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Corredor Interoceánico:el desarrollo neoliberal no beneficia al pueblo

En los últimos meses se han dado a conocer los avances finales de los grandes proyectos de infraestructura que se han realizado en el actual sexenio, como lo son la refinería de dos Bocas, el Tren Maya, el Tren interoceánico, entre otros. Incluso se realizó un decreto en mayo pasado por medio del cual se declaran algunas de estas obras de seguridad nacional.

Uno de esos grandes proyectos es el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec que recientemente fue presentado en Estados Unidos (EU) por la Secretaría de Economía de México. En este sentido es importante hacer un análisis de este proyecto, en qué consiste, su importancia, a quién beneficia, a quién afecta, y cuál es nuestra postura como parte del pueblo que lucha por una vida digna para todos.

Y como siempre partimos de que vivimos un el sistema capitalista, donde existe una clase burguesa monopolista trasnacional dueña de los grandes medios de producción (tierra, fábricas, etc.) y una clase proletaria que sólo tiene su fuerza de trabajo para sobrevivir, los que salimos todos los días a trabajar y a final de quincena estamos esperando nuestro salario para pagar las deudas y lo que necesitamos para vivir. Esto en el actual sexenio no ha terminado, ni se busca terminar, por el contrario, López Obrador habla constantemente de la conciliación de las clases: que los burgueses no roben tanto y que los trabajadores ganen tantito más. En otro tema se habla del fin del neoliberalismo y la necesidad de fortalecer el Estado (capitalista pero de bienestar) aunque vemos que en los hechos no se ha terminado del todo con las políticas neoliberales a un año de terminar el actual sexenio aunque si se fortalece el Estado.

¿Qué implica entonces la construcción de obras estratégicas de infraestructura? Por un lado, el desarrollo de fuerzas productivas, necesarias para la producción y circulación de mercancías. Estas fuerzas productivas en el sistema capitalista son usadas esencialmente por la burguesía, pues se vuelven más eficientes al momento de producir o la circulación de sus mercancías es más rápida y económica. Y por otro implica también el fortalecimiento del Estado el cual va a contar con la infraestructura necesaria para que el “desarrollo económico” no dependa tanto del extranjero, pero al final terminan promoviendo estos proyectos con el imperialismo. Esto no significa que al pueblo no le interese el desarrollo de las fuerzas productivas, por supuesto que nos interesa, pues sabemos que éstas también pueden servir al pueblo, pero para eso se requiere acabar con el capitalismo.

En el caso del corredor interoceánico es un proyecto que llama bastante la atención, pues busca conectar el océano pacifico con el océano atlántico conectando al puerto de Salina Cruz, Oaxaca con el puerto de Coatzacoalcos, Veracruz. Con poco más de 300 km es una alternativa al canal de Panamá el cual tiene el mismo objetivo. Con esto la circulación de mercancías se hace más eficiente y las ganancias o plusvalía que se roban los empresarios aumenta y es aquí donde se empieza a responder la pregunta de a quién beneficia actualmente este proyecto, pues hasta el momento los más felices son los empresarios.

Como parte del corredor interoceánico se van a licitar diez proyectos de parques industriales a lo largo del mismo con un área de 300 hectáreas y con todos los servicios agua, luz, gas, pero también habrá facilidades fiscales para aquellos que se decidan a invertir, dichas facilidades implican no pagar IVA en las transacciones de los empresarios y no pagar ISR durante los primeros 3 años y solo 10% del ISR durante otros 3 años más. ¿Así o más consentidos? Todo esto con el objetivo de que haya un mayor desarrollo y más empleo dicen.

Y es tal su importancia que se dio una toma temporal del un tramo de vías férreas concesionadas al segundo hombre más rico de México a quien hemos apodado Germán La-rata y del cual ya hemos hablado en el anterior número de FRAGUA. Algunos dirán que German Larrea es un ejemplo de cómo no todos los empresarios han sido beneficiados e incluso algunos han sido afectados; sin embargo, ya vimos que esto no es tan así pues a pesar de las pugnas han terminado en acuerdos benéficos para los empresarios y así fue Germán Larrea después de concesionar ocho años otros tramos de las vías férreas bajo su control.

Los trabajadores ¿cómo nos beneficiamos? pues con más empleos dicen desde el escritorio. Pero sabemos que la realidad son empleos mal pagados, sin contrato laboral, sin seguridad social, ganando el mínimo: trabajo bajo leyes neoliberales, y no lo decimos por decir, el INEGI reporta que 55 % de los trabajadores en México están en la informalidad lo que implica 32 millones de trabajadores y el sector laboral no es lo más antineoliberal del actual sexenio, pues se siguen manteniendo políticas de lo más neoliberales que se aplicaron desde el sexenio de Felipe Calderón como el outsourcing, aunque algunos no lo quieran ver. Y en el mejor de los casos que se den empleos bien pagados eso no quita que se le siga robando al trabajador la mayor parte de lo que produce al no tener más que su fuerza de trabajo como lo explicamos en un inicio.

Entonces este proyecto estratégico es funcional al Estado, fortalece aún más a la burguesía nacional y trasnacional. Deja un poco más de dinero para seguir distribuyendo los programas sociales, lo cual no está mal, pero deja aún más riqueza para unos pocos y más pobreza para la mayoría.

¿Entonces, cuál es la alternativa? No nos podemos oponer a un proyecto así nada más, porque nos cae mal o por que estemos en contra de todo lo que suene a megaproyecto. Debemos entender que es parte del desarrollo de las fuerzas productivas y que, por lo tanto, éstas deben estar al servicio del pueblo. La lucha debe ser porque no se sigan beneficiando unos cuantos empresarios, pero también tenemos que entender que la única forma en que logremos un verdadero beneficio para el pueblo donde tenga trabajo digno, salario justo, seguridad social y donde no se le robe una parte de la riqueza que produce es construyendo un Estado que verdaderamente esté al servicio del pueblo, un Estado que no esté al servicio de unos cuantos capitalistas, un Estado socialista.

Mientras el Estado de “Bienestar” tenga como base el sistema capitalista los proyectos estratégicos de infraestructura sólo beneficiarán y darán bienestar a Carlos Slim, Germán Larrea, Salinas Pliego y los hombres más ricos de México. Por eso es necesario luchar por una verdadera democracia popular y el socialismo.

¡Contra el despojo, la explotación y la represión, resistencia, organización y lucha por el socialismo!

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