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Concesiones a la burguesía trasnacional

Tesla en México

El 1 de marzo del presente, se confirmó la instalación de una gigafábrica de Tesla en Santa Catarina, Nuevo León. Esta compañía de autos eléctricos es propiedad de Elon Musk, el segundo hombre más rico del mundo ($187,100 millones USD). A nivel nacional se recibió esta noticia como algo positivo y pocos han sido los críticos, mientras que prácticamente nadie analiza el hecho desde la perspectiva de la clase trabajadora mexicana. He aquí algunas reflexiones al respecto.

Antecedentes de Tesla

Elon Musk es un empresario sudafricano proveniente de una acomodada familia. Él mismo declaró en entrevista para Forbes que su padre era copropietario de una mina de esmeraldas en Zambia, aunque dicha entrevista fue borrada y Musk niega hoy sus dichos. Comenzó su propia fortuna con ahorros de sus padres y con inversiones de Sillicon Valley, que fue administrando exitosamente en empresas de tecnología (Zip2, X.com y PayPal) y aeroespaciales (Space X y Starlink). En 2004 invirtió en Tesla Motors, una compañía creada dos años antes por un par de ingenieros y en el 2008 se convirtió en su director ejecutivo. Los fundadores se retiraron por conflictos con Musk.

Tesla comenzó a ganar dinero de vender autos hasta 2020. Su modelo de negocios incluye lucrar con una falsa bandera ecologista. En E.U. once estados exigen a las automotrices vender determinado porcentaje de autos cero-emisión; si no lo hacen, deben comprar créditos regulatorios a otra automotriz que sí cumpla la meta. Como Tesla sólo vende vehículos eléctricos, genera un buen ingreso al vender estos créditos a otras compañías de autos; en 2020, por ejemplo, ingresó $1.6 miles de millones (USD).  Asimismo, los contribuyentes estadounidenses financian el enriquecimiento de Musk, pues Tesla recibe grandes subvenciones: exenciones de impuestos, préstamos con descuento o a fondo perdido, etc.

Finalmente, es indispensable para este texto remarcar las posturas exacerbadamente antiobreras de Musk. El empresario tiene un amplio historial de conflictos con sus más de 100,000 empleados. Entre las acciones y acusaciones que se le imputan, y que son fácilmente rastreables en internet, encontramos ejemplos de todo tipo: postura antisindical, amenazas públicas contra los intentos de sindicalización, despidos injustificados contra quienes luchan por derechos laborales, espionaje a trabajadores por redes sociales, falta de medidas de seguridad en las fábricas, elevados índices de accidentes laborales y ocultamiento de datos al respecto, explotación ilegal de mano de obra migrante, violaciones a las órdenes de cierre de plantas durante la pandemia por covid-19, exigencia de trabajo a puerta cerrada y de dormir en la misma fábrica, despidos masivos, aumento ilegal de jornadas laborales, acoso sexual y racismo instaurados en el ambiente laboral, ofensas personales y humillaciones públicas, etc.

Tesla en México y la crisis de agua

Nuevo León sufrió una fuerte crisis hídrica en 2022, lo cual pone en duda la viabilidad de Tesla en la región. El gobierno estatal afirma que no faltará agua. Pero el agua ya es insuficiente y faltará todavía más. Así de simple, pero debemos explicar algunas consideraciones.

Cierto es que la industria de ensamblaje automotriz emplea agua tratada y no en grandísimos insumos como en otras ramas. Abanderado en este hecho, el gobierno de Samuel García y los medios de comunicación han repetido que el agua alcanza para Tesla y hasta sobra. Más aún, el gobierno federal dijo haber comprometido a Elon Musk a prestar sus megataladros de otra compañía (The Boring Company) para explorar pozos acuíferos; no se han dado más detalles al respecto, por ahora queda sólo ese dicho, como mera ocurrencia.

Y bien puede ser cierto lo anterior, que el agua tratada alcanza para los procesos industriales de Tesla. Sin embargo, de lo que no se habla —con excepción de algunos ambientalistas— es de que la crisis hídrica de agua potable en el estado se profundizará. No se menciona que incluso usando en 2020 agua de nuevas fuentes (presa “Libertad” y acueducto “Cuchillo II”) no alcanzó para garantizar el consumo digno de los habitantes actuales de Monterrey. Mucho menos se menciona que con el aumento poblacional derivado de la instalación de la gigafábrica la situación en materia de agua potable será insostenible. Cálculos preliminares estiman que para 2030, a causa del efecto Tesla, la población en la zona metropolitana de Monterrey crecerá de los actuales 5.5 millones de habitantes a 6.8 millones, con un aumento de 40% en la demanda de agua. El desenlace ya lo hemos visto en diferentes procesos a nivel mundial, es el desenlace previsible del crecimiento capitalista: a los pobres se les niega el derecho al agua potable, son despojados, marginados, obligados a vivir indignamente, en la sequía, o a abandonar sus hogares.

La clase obrera y Tesla

Con la llegada de Tesla, las estimaciones iniciales contabilizan la creación de entre 6 mil y 13 mil empleos directos y 4 mil a 20 mil indirectos. Los salarios que ofrece Tesla hasta hoy van de los $14 mil a los 177 mil pesos mensuales. Asimismo, Samuel García anunció que gracias a la gigafábrica, los salarios en todo Nuevo Léon crecerán en promedio 20 a 25%. Así es como se vende el sueño del progreso Tesla a parte de la clase obrera mexicana. Efectivamente, habrá trabajadores beneficiados en sus ingresos. Sin embargo, no perdamos de vista los antecedentes de Elon Musk en violaciones a derechos laborales.

¿Cómo se vincula esto con la realidad laboral actual de México? Recordemos que el proceso la democracia sindical implementado por la reforma laboral de 2019 no derivó exitosamente en la elección de sindicados más democráticos y libres para los trabajadores. Por otra parte, la figura del contrato colectivo de trabajo (CCT) presenta sus propias complicaciones: a la fecha de cierre de este artículo y escasos días del día límite de votación de los CCT (1 de mayo 2023), sólo el 11% (14,739) han sido legitimados, y tengamos presente que los CCT no puestos a consulta se tendrán por terminados. Así, disfrazado como proceso democrático a favor de los trabajadores veremos prácticamente la extinción del CCT en México.

Si Musk ha violado derechos laborales en países como E.U., Alemania y China, ¿qué se puede esperar para sus trabajadores mexicanos? Más aún, amparado por el gobierno de Nuevo León con amplia tradición en sindicatos de control patronal y represión. La clase trabajadora desearía en primera instancia la instauración de un sindicato libre, independiente y clasista, además de un CCT en Tesla, pero todo indica que ni siquiera se llegará a la afiliación o creación de un sindicato. Incluso, en su posicionamiento antiobrero, no sería raro que Tesla generara un arrastre negativo en ese sentido sobre sus empresas proveedoras.

Asimismo, aunque los procesos que se harán en Tesla México son los que más requieren de mano de obra viva, no olvidemos que la automatización es una de las grandes cuestiones en puerta. Tanto más en empresas como Tesla, que gastan mucho en investigación y desarrollo, lo que les permite mayor eficiencia que la de sus competidores. En suma, Tesla es capaz de implementar una de las mayores extracciones de plusvalía relativa y absoluta en la historia de la humanidad. En ese sentido, no resulta vano cuestionar qué tanto serán ciertos los 6 mil empleos anunciados.

¿Qué gana cada clase social con la llegada de Tesla a México?

La gran burguesía trasnacional gana. Son inmensas las ventajas que le ofrece México a Tesla: buena ubicación, mano de obra barata y calificada, inversión del gobierno local y federal en infraestructura, acuerdos de libre comercio que tenemos con 50 países, tasa 0 de exportación gracias al T-MEC, devolución del IVA en costos de origen interno, por ser parte de la industria automotriz pagaría sólo un 2% de ISR y hasta posible acceso al litio mexicano. Y todavía Musk pidió más: solicitó a AMLO las mismas subvenciones que le dan en E.U. para construir una planta de baterías: quería que nuestro gobierno le regalara $1.50 por cada peso que él invirtiera.

La burguesía y pequeña burguesía nacional ganan también. Específicamente se benefician los dueños de empresas que entran en la cadena de proveedores que empleará Tesla o quienes recibirán ingresos derivados del aumento poblacional en la zona metropolitana de Monterrey. Sin embargo, sus ganancias resultan limitadas a largo plazo, pues con la llegada de Tesla a México se profundiza aún más la dependencia económica y el modelo manufacturero. Por supuesto, no hay intención alguna de parte de Elon Musk por desarrollar la industria nacional, es evidente. Pero en todo caso tampoco hay intención alguna de los gobiernos federal ni local por desarrollar una industria nacional que pudiera liberarse de la dependencia económica con respecto a E.U. Es decir, en el fondo se profundiza más el capitalismo en México, con su papel de subordinación dentro de la división internacional del trabajo.

Finalmente, quienes perdemos como clase somos los trabajadores. Unos pocos se beneficiarán si son contratados por Tesla o por su cadena de proveedores, es cierto. Pero a grandes rasgos, como clase social el proletariado sale perdiendo. Nos volvemos dependientes de una de las empresas más agresivas en materia de derechos laborales; se emplean nuestros recursos naturales y fuerza de trabajo para enriquecer inconmensurablemente al segundo hombre más rico del mundo; una buena parte de la población pobre regiomontana sufrirá falta de agua y contaminación. La burguesía y pequeña burguesía tienen claras sus tareas y beneficios con la llegada de Tesla a México. El proletariado debe también estar informado y tener su postura propia. Debemos saber claramente que no sacamos beneficios con la llegada de Tesla a México, que nuestro camino es otro: arduo pero necesario. Debemos, por más imposible que parezca, pelear por la creación de sindicatos verdaderamente independientes y proletarios, en Tesla como en los centros de trabajos de cada uno de nosotros. Debemos también aferrarnos en la lucha por nuestros derechos laborales, por la democracia popular y el socialismo.

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