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¡Expropiación ya!

Gracias a la resistencia de los trabajadores del petróleo, al pueblo movilizado y a la decisión de un gobierno progresista el 18 de marzo de 1938, México volvió a ser dueño de su petróleo.

Esta decisión enfrentó al país al boicot comercial impuesto por Gran Bretaña y los Estados Unidos, ya que prohibieron la compra del petróleo mexicano, demandaron al gobierno y negaron la venta de la tecnología necesaria para la producción del mismo.

Las contradicciones entre los países imperialistas y el inicio de la segunda guerra mundial fueron factores determinantes para que esas potencias imperialistas no pudieran hacer más y aceptaran la indemnización por lo expropiado, pues la Alemania nazi con Hitler como representante compraría de buena gana el petróleo de México para que su maquinaria bélica funcionara.

Y hoy ¿por qué no se quiere expropiar ni “un tornillo” a los saqueadores del imperialismo?

¿Por qué se cuida tanto la propiedad privada obtenida gracias al neoliberalismo rapaz y asesino?

Un argumento es que no hay condiciones para ello, que habría más problemas para México si se expropia, si se cancelan las deudas, si se afectan intereses económicos de las empresas trasnacionales de origen extranjero y mexicano.

¿Son estos argumentos ciertos?

Es cierto, tendríamos que enfrentar más problemas, problemas cuyo origen serían recuperar la dignidad y los niveles de vida digna para toda la clase trabajadora. Problemas surgidos de la necedad de las grandes empresas trasnacionales y el imperialismo por devolver lo que han robado.

Entonces no hay que hacer nada, dicen los tibios y timoratos, o bueno, hay que hacer “lo posible” para que no se enojen los grandes empresarios y sigamos ganando todos dicen ellos…claro, no en la misma proporción.

Nosotros decimos que como en 1938 el pueblo debe estar organizado y movilizado para poder frenar y poder expropiar a quienes nos han saqueado, de la misma manera en que el pueblo se forma en las sucursales bancarias para recibir sus programas sociales, así hay que organizar el tiempo para informarnos, para marchar, para discutir, para exigir justicia y expropiar a quienes ya nos expropiaron desde hace décadas los grandes medios de producción y los recursos materiales para su enriquecimiento inmoral e ilegal.

No, gritan los cobardes, “extremistas”, sus voceros…expropiar, pedir la expropiación equivaldría a fortalecer a la reacción a esos empresarios y políticos que hoy se organizaron en “México colectivo” y llamaron a que “cese la polarización”.

Falso, quien fortalece a los neoliberales y reaccionarios aglutinados en “México colectivo”, es el gobierno que con sus decisiones pretende conciliar entre los intereses de empresarios como Germán Larrea o Salinas Pliego con los intereses de la clase trabajadora.

Mientras a Germán Larrea se le deja competir por comprar Banamex, los trabajos para rescatar a los mineros sepultados en la mina de Pasta de Conchos, Coahuila, propiedad de ese siniestro burgués, apenas inician, así como tampoco avanza el saneamiento del río Bacanuchi, en Sonora contaminado por un derrame de otra mina de este criminal.

Cierto, hay proyectos de gobierno que fortalecen la soberanía, pero estos proyectos, como la gran planta fotovoltaica Rafael Galván construida y terminada este año en Sonora, no bastan para recuperar la soberanía energética y no bastan, porque no están respaldadas por el pueblo organizado y movilizado para defender esos proyectos.

Todo proyecto que se realiza sin la defensa activa del pueblo organizado y movilizado será propiedad de la gran burguesía como lo fue en el pasado. Lo remarcamos, porque Morena y el gobierno federal han renunciado a la movilización y organización del pueblo para defender y profundizar las medidas favorables para el mismo. Esta renuncia tendrá consecuencias negativas para el pueblo y por ello, nuestra obligación es mantenernos organizados y movilizados de manera independiente, así defendemos los intereses del pueblo, luchamos contra la reacción y presionamos a los tibios a que se definan en si están con el pueblo o sólo son administradores temporales de los empresarios neoliberales que hoy se visten de guinda.

No teman compañeros, nuestra crítica punzante contra la clase burguesa trasnacional enquistada en este gobierno y fuera del mismo está presente en cada número de nuestro periódico, así como también la crítica contra las decisiones de gobierno que afectan al pueblo, reiteramos estamos a favor de toda medida que mejore las condiciones materiales de vida del pueblo y estamos en contra de las que no sean suficientes o las lesionen. Esto no es hacerle juego a la reacción, esto es ser congruentes con la democracia popular, esto es ser los demócratas más consecuentes y no los tibios y camaleónicos funcionarios o burócratas que buscan su beneficio personal o de grupo por sobre los intereses inmediatos e históricos de la clase trabajadora.

Contra el neoliberalismo y sus representantes caminamos al lado del pueblo milite o no en Morena, somos solidarios en la movilización, en el foro y en la denuncia; contra quienes desde el gobierno o fuera de éste pretenden impedir las medidas favorables al pueblo, desmovilizan al pueblo, lo desorganizan o lo subordinan a los intereses de la pequeña burguesía o la burguesía, también nos unimos a las fuerzas consecuentes que se esfuerzan por mantener un carácter proletario en sus organizaciones y formas de lucha, luchen o no por el socialismo.

Expropiación ya de los empresarios ladrones, asesinos, corruptos y beneficiarios del neoliberalismo, expropiación a los Slim, a los Salinas Pliego, a los Larrea y sí también a los Genaro García Luna, a los Felipe Calderón y Peña Nieto, expropiación a quienes los encubrieron, a quiénes fueron cómplices y a quienes ejecutaron y se beneficiaron del terrorismo de Estado.

¡Luchar con dignidad, con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!

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