Las bases materiales del pensamiento de la reacción
Las ideas reaccionarias, conservadoras, neoliberales y nazi-fascistas tienen su origen en primer lugar en la propiedad privada por parte de unas pocas personas de los grandes medios de producción, en la existencia de los monopolios de capital trasnacional, y en las relaciones sociales que se establecen para producir: relaciones que nos colocan a millones de seres humanos como vendedores de nuestra fuerza de trabajo y a otros miles como compradores de la misma y como beneficiarios de la riqueza que ésta crea.
Como ejemplo en México, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) 18 familias concentran 3.5 por ciento de la riqueza total del país, es decir, poseen cada una un promedio de 111 mil 216 millones de pesos.
Según una revista que calcula la riqueza de los millonarios en México, los 10 primeros reportan 161, 500 millones de dólares, lo cual en pesos serían aproximadamente 2 millones de millones 713, 200. Por supuesto, los tres primeros de la lista son Carlos Slim Helú, Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego.
Para justificar legalmente, moralmente e incluso filosóficamente esta realidad injusta la clase burguesa, dueña de los grandes medios de producción, necesita crear ideas, creencias y valores que perpetúen su dominio político, cultural, moral y sobre todo su enriquecimiento.
Así pues, desde el punto de vista de los ideólogos de los grandes empresarios y de ellos mismos el proceso laboral en el cual el trabajador produce su salario y le proporciona nuevos valores es un proceso “natural”, necesario para el funcionamiento de toda sociedad, legal y moralmente válido. No nombra este proceso como lo que es en verdad, un proceso de explotación, de robo hacia los trabajadores, un proceso en el cual el capitalista consume la fuerza de trabajo y no le importa que eso signifique la destrucción física y espiritual del trabajador, el trabajador debe vivir para trabajar y morir por el trabajo, y además hacerse cargo de su vejez ahorrando 10 pesos diarios, según la propaganda de los patrones.
Si para los grandes oligarcas, ladrones y explotadores, como los agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial, la vida de los trabajadores importa en tanto que produzcan esa plusvalía que se transforma en ganancia y capital, y no en tanto seres humanos merecedores de una vida digna, ¿cómo no comprender que ellos, son el origen de las ideas conservadoras, reaccionarias y nazi-fascistas?
El capitalista o empresario más progresista es un conservador, ya que impide por todos los medios que se establezca otra forma de producción que no sea con base en la propiedad privada de los grandes medios de producción, la explotación de la fuerza de trabajo y la apropiación privada de la mayor parte de la riqueza que se genera; el oligarca más progresista puede aceptar un “Estado de Bienestar”, siempre y cuando conserve y no ataque la forma capitalista de producción, es decir, en tanto garantice que podrá explotar al trabajador y aumentar sus ganancias.
Y ser conservador es ser reaccionario, ir en contra de la vida digna de millones de personas, la clase burguesa es origen del pensamiento conservador y reaccionario, de la ideas que hacen del egoísmo, el individualismo y la crueldad la supuesta naturaleza de cualquier persona, imponen sus características como clase a toda la sociedad para ocultarse como lo que son: personas a quienes no les importa el presente y futuro de millones de seres humanos y tampoco el de la naturaleza.
El extremo en las ideas y el proceder de esta clase conservadora y reaccionaria son las ideas nazifascistas, ideas que tienen como origen el modo de producción capitalista y a la burguesía que intentaba salir de la crisis económica y política que vivía en los años 20 y 30 del siglo pasado.
Aunque el mayor ejemplo de la atrocidad capitalista es Adolfo Hitler, nazifascistas hubo en todo el mundo, España, Francia, Croacia, Brasil, México, Estados Unidos, los principales financiadores: grandes empresarios dueños de Volkswagen, Ford, Bayer. El nazifascismo tuvo y tiene como objetivo fundamental mantener el modo de producción capitalista y a la oligarquía representante de la clase burguesa que domina en este tipo de sociedad, por más que lo disfracen con otro tipo de discursos y en eso coinciden con los burgueses menos conservadores y reaccionarios.
Así pues, en México, mientras existan esos grandes empresarios oligarcas dueños de los grandes medios de producción el pensamiento conservador, reaccionario, neoliberal y nazifascista va existir y se va a expresar en agrupamientos políticos como el Frente Nacional AntiAMLO (Frena), Va por México, Movimiento Ciudadano, el Yunque y otras expresiones que intentan construir candidaturas como la de Gustavo de Hoyos, Xochitl Gálvez y Eduardo Verastegui.
Sin embargo, los agrupamientos políticos que representan los intereses de la clase burguesa pueden estar confrontados en la forma de desarrollar el capitalismo en México; pero están unidos en la necesidad de continuar con el capitalismo como única opción de lo que llaman desarrollo.
Es por lo antes expuesto que nosotros como expresión organizada de la clase trabajadora, ponemos sobre la mesa la necesidad de construir la democracia popular y el socialismo, de construir una forma de sociedad donde lo central sea la dignidad del ser humano y que modifique de raíz la forma de producción de la riqueza social por medio de la explotación de una gran cantidad de seres humanos por una minoría. Sólo así podremos modificar las ideas conservadoras, reaccionarias, neoliberales y nazifascistas que se expresan en la actualidad, sólo así nuevas ideas podrán adquirir una gran extensión y difusión, ideas que tengan como centro el ser humano y su relación armónica con la naturaleza de la cual es parte y resultado.
Únete a la Organización de Lucha por la Emancipación Popular y juntos recuperemos el sentido de la vida digna, la democracia popular y el socialismo.
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