las contradicciones entre el partido morena y el presidente.
Pero también hay una base política que defiende a capa y espada al partido, dirigentes a los que hemos tenido que enfrentar como en las movilizaciones contra el Conjunto Estadio Azteca, en donde siendo una “minoría” proponían que ninguna organización política pudiera participar, que solamente los habitantes afectados debían ser quienes se organizaran, pues claro para ellos, la militancia en morena es un adorno color guinda que uno se puede quitar cuando le convenga de manera oportuna y se lo puede volver a poner (el chaleco) cuando le convenga. Tontos de nosotros por no negar que somos integrantes de una organización política que no tiene nada que esconder, que es clara en sus objetivos e intereses. Pero por supuesto, no es un adorno integrarla, sino que es la unidad materializada de nuestra ideología y práctica en cada aspecto de nuestra vida.
El 2022 fue de praxis pura donde cada integrante desarrolló el trabajo en los espacios donde tenemos presencia, que sirvió para desarrollar y cohesionar la ideología en el integrante, en la base social y política, ampliar los espacios de trabajo y recuperar los que se fueron dejando por la pandemia y diversas complicaciones organizativas. Se reactivó la vida organizativa en las universidades, en la unam, chapingo, uacm, enah y otras más, lo cual nos permitió conocer a nuevos estudiantes bajo actividades político-culturales con base en nuestra metodología de trabajo, nos abrió las puertas para desarrollar actividades dentro y fuera de cada universidad, que la comunidad conociera el fragua, escribieran en él y que lo ilustreran.
Están naciendo nuevas colectividades con jóvenes que tienen muchas inquietudes, que desconocen de la política y buscan una alternativa. Es ahí donde nosotros tenemos que estar al frente, debemos dar orientación y dirección a los estudiantes, pero eso implica desarrollar de manera sistemática formación teórico práctica para dar solución a los problemas y vincular la lucha de las aulas a la de las calles, sin dar paso al oportunismo que coopta al estudiantado bajo “métodos artesanales de trabajo”, la falta de una planificación en las actividades, la vacilación ideológica y la fraseología que les encanta tanto.
Dicho lo anterior, las actividades que fueron realizadas en el año se lograron gracias al apoyo del pueblo y del esfuerzo de cada colectivo. Se logró incorporar en gran medida a las relaciones políticas y sociales en la marcha del 8M, las movilizaciones contra el Conjunto Estadio Azteca, las concentraciones en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, los dos plantones y marchas en los meses de mayo y de agosto. Con mucha satisfacción podemos decir que el 2022 fue de crecimiento y desarrollo para la organización y para las organizaciones con las que nos hemos coordinado, de una actividad intensa que nos permite el desarrollo de la conciencia proletaria, el fortalecimiento de la colectividad y la organización popular. Aunque parezca un proceso lento, abstracto e incluso imposible, nada de lo expuesto hubiera sido posible sin la voluntad férrea de cada integrante de la olep, de la coordinación con cada organización solidaria y del apoyo de cada colaborador. Nos queda mucho camino por recorrer y mucho que hacer para lograr liberarnos del yugo capitalista, de la miseria y explotación que vivimos en carne propia, pero a medida de que cada quien se construya con la guía de nuestros estatutos, de nuestro Programa Mínimo de Lucha, de una formación y práctica de propaganda y de agitación, con la orientación de la colectividad, es como podremos asumir nuevas tareas, responsabilidades y acelerar el ritmo trabajo para lograr construir la democracia popular y el socialismo en nuestro país. Así iniciamos este 2023.
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