Castigo a los culpables
Una vez más una parte del pueblo mexicano ha juzgado y declarado culpables a los representantes del Estado mexicano que nos gobernaron desde 1988 e impusieron por medio de una guerra sangrienta y cruel contra el pueblo la política económica neoliberal.
Para los verdugos del pueblo como el asesino, corrupto, empresario y político, Diego Fernández de Cevallos, la consulta realizada el pasado domingo 1 de agosto fue un “primer acto de circo perverso” del actual gobierno.
Para los voceros del Estado y el oportunismo la consulta fue una gran victoria que no se puede minimizar debido a los 6,663,208 votos emitidos, que representan el 7.11 % del total del padrón electoral nominal.
Así pues, ahora el oportunismo dentro y fuera del Morena considera que tal cantidad de votos son el fundamento de su legitimación en la lucha contra la impunidad, pero hasta ahora todos los responsables intelectuales y materiales de la implementación del neoliberalismo siguen libres (a excepción de uno que otro empresario o político caído en desgracia), sin juicio y gozando de los beneficios económicos y políticos del saqueo, robo, explotación y asesinato de millones de compatriotas en durante ya casi 40 años.
La impunidad continúa, se afianza como una pesada carga de una administración que se comprometió a hacer Justicia.
Si tan claros son los crímenes de Carlos Salinas de Gortari, Germán Larrea, Ernesto Zedillo, Carlos Slim Helú, Vicente Fox Quezada y Claudio X González, Felipe Calderón Hinojosa y Ricardo Salinas Pliego, Ernesto Peña Nieto y de Alberto Baillères, ¿por qué siguen libres?
Porque no hay que ser vengativos, dicen desde el gobierno, pero en verdad siguen impunes porque este gobierno no quiere agudizar las contradicciones políticas y económicas que podrían entorpecer aún más sus planes y proyectos, que si bien en algunos aspectos se contraponen a la política económica neoliberal en otros refuerza el capitalismo y la dominación de la clase burguesa trasnacional sobre el resto de la sociedad.
Con estas afirmaciones no queremos decir que estuvo mal realizar la consulta pasada ni mucho menos que el pueblo no debió y no debe expresar su voz y sus pensamientos, lo que queremos hacer evidente al pueblo que nos lee son los límites que tiene el ejercicio de la democracia impuestos los intereses económicos y políticos de la clase burguesa trasnacional que monopoliza la propiedad de los grandes medios de producción, que continúa sin ser derrotada materialmente y que es representada dentro del gobierno en el poder por políticos empresarios como Ricardo Monreal, y en las instituciones del Estado, por los titulares del Instituto Nacional Electoral.
La consulta popular exhibe las limitaciones de la democracia burguesa, exhibe sus alcances, las contradicciones al seno del partido en el poder que se siguen agudizando conforme avanza el tiempo y crecen las ambiciones por la presidencia y las contradicciones de Morena con otras agrupaciones políticas burguesas y pequeño burguesas que se oponen a las mínimas concesiones que se hace en ciertos aspectos y lugares geográficos a parte del pueblo.
Algo debemos de enfatizar de esta experiencia: el pueblo organizado de manera independiente, combativa y con carácter de clase proletaria continúa siendo la única fuerza principal que puede hacer realidad la derrota material y no sólo moral de la clase burguesa trasnacional y de sus agrupamientos políticos, es la única fuerza social que podrá enjuiciar y castigar a todos los expresidentes, altos funcionarios y grandes empresarios que implementaron, desarrollaron, profundizaron y se beneficiaron económica y políticamente con el neoliberalismo, como lo expresamos en el punto 9 de nuestro Programa Mínimo de Lucha.
Sólo el pueblo organizado de manera independiente, combativa y con carácter de clase proletaria podrá ser capaz de arrastrar tras de sí a los pusilánimes que no quieren juzgar a los empresarios y terroristas de Estado; sólo él podrá barrer de raíz con la política económica neoliberal; así como sentar las bases económicas, políticas, legales y sociales para hacer Justicia y sobre todo para terminar de raíz con las relaciones económicas de producción capitalistas gracias a las cuales se engendró la política económica neoliberal y se engendraron monstruos políticos y empresarios como los que nombramos en el presente artículo. El pueblo debe luchar, luchar hasta vencer de verdad al neoliberalismo, luchar hasta que la justicia tome cuerpo en el castigo de los autores intelectuales y materiales de la tragedia nacional que vivimos los últimos 36 años con una política económica que se fundó en la mayor explotación del pueblo trabajador y en el saqueo de la naturaleza.
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