La USAID: arma de contrainsurgencia. Farsa humanitaria
La USAID: arma de contrainsurgencia. El crecimiento del capital es la raíz y corazón del sistema económico que hemos llamado capitalismo. Así como la conquista de nuevos mercados y la explotación de los trabajadores son elementos imprescindibles para la obtención de ganancias y la realización de la mercancía. Así también el papel del Estado dentro de este modelo económico es servir a la clase burguesa monopólica trasnacional, creando leyes a modo para permitir la expansión y apertura de nuevos mercados, eximir de impuestos a muchas empresas, otorgar subsidios a ciertas industrias, privatizar recursos naturales como el agua o los bosques, firmar acuerdos de “cooperación internacional”, etc.
Pero sobre todo es importante recordar, que es el Estado capitalista el dueño del monopolio de la violencia. Violencia física, psicológica y económica. En este sentido, la nación más fuerte, es la nación que puede imponer sus reglas a los demás.
John F. Kennedy en 1961 creó la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo Internacional
Durante ya casi dos siglos Estados Unidos ha sido el mejor ejemplo de cómo se ejerce ese monopolio de la violencia, doblegando e imponiendo las condiciones y reglas que los países subdesarrollados deben seguir para “alcanzar” el éxito económico, político y social. Sin embargo, los hechos y los datos son totalmente contradictorios, pues, aunque muchas naciones han aceptado y ejecutado los planes propuestos por los ideólogos norteamericanos o europeos, la desigualdad económica y social entre las naciones desarrolladas y las subdesarrolladas sólo se incrementan, evidenciando así las mentiras de los yanquis.
Y así cuando las mentiras se agotan, siempre está el último recurso del capitalismo: las guerras. La historia mundial está llena de páginas rojas, conflictos como la guerra de Vietnam o la Guerra del Golfo, invasiones a Afganistán, Palestina, Cuba y Panamá han sido instrumentos y formas no muy sutiles de conseguir materias primas, rutas comerciales, nuevos mercados y puntos estratégicos de control militar. Es decir, medios de mantener y promover el sistema capitalista. Sin embargo, estos métodos de expansión y presión no son los únicos medios que se han utilizado, para mantener el status quo de una minoría voraz. También se han desarrollado tácticas psicológicas de manipulación y propaganda que apuntalan el sistema ideológico capitalista. Estos métodos mucho más sutiles y engañosos, forman parte integral de lo que la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales llaman cooperación internacional. Y fueron utilizados por primera vez, en Vietnam, en el contexto de la llamada guerra fría. Pues el éxito del socialismo soviético, fue visto como una amenaza para el capitalismo de occidente. Es en este contexto que el gobierno de John F. Kennedy en 1961 creó la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) cuya principal función fue centralizar en una sola institución la labor aparentemente humanitaria de Estados Unidos, las funciones que asumió la USAID fueron las de desembolsar capital y asistencia técnica a las naciones en desarrollo, “esto ayudando a personas y grupos de ongs a través de financiamiento, para promover la democracia, los derechos humanos y la cooperación internacional”. Pero más allá del discurso, la USAID tenía como fin último detener en América Latina, África y Asia el avance del comunismo, usando para ello el pretexto de la ayuda humanitaria, por ejemplo, desarrollando programas de alimentación, llevando a países latinoamericanos o africanos sus excedentes de productos agrícolas. No obstante, esta “ayuda” no era gratuita, esta ayuda tenía como pago el acceso libre a mercados y materias primas de los países intervenidos.
Hay muchos testimonios que han confirmado la ayuda y complicidad de la USAID con grupos de ultraderecha como los “contras” en Nicaragua, por ejemplo, ayudándoles a elaborar un manual con acciones concretas para frenar al gobierno marxista-sandinista sobre todo organizando y estructurando grupos paramilitares. En Panamá apoyó a los medios que usualmente se presentaban como “independientes” pero que en realidad eran grupos muy bien entrenados en tácticas de manipulación y propaganda contra el gobierno electo de Noriega.
También hay pruebas de la ayuda de la USAID a la derecha cubana, con recursos materiales y económicos para mantener su lucha contra el gobierno revolucionario cubano.
USAID agencia que busca manipular al pueblo
En resumen, se ha demostrado que la USAID es una agencia que bajo el disfraz de ser un organismo de apoyo en casos de emergencias humanitarias, es en realidad una agencia que busca manipular al pueblo en contra de cualquier brote de pensamiento crítico contra el sistema capitalista, sobre todo si algo huele a comunismo o socialismo, ahí será la acción concreta de soltar billetes a los medios de comunicación vendidos y a los grupos de derecha o reaccionarios afines a Washington, es decir, la USAID es una agencia contrainsurgente.
Otro ejemplo es, sin duda, su apoyo a grupos aparentemente democráticos y libertarios en la llamada primavera árabe (2010-2012) donde algunos sectores de la llamada “sociedad civil” invitaban a la población a luchar por su “libertad”, sin embargo, la razón real de la “ayuda” fue apropiarse del petróleo y sus rutas comerciales.
En México, la USAID también tuvo una participación importante y gastó muchos recursos financieros pagando a periodistas y grupos de jóvenes para promocionar la Iniciativa Mérida, un plan de seguridad que bajo el pretexto de hacer crecer el comercio entre México y Estados Unidos y elevar la calidad de vida de los pueblos sureños, siempre tan rezagados, lo que en realidad buscó fue expropiar, robar y despojar a miles de comunidades de recursos y mano de obra. La violencia que se vive en Chiapas no fue gratuita y el rechazo a la iniciativa no fue tampoco un rechazo al progreso como estos periodistas y grupos lo quieren hacer ver.

Hombres o capitalismo, ¿quién es el enemigo?
A lo largo de la historia la respuesta a esta incógnita ha tenido muchas contestaciones, desde las que se centran en la lucha contra los hombres, pues creen que en ellos radica toda la responsabilidad de la opresión y violencia hacia las mujeres, hasta quienes luchan codo a codo con los hombres proletarios para erradicar el sistema económico capitalista y construir una nueva sociedad.
Sin embargo, hoy en día y aunque parezca paradójico “a pesar de los grandes logros de la USAID en el mundo” en beneficio de los yanquis, una de las primeras acciones del gobierno de Trump fue firmar una orden ejecutiva para desmantelar algunas dependencias estatales, entre ellas a la USAID. La razón que dio fue que estas agencias son corruptas y un despilfarro de recursos para el erario público y declaró que cada centavo que se invierta en el exterior tendrá que tener una ganancia clara para la política norteamericana.
En esta situación, quizás la desaparición de semejante monstruo no es una catástrofe para los países donde la USAID ha apoyado a las elites más rancias y reaccionarias, porque como ya vimos no eran los pobres o necesitados quienes obtenían ayuda y recursos, sino un grupo de particulares tales como ONGs ávidas de dinero, medios masivos de comunicación vendidos o grupos de derecha que con el falso discurso de difundir la democracia se quedaban con todos los recursos económicos otorgados por la agencia. Para los pobres las migajas y la violencia.
Es decir, parece a todas luces que la desaparición de la USAID es una bendición para nuestros pueblos, no obstante, no podemos ser ingenuos y pensar que Estados Unidos va a dejar en paz al mundo, más bien este es un aviso de que por el momento, la sutileza y engaños, no le son rentables y prefiere otros métodos más implacables de cooperación internacional. Porque el capitalismo sigue y la situación se vuelve más y más compleja y la violencia irá a la alza. Por eso debemos estar atentos y preparados, sobre todo organizados, para luchar y defender lo justo, para buscar el cambio y la transformación, el socialismo es una opción viable, únete a la OLEP!
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