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Colaboración entre clases: adiós a la transformación

Los burgueses siempre buscan la manera de que sus intereses económicos y políticos prevalezcan por sobre el resto de las clases que explotan y oprimen, ésta es la razón fundamental por la cual sus representantes se adueñan con mayor velocidad de la estructura dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA).

No es que la burguesía no estuviera representada en el agrupamiento político del Morena; lo estaba desde antes de la contienda electoral por medio de Alfonso Romo, Yeidckol Polevnsky o Ricardo Monreal, por mencionar algunos, y del argumento para pactar con ellos, para construir alianzas como la única manera de ganar la presidencia. Y la presidencia se ganó.

Dado ese resultado muchos integrantes del Morena hablaban de lo sabio que había sido “subir al barco” a personas como Mario Delgado, hoy presidente de ese agrupamiento político; de hacer alianza con Manuel Velazco Coello, virtual presidente del Partido Verde Ecologista de México, asesino y protector del represor gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas; de aceptar el chantaje de Ricardo Monreal y darle la oportunidad de colocar hoy a su hermano y pésimo funcionario (David Monreal) como candidato a la gubernatura de Zacatecas.

El supuesto acierto de sumar por sumar se ha trasformado en la debilidad del Morena y, sobre todo, limita la posibilidad de tener verdaderos representantes de los intereses históricos del pueblo explotado y oprimido dentro de la estructura de ese agrupamiento político.

Nosotros decíamos que había sumas que restaban y hoy está a la vista el resultado, otro más: el colocar a Clara Luz Flores, quien militó 22 años en el pri y que renunció a éste en febrero de 2020, como candidata del Morena por la gubernatura de Nuevo León. Ganar por ganar sin importar que los responsables de la aplicación del neoliberalismo en nuestro país se mantengan en todos los puestos necesarios para proteger los intereses de la clase burguesa, a la que representan y a la que varios pertenecen materialmente.

Contrario a lo que dice Mario Delgado de que “Morena es del pueblo”, día con día, al conocer los candidatos elegidos para las gubernaturas, a los politiqueros que se adueñan de los puestos de dirección del mismo y el desprecio por las bases, podemos afirmar que el Morena es cada vez más de la burguesía, esa que se ha disfrazado de pueblo para no responder por sus crímenes; esa que se sigue enriqueciendo gracias a que sus trabajadores son explotados hasta cuando ellos duermen, como cínicamente lo dijo Ricardo Salinas Pliego, otro aliado del Morena que deja mucho que desear.

Hace más de dos años la bancada del Morena en la Cámara de Diputados declaraba: “se terminó la larga noche de corrupción y la impunidad…”; pero esa declaración no aplica a quienes bajo el cobijo del Morena buscan cargos políticos para ocultar su corrupción, mantenerse impunes y preservar las políticas económicas neoliberales; para quienes son parte y representan a la clase burguesa.

Aun así, a pesar de todas las evidencias que nos indican cómo la dirigencia del Morena se pierde en las sábanas de seda de la clase burguesa, es de reconocerse que mucha gente honesta y trabajadora tiene claridad sobre que el camino de la dirección del Morena y lo que sucede en su interior los lleva a la derrota como expresión política del pueblo que luchó contra el neoliberalismo, confía en el presidente y tiene la esperanza de poder cambiar desde dentro del partido todo lo que le afecta.

No son pocos los dirigentes populares y los intelectuales progresistas que se sienten defraudados por cómo se ha perdido el proyecto original del Morena, a ellos les decimos que deben mantenerse organizados; que si así lo deciden deben dar la pelea por su proyecto, pelea seria, pensada y planificada, pues se enfrentan a la burguesía y sus personeros; pelea que si bien necesita de análisis certeros, necesita más del trabajo entre el pueblo.

Por nuestra parte, las organizaciones que existimos fuera de Morena (gracias a nuestra independencia ideológica, económica, política y organizativa) no hemos perdido la orientación antineoliberal y anticapitalista de la lucha y seguimos construyendo la democracia popular y el socialismo.

Seguimos en el trabajo de agitación, propaganda y organización, continuamos ejerciendo nuestros derechos, entre ellos el derecho a la protesta, seguimos denunciando la injusticia y a quienes, agazapados en el gobierno o en otros agrupamientos políticos, representan a los grandes burgueses que también denunciamos como autores intelectuales y materiales de la larga noche de terror que como pueblo nos toca todavía vivir en diferentes estados del país.

Nosotros esperamos que puedan compartir con nosotros este esfuerzo de lucha y organización, un esfuerzo que no está limitado por las alianzas espurias ni la tibieza; sino que busca ser el instrumento político del pueblo para luchar por sus verdaderos intereses sin estar a la cola de la burguesía o de la pequeña burguesía.

Ni el neoliberalismo está sepultado ni la burguesía derrotada, la derrota moral de los Slim, de los Larrea, de los Salinas Pliego y los Hank debe convertirse en su derrota material: los grandes medios de producción que le han robado al pueblo deben ser socializados, ésa es la condición primordial para mejorar radicalmente las condiciones materiales y espirituales del pueblo trabajador y explotado.

¡Arranquemos el neoliberalismo de raíz,

construyamos el socialismo!

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