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Parque Ecológico Lago de Texcoco

Negocios “eco-burgueses”

Después de que ganara las elecciones el 1 de julio de 2018, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) realizaba una de sus primeras acciones como presidente electo: organizar una consulta ciudadana el 29 de octubre de 2018 para que el pueblo decidiera si el tan polémico Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) se cancelaba. El pueblo decidió y prefirió la vida. El 3 de enero de 2019 fue anunciada la cancelación oficial del NAIM.

Esto se debió a la lucha que emprendieron los pueblos del oriente del Estado de México, principalmente, quienes veían cómo los grandes intereses de los empresarios estaban detrás de dicha obra. Sabemos que la burguesía no se iba a quedar quieta después de esta decisión, sólo tenían que esperar para que pudieran echar a andar el verdadero negocio, la tan anhelada aerotropolis.

No tuvieron que esperar mucho tiempo, pues el 25 de agosto de 2020 fue presentado el proyecto del Parque Ecológico Lago de Texcoco (PELT). Esta obra abarcará 12 mil 200 hectáreas (con posible ampliación a futuro “si existen condiciones”) y consta de tres ejes: protección ambiental para la zona, apertura para eventos públicos y acciones para uso público permanente, con un costo de 17 mil 713 millones de pesos –sin contar el costo de operación y mantenimiento que se estima en 1630 millones de pesos anuales–. Todo esto es impulsado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a cargo del arquitecto Iñaki Echeverría.

Al escuchar los avances todo suena muy bien, pues hablan sobre la recuperación de la zona, de restaurar 900 hectáreas, construir un parque deportivo, viveros, etc. Además de eventos públicos como conciertos que ayudarán al PELT a ser sustentable económicamente. Con palabras rebuscadas buscan confundir al pueblo, presentan una alternativa “ecológica” que funciona como una fachada, veamos por qué.

Para implementar el PELT y el Plan Director de Desarrollo Agropecuario y Forestal de la Zona de Mitigación en los Municipios de Atenco y Texcoco, Estado de México (PDAFAT) se necesita la construcción de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales El Caracol (PTAR El Caracol), que permitiría dotar de agua tratada a los dos proyectos, y que es necesaria para que todo lo anterior pueda llevarse a cabo.

El PTAR El Caracol tiene un costo de casi 19 mil millones de pesos. Desglosando los gastos encontramos que más de 7 mil millones van para la compra de predios, se trata de 2500 ha al oriente de la Zona Federal del Lago de Texcoco y se busca modificar su régimen de tenencia de la tierra de propiedad ejidal a propiedad federal, con el pretexto de evitar la mancha urbana de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

Para su operación y mantenimiento se estima que se estarán gastando 56.3 millones de pesos anuales, a eso le sumamos que para los dos primeros años el costo de operación se calcula en 237 millones de pesos; toda esta inversión puede terminar con 24.3% de las plantas de tratamiento que están abandonadas en el país, pues los costos de operación son altísimos.

Los PTAR han sido un buen pretexto en el Estado de México para incentivar el crecimiento de la mancha urbana, al tiempo que han transformado los ríos para convertirlos en canales de aguas negras. Con estos antecedentes podemos imaginar el destino de la zona, pues las propuestas de proyectos inmobiliarios siguen latentes, por lo que buscar agua potable se vuelve algo necesario y adueñarse de las tierras indispensable.

Una prueba es que en el documento Evaluación costo-beneficio del PTAR El Caracol, el PELT y el PDAFAT hay un párrafo donde se especifica que existe la posibilidad de canjear agua tratada por el agua de los pozos que existen en la zona. Por todo lo anterior se pide reservar la información hasta el 2022, cuando su construcción esté finalizada, con la justificación de que podría generar “problemas” con los pobladores de la región o de grupos externos.

En el documento de más de 300 páginas no se menciona en ningún momento alguna inversión para resarcir los daños ocasionados por el NAIM, como las 215 minas que se abrieron en la zona (donde 116 son ilegales) y que causaron grandes pérdidas ambientales, económicas y sociales; tampoco se habla de la cancelación de la autopista que atraviesa la casa de la señora Nieves, es más, para que el parque ecológico tenga éxito es necesario crear más vías de comunicación. Y como vimos no tienen intención de devolver las tierras que le arrebataron a la población para la construcción del NAIM.

Así que lo que no pudieron hacer con el aeropuerto lo quieren lograr con el PELT. Aprovechándose de la confianza que el pueblo tiene en el presidente actual, se instalaron mesas de diálogo con el gobierno en 2019, donde los pueblos presentaron el proyecto Manos a la cuenca, donde proponen diferentes acciones para resarcir los daños, con propuestas que vienen de los habitantes de la región, en donde piden que el área se convierta en un Área Natural Protegida para que siga cumpliendo su función hidrológica, también abarca la restitución de tierras –expropiadas por el expresidente Vicente Fox– y una propuesta de restauración ambiental y desarrollo social y agropecuario. Con estas mesas de negociación se lavan las manos diciendo que el PELT contiene las exigencias y propuestas de los pobladores, algo que está totalmente fuera de la realidad.

Si algo nos ha enseñado la historia de nuestro pueblo es que no podemos confiar ciegamente en un Estado que pertenece a los empresarios, a esa clase burguesa que no le importa ponerse la máscara de ecológico cuando lo necesita. Como pueblo debemos tener independencia política y organizativa. Si nos confiamos, si no mantenemos nuestra agitación, propaganda y organización, pueden agarrarnos con la guardia baja e imponer sus intereses sobre los intereses de la mayoría. Por ello, hoy más que nunca necesitamos impulsar las demandas más sentidas de la población: Te invitamos a conocer nuestro Programa Mínimo de Lucha, a estudiarlo y difundirlo, pues sabemos que el pueblo puede impulsar proyectos verdaderamente amigables con el medio ambiente.

¡Luchemos por la tierra, el medio ambiente y el socialismo!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la Contraportada del No. 58 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), octubre, 2020.

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