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Trabajo y salario

Preguntas de un obrero que lee

HA SIDO UN MES DE SOL Y LLUVIAS inesperadas por las tardes en la Ciudad de México. Como hoy que camino y las calles están encharcadas. De regreso del trabajo me pregunto cuántas veces escuchamos hablar sobre los patrones y el robo a sus empleados, pero nunca nos dicen cómo pasa. Mucho menos nos ponemos a pensar el porqué de este “robo”, otras veces pensamos como ellos, y simplemente llegamos a la conclusión de que es normal que gane más quien es dueño de la empresa. Incluso hay veces que nos cuestionamos, ¿es verdad que los patrones roban? Y la verdad es que yo tampoco sé.
Pero pensándolo bien, ¿qué es el salario y por qué no nos alcanza? Si alguna vez lo buscas en el diccionario, simplemente dice que es “la cantidad de dinero con que se retribuye al trabajador” y si lo buscas en la Ley Federal del Trabajo, dice algo similar. La verdad es que no me queda claro de dónde viene y qué lo determina.
Caminando vi a unos muchachos de la OLEP repartiendo folletos de un tal Carlos Marx. Parecía haber coincidido con mis pensamientos, “Salario, precio y ganancia” se llamaba el folleto. Yo no sabía quién era Marx. Llegando a casa, después de cenar, me puse a leer el folleto que me dieron. En él, Carlos Marx nos explica que el salario es la “retribución” para la reposición de la fuerza de trabajo, es decir, que es la cantidad para cubrir las cosas indispensables para regresar mañana al trabajo. ¿Fuerza de trabajo? Sí, las capacidades físicas y mentales para realizar el trabajo. Así, podemos ver que nos pagan un salario que se ajusta a duras penas para vivir al día, aunque en otras ocasiones un salario puede ser mayor a estos insumos indispensables y pensamos que ni siquiera somos explotados. Como mi tía, quien es médica y piensa que por ganar más no es explotada.
Vaya sorpresa. ¿Es decir que no me pagan por todo lo que produzco, sino tan sólo una parte? Entonces ahora entiendo qué es lo que se roba el patrón. Aunque sabemos que el salario es lo que se nos paga por cierta cantidad de trabajo, no se nos dice que es para asegurar la producción del día de mañana.
Pero ahora me pregunto, con más dudas que respuestas, ¿por qué existe un salario “mínimo”, si ya nos pagan lo mínimo para vivir? Y para ser precisos, consulté la Ley Federal del Trabajo, donde venía alguna definición de esto. En el artículo 90: “Salario mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo la persona trabajadora por los servicios prestados en una jornada de trabajo”. Pero la Ley Federal del Trabajo también dice: “El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de una o un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de las y los hijos”. En enero, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador aumentó un 22% al salario mínimo, pasando de $141.70 a $172.87. Sin embargo, no veo que este aumento nos haya ayudado realmente. Actualmente me pagan $3,457, si quisiera sustentar a una familia no me alcanzaría para asegurarle a mis hijos una educación, apenas nos ajustaríamos a la canasta básica de alimentos. ¿Necesidades sociales, culturales? La verdad nunca me había enterado de eso, ni que el salario debe asegurar la recreación.
Y pensar que aun así hay familias que logran sustentar sus necesidades básicas. Y aunque Carlos Marx nació en 1818, es decir, hace más de dos siglos, parece cosa extraña que desde hace dos siglos siguen igual las cosas para nosotros, el pueblo. Y para entenderlo en la actualidad, los muchachos de la OLEP pusieron en el folleto unos datos escabrosos que dejarían impactado a cualquiera que los leyera. Según el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, en 2012 un trabajador mexicano se tardaba en producir su salario en tan sólo 9 minutos de su jornada laboral. Aunque parezca lejana esta cifra, y quizá haya cambiado un poco para el 2022, no dejo de pensar que tiene sentido ya que los salarios son bajos a comparación de lo que producen las empresas. Si trabajamos 8 horas y tan sólo se nos retribuye lo de 9 minutos producidos, las 7 horas con 51 minutos restantes ¿quién se las queda sino el patrón? Esto, Carlos Marx lo definió como plusvalor, que es la cantidad que no se nos remunera a quienes producimos lo que haya por producir. Aquí es donde entendí más lo del robo, es un descaro.
Pero esto simplemente empeora. El último dato (2016) de la Canasta Alimenticia Recomendada (CAR) indica que era de $218.06, mientras que el salario mínimo era de $73.04. Quiere decir que con este salario tan sólo podíamos comprar el 33.50% de la CAR. ¿Y el resto?, ¿lo cultural y lo social? Simplemente no existe. Ahora, aunque hayan pasado 7 años y un cambio de gobierno que incluyó un aumento, ¿nos sigue alcanzando tal como lo indica la ley? Por supuesto que no. ¿Por qué? Pues los muchachos de la OLEP culpan al capitalismo. ¿Y qué es el capitalismo?, me pregunto. El folleto responde: “el capitalismo es la acumulación de riqueza a través de la explotación del hombre por el hombre”.
Parece que me encontré con algo más que una simple respuesta a lo que me preguntaba en un inicio. Ahora tengo más dudas y ya no sólo del salario, sino de muchas otras cosas. Sin embargo, y a pesar de las lluvias torrenciales y el sol enfurecido, algo me dejan esos muchachos, una alternativa, una respuesta a todas las problemáticas, pues si ellos tienen el tiempo de organizarse, de salir a repartir esta información, ¿por qué no sumarse a ello? Tal vez si todos los trabajadores y trabajadoras nos sumáramos, si nos explicaran la piedra que construye la riqueza, podríamos cambiar las cosas de raíz.

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