SALARIOS HISTÓRICOS… Y SIGUE SIN ALCANZAR
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi) en este último trimestre, la inflación (esa cosa maldita que hace que las cosas cuesten más y el dinero valga menos) en el costo de la canasta básica alimentaria y no alimentaria tuvo un freno quedando en 3.63 por cierto, siendo un poco más baja en el ámbito rural con 3.6 y en la ciudad con 4.7 o sea, como todos intuimos, las cosas son más caras en las ciudades.
Este freno en la inflación quedó incluso por debajo del esperado 3.7 de los analistas quienes quisieran que estuviéramos en los niveles de Argentina gobernada por la ultra derecha la cual registra una inflación en este mismo periodo del 31% y un aumento en los precios del 117%.
Al mismo tiempo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) registró un total de 23,761,340 afiliados con un salario promedio histórico de $623.1 pesos al día lo cual nos da un resultado de $18,693.00 pesos al mes. Un aumento nada despreciable y que casi, casi alcanza la cifra de $19 mil pesos que marcábamos hace 8 años como ideal para una canasta básica constitucional (lo cual implica más productos, servicios y gastos que los actualmente marcados como canasta alimentaria y no alimentaria).
La canasta básica
Hasta aquí, todo viento en popa… pero, siempre hay un pero. Porque hay que explicar un poco más de estos números y qué nos dicen de la realidad que vive el pueblo. Por un lado, siempre tenemos la trampa de la canasta básica. La canasta básica se divide en alimentaria y no alimentaria, para septiembre de 2025 la suma de ambas costaba $4,750.84 por persona al mes. Durante todo el periodo neoliberal jamás se hizo ese señalamiento y es una omisión que es importante, pues no es lo mismo $4,750.84 que $19,003.36 para una familia de cuatro y con la cual el “ingreso histórico” de $18,693.00 pues tampoco alcanza.
Y la cosa no para ahí, el propio inegi matiza las cifras dadas por el imss. En primer lugar, tenemos que tomar en cuenta que el 54% de los trabajadores está en la informalidad, es decir, su condición los coloca en posición vulnerable para recibir menos del salario mínimo, dejando las cifras de la siguiente manera:
| Trimestre (2025) | Total | Hombres | Mujeres | Formal | Informal |
| Segundo | $7,596.46 | $8,278.95 | $6,625.99 | $10,821.04 | $5,257.55 |
Fuente: Boletín indicador 467/25 Pobreza Laboral inegi
Entonces, vemos que el único salario que pasa por poquito el salario mínimo en promedio es el de esa cifra histórica de trabajadores afiliados al imss, pero que en general, hombres y mujeres que trabajan bajo cualquier régimen, en realidad no llegan ni siquiera al salario establecido por ley.
Si partimos del cálculo del dinero necesario que hacen las autoridades del costo de lo que ellos determinaron como canasta básica alimentaria y no alimentaria, el salario de una familia con dos ingresos y dos hijos no alcanza para satisfacer por completo las cuatro canastas básicas, por algo nos dicen a los pobres que no tengamos más de un hijo.
Como mencionamos arriba, en 2018 retomábamos el cálculo de 19 mil pesos como canasta básica constitucional, hoy esas cifras acaban de actualizarse y los académicos que planteaban la cifra de 19 mil para 2018 hoy hablan de 27 mil pesos. Vaya, el salario corre pero las necesidades corren aún más y tomando dicha cifra el salario promedio no llega ni a una cuarta parte de lo que deberíamos tener constitucionalmente.
Cierto, en 2009, con el ultra derechista Felipe Calderón, el salario alcanzaba sólo para el 12% de la canasta básica, fue el peor momento de los registros modernos para la clase trabajadora, no queremos que regrese el prian, pero la realidad nos dice que falta mucho avance en el tema salarial como para vivir con dignidad.
La división oficial que se arrastra desde el prianismo, entre la canasta básica alimentaria y no alimentaria, lo único que hacen es recortar lo más posible las condiciones materiales y no materiales para tener una vida digna. Los cálculos se hacen para que seamos más austeros (pobres), y así, medio nos alcance para sobrevivir mientras nos dicen que eso es para lo que alcanza y que nos conformemos, porque antes estábamos peor.
Que las necesidades del pueblo no sean mínimas
El aumento en el salario se dio gracias a un pueblo inconforme con el modelo de gestión neoliberal y hoy quieren que esa inconformidad se calme, se apacigüe con programas sociales y aumentos salariales que apenas son un puño de arena en la playa de la burguesía.
No, debemos de seguir exigiendo. Que las necesidades del pueblo no sean mínimas, sino las que se expresan en nuestros derechos constitucionales, que la vida del pueblo no sea vista como un mero cálculo hacia abajo sino como la aspiración máxima para desarrollar nuestras cualidades y tener una vida verdaderamente digna y eso sin duda no caerá del cielo, no llegará de un programa social, llegará de mano del pueblo organizado para destruir no sólo el cadáver viviente del neoliberalismo sino el sistema que lo sostiene: el capitalismo que aún en su forma más “humanista” sigue viviendo a costa de todo el pueblo explotado. !
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