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IEMS: “elefante echado, reumático y mañoso”

El imperio de la burocracia

EL INSTITUTO DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR (IEMS) es una institución que nació gracias a la movilización y organización del pueblo cuando a finales de la década de 1990, vecinos y personas solidarias decidieron tomar las instalaciones de una abandonada Cárcel de Mujeres para comenzar un proyecto educativo que brindara la oportunidad de estudio a los jóvenes de las colonias populares del oriente de la capital del país

Ese impulso de movilización del pueblo obligó a las autoridades a formalizar la preparatoria y así nació el plantel Iztapalapa I (cuyo predio ahora también alberga a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México). Ya en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador el proyecto de esa preparatoria se expandió a distintas delegaciones del entonces Distrito Federal y nació el IEMS como lo conocemos actualmente.

El proyecto nació bajo un modelo educativo vanguardista, cuyos ejes de acción son los de un sistema crítico, científico y humanista; donde los profesores no son sujetos pasivos que dan clases fuera del contexto de sus alumnos, sino que tienen la obligación de atender “los problemas que presenta el estudiante para integrarse a la escuela, al relacionarse con sus pares, y aquellos que se presentan para generar un ambiente propicio de pertenencia a la comunidad escolar y de respuesta ante diversos aspectos relacionados con el entorno familiar, social y personal, mismos que influyen en su propia construcción social y personal” (Proyecto Educativo del IEMS, 13 de Octubre de 2006, Gaceta Oficial del Distrito Federal).

En este sentido, es lamentable que hoy el IEMS no sea más que un “elefante echado, reumático y mañoso”, que hoy las autoridades no lleven a cabo el modelo educativo de las preparatorias de la capital del país y, con plena consciencia, busquen que el IEMS opere bajo una lógica efectista, numérica, donde los jóvenes deben aprobar sus materias y pasar de año sin importar el contexto social y económico al que se enfrentan y los que no puedan pues simplemente queden fuera, se les niegue la inscripción a materias o de plano se les dé de baja y se les niegue el derecho a la educación.

Sin embargo, también es necesario mencionar que el IEMS tuvo un defecto de nacimiento, un talón que no tocó el agua del progresismo con la cual fue bañado en sus días primigenios: el aspecto laboral. En ese sentido, las reumas vienen desde su creación, fue el mismo AMLO quien le dio origen legal a este proyecto.

Al día de hoy, esas reumas y, sobre todo, esas mañas están golpeando de manera dura a toda la comunidad del IEMS, incluso se ha llegado a violentar los derechos humanos y laborales de estudiantes y trabajadores. Parece que en el IEMS no se “barre de arriba hacia abajo” sino que de arriba se ataca a quienes se organizan abajo utilizando como alfiles a los mandos medios quienes fungen más como capataces que como coordinadores de los planteles

¿A qué nos referimos con esto? Desde su nacimiento, el IEMS ha utilizado la subcontratación (también llamada outsourcing) en el área de intendencia y en diversas áreas incluso educativas como el modelo semi-escolar o de lengua náhuatl (quienes tampoco tienen estabilidad laboral). A todos estos trabajadores, quienes las autoridades mañosamente no incluyen dentro de la comunidad del IEMS, la democracia y solidaridad (Artículos 2 y 40 del Estatuto Orgánico del IEMS) pregonada por el modelo educativo del Instituto jamás ha llegado.

Además, en los últimos meses, las autoridades se han ensañado con quienes luchan en contra de las arbitrariedades que se comenten en las prepas, como ejemplo mencionaremos el caso de tres trabajadoras del plantel Melchor Ocampo de la alcaldía de Azcapotzalco, quienes han emprendido la defensa de los derechos de las trabajadoras despedidas de intendencia de su plantel; de los jóvenes estudiantes a quienes se les ha negado en los hechos su derecho a la beca institucional o Benito Juárez; de las estudiantes que han denunciado casos de hostigamiento sexual por parte de maestros del plantel y, finalmente, profesores que han defendido sus propios derechos laborales pues éstos han sido negados aunque estén en el Contrato Colectivo de Trabajo y en las Leyes laborales.

Algunas trabajadoras se han organizado por la defensa de los derechos humanos y laborales de la comunidad del Instituto y la respuesta ha sido el hostigamiento laboral, la persecución policiaca dentro de su centro de trabajo hasta llegar a los empujones y amenazas o a la retención de su salario, lo cual expuso de manera real y concreta la creación de listas negras en contra de profesores y trabajadores del Instituto, listas realizadas por los subdirectores de coordinación de los planteles cumpliendo funciones casi policiacas y de encubrimiento en casos de hostigamiento sexual.

Así, en plena pandemia por Covid-19, las autoridades retuvieron el salario a 50 trabajadores a quienes se les dijo que tendrían que ir a las oficinas centrales del Instituto para recibir su pago; quienes asistieron denunciaron que no sólo iban a recibir su pago sino que tenían que firmar un documento donde se comprometían a cumplir con todas las directrices del Instituto. ¿Qué más pruebas hay del hostigamiento laboral dentro del IEMS?

Y ya ni hablemos de los casos de hostigamiento sexual, los cuales, en el caso del plantel Melchor Ocampo, han sido desechados después, claro, de que las autoridades del plantel hicieron de todo para evitar que las estudiantes denunciaran e incluso les dieron una plática donde se les explicaba que lo que ellas sufrían no era acoso (ni mucho menos hostigamiento) sexual sino que confundían la amabilidad de los profesores con insinuaciones.

Todos estos actos de represión e impunidad demuestran que no ha llegado la transformación al IEMS y que, al contrario, se permite y promueve que este elefante siga echado y deje caer todo su peso sobre quienes se organizan y piden justicia, ya sean estudiantes o trabajadores.

Por eso, es necesario que el Instituto se apegue a su modelo original, que todos esos funcionarios del viejo y del nuevo régimen que no se apeguen a los derechos de los estudiantes y trabajadores sean separados de su puesto; que se modifique el Estatuto Orgánico del IEMS atendiendo a las innovaciones jurídicas del país y de la Constitución de la Ciudad de México, así como al marco internacional de los derechos humanos para defender los derechos de toda la comunidad, ya sean trabajadores, académicos, estudiantes en activo o egresados para que estos realmente sean sujetos que modifiquen críticamente su entorno social (Artículo 40 del Estatuto Orgánico del IEMS)

Por nuestra parte, invitamos a los miembros de la comunidad del IEMS a luchar con nosotros como OLEP por la defensa del modelo educativo, de los derechos humanos y laborales de toda la comunidad y por mejores condiciones de estudio y trabajo.

¡Solidaridad, democracia, educación y trabajo digno dentro del IEMS!

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