Derrotar al nazifascismo, hoy como hace 80 años

14 mayo, 2025 OLEP

Hace 80 años, a principios de mayo, Hitler y otros de los altos dirigentes del nazifascismo se suicidaban y asesinaban a sus familias para no enfrentar vivos la derrota.

El pueblo soviético, el ejército rojo y los guerrilleros de todas las nacionalidades derrotaban en Berlín, Alemania, y otras ciudades, lo que quedaba del antes “invencible” y genocida ejército del Tercer Reich.

Así, como hace 80 años, los pueblos del mundo junto con el soviético y los comunistas al frente de todos los que luchaban contra el nazifascismo y representaban los intereses de la humanidad, hoy el pueblo palestino resiste en nombre de la humanidad al nazifascismo actual, representado por el nazisionismo del Estado de Israel, de sus creadores y de sus cómplices: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, entre otros Estados genocidas.

La derrota del ejército alemán, de la Gestapo y de las ss, sus fuerzas especiales para el genocidio, no se redujo a los alemanes, pues nazifascistas los hubo de todas nacionalidades: italianos, españoles, norteamericanos, ingleses, franceses, ucranianos, húngaros, rumanos croatas, incluso brasileños y mexicanos que no participaron directamente en la guerra. Asimismo, en la actualidad existen nazisionistas en todos los países, pues esa ideología expresa los intereses económicos y políticos de la clase burguesa monopolista trasnacional dominante en el actual sistema económico-social capitalista en su fase imperialista.

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El nazifascismo y el nazisionismo genocida son resultado de la crisis económica mundial

Ayer como hoy el nazifascismo y el nazisionismo genocida son resultado de la crisis económica mundial: el primero, de la crisis 1929, y el segundo, de la prolongada crisis que, por lo menos desde 2008 existe y obliga a la hegemonía decadente de los Estados Unidos y de sus aliados a imponerle al mundo una guerra comercial que incluso los confronta entre ellos.

La verdad del capitalismo es la explotación máxima de la fuerza de trabajo de los pueblos: es el saqueo de la naturaleza, el genocidio y la opresión de todo tipo. Mientras exista el capitalismo, la muerte y la destrucción del planeta serán la constante.

¿Cuál es nuestra tarea frente a esta realidad? ¿Qué debemos hacer quienes aún nos sentimos lo suficientemente sensibles para indignarnos frente a la cotidianidad del genocidio, de la injusticia, de la inequidad, de la pobreza?

Transformar el mundo, ¿cómo? Organizándonos y organizarnos significa tener objetivos a corto, mediano y largo plazo definidos, planes de trabajo, tareas, actividades y balances para mejorar nuestra práctica trasformadora.

Si nos consideramos socialistas consecuentes, si nos consideramos demócratas consecuentes, nuestra obligación es unir a la clase trabajadora (de la cual somos parte). Todo lo que nos una para superar el capitalismo debe ser fortalecido y cuidado; todo lo que nos divide, desterrado.

Sin perdernos del objetivo, hay que arrancar el capitalismo de raíz, ser firmes en nuestros principios y flexibles en nuestra táctica; entender que es nuestra obligación buscar y encontrar los mejores métodos para elevar constantemente la conciencia proletaria en las amplias masas.

Sin desesperarnos, debemos estudiar y poner en práctica los conocimientos. Sin precipitarnos, pero de manera constante, debemos dar pasos en la formación política de las amplias masas en el aspecto teórico y práctico.

Fue la Unión Soviética, quien sufrió la pérdida de más de 26 millones de sus habitantes

Hace más de 80 años fueron los comunistas y las personas honestas del mundo quienes sobre sus hombros se echaron el futuro de la humanidad. Fue la Unión Soviética, único país socialista en el mundo, quien sufrió la pérdida de más de 26 millones de sus habitantes. Tan sólo en la República Socialista Soviética de Bielorrusia, fueron asesinadas dos millones de personas en tres años de ocupación nazifascista. Uno de cada cuatro habitantes no volvió del frente, murió en la lucha guerrillera o fue asesinado por los nazis. En esa misma república soviética, en marzo de 1943, los nazis destruyeron la aldea de Jatín y quemaron vivos a todos sus habitantes: niños, mujeres y hombres en un pajar, de la misma manera que hoy el genocida ejército de Israel ha quemado vivas a miles de personas en la Franja de Gaza y sigue asesinando palestinos en Cisjordania.

En la actualidad, quienes creemos que el capitalismo, el imperialismo y el nazisionismo puede y debe ser derrotado, seremos quienes demos los primeros pasos adelante y marchar, marchar en la noble y ardua labor de educar políticamente la conciencia proletaria de la clase trabajadora, pues la Historia ha demostrado que únicamente el socialismo es la alternativa de paz y desarrollo real al imperialismo genocida.

¡Por el pueblo palestino, por los pueblos que resisten y luchan en África, Asia, América y Europa, adelante, camaradas del pueblo trabajador! ¡Será la victoria! ¡Como hace 80 años, los nazis de hoy serán derrotados!