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Luchar por la democracia popular y el socialismo

Nuestros primeros pasos

Luchamos por todo el pueblo, por todas las personas que sin importar su edad, su ocupación, su género o preferencia sexual viven en una realidad injusta e inequitativa, pues las mejoras materiales inmediatas que se viven en algunos sectores de la población y en algunos lugares de nuestro país no son la solución de raíz de los grandes problemas económicos, políticos y sociales producto del sistema económico social capitalista, ahora en su versión de “Estado Benefactor”.

Hace 10 años en estas fechas un grupo diverso de mujeres y hombres nos constituimos como Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), después de un tiempo logramos definir que nuestra primera tarea era la impresión de un periódico: FRAGUA, cuyo lema es Forjando el camino de la emancipación popular.

Nacimos como una necesidad del pueblo por organizarse contra la injusticia y el abuso a inicios del sexenio de Peña Nieto y nos integramos con diferentes experiencias de militancias y sin experiencias de la misma, pero desde un principio tuvimos principios que orientaron nuestra actividad: nuestra organización lucha por el socialismo, es independiente de todo partido al servicio de la burguesía, tiene una posición de clase proletaria, aprende del pueblo que lucha y se organiza y de sus luchas pasadas; “todo trabajo de organización debe tener como fundamento la colectividad”.

Estos principios aún vigentes, se definieron en medio del incremento de la represión política del sexenio pasado, de la profundización de la política neoliberal y en la lucha entre el reformismo neoliberal  y el infantilismo de izquierda al seno del movimiento popular, ejemplo de las ideas de este último era el discurso que exaltaba la individualidad como método de “organización” y trasformación social entre un conjunto de organizaciones.

El anarquismo insurreccionalista estaba de moda en esos años, su planteamiento de exaltar la acción directa como respuesta individual al capitalismo y a la formación de grupos sin jerarquías donde cada elemento reafirmaba su individualidad permeaba en buena parte del movimiento estudiantil. Pero el anarquismo insurreccionalista planteaba otras ideas: el enemigo principal a vencer ya no era el Estado, eran las organizaciones de masas que mediatizaban la lucha popular, por tanto las acciones contra estas se justificaban.

Estas ideas generaron tensión en el movimiento popular, pues bajo éstas se disfrazó también el Estado que perpetró golpes duros al movimiento popular al ejecutar extrajudicialmente o detener y desaparecer a dirigentes viejos y consecuentes de diferentes organizaciones. A la vuelta de los años de ese anarquismo insurreccionalista cuyo origen fue Europa, no queda mucho.

Esta situación nos llevó en aquellos años a profundizar en el estudio del origen y actuación del Partido Liberal Mexicano (PLM), porque el anarquismo de aquellos años no fue la exaltación a la individualidad, a los grupos pequeños sin jerarquías o al rechazo de la participación masiva del pueblo en contra de la dictadura de Porfirio Díaz.

“Los integrantes del PLM luchaban por todos los oprimidos, pero no como personas aisladas de ellos, parte de su lucha iba dirigida a que los oprimidos se organizaran con ellos, a que ‘abrieran los ojos’ y se convencieran de luchar para lograr ‘Reforma, Libertad y Justicia’; los integrantes del PLM no eran individuos que buscaban liberarse a sí mismos sin coordinación con un ente colectivo ni tampoco eran individualidades que no reconocieran ninguna autoridad, por el contrario, los integrantes del PLM eran luchadores abnegados y disciplinados y por eso declaraban: ‘La única autoridad que reconocemos mientras se establezca un gobierno elegido por el pueblo es la Junta Organizadora del Partido Liberal” Fragua, Núm. 1 Mayo-junio 2014

Desde nuestro origen como OLEP dimos la batalla ideológica, pero sobre todo definimos que nuestra principal tarea era estrechar una fuerte relación con parte del pueblo como organización, un medio era el periódico, este debía ser una tribuna para el descontento, un instrumento para la agitación, la propaganda y la organización; distribuirlo en brigadas al pueblo en general y también entre nuestros conocidos se convirtió en una tarea importante.

Por aquellos años buena parte de quienes pertenecían a la OLEP eran estudiantes y un fenómeno al que nos enfrentamos fue que como tales sin hacerlo de manera consciente se separaban de la lucha de otros sectores de la población y por ello regresar al pueblo de donde venimos todos con propuestas de organización era una necesidad de suma importancia.

A la emoción de repartir en dos meses 1mil periódicos, vino la necesidad de responder a la necesidad sentida de la población de organizarse,  de mejorar nuestra organización y de capacitarnos para estar a la altura de las necesidades y exigencias que se nos presentaban en el deseo de seguir luchando y llegar a nuestro objetivo: la democracia popular y el socialismo.

Fue la práctica y el estudio lo que nos permitió coincidir a quienes integramos la OLEP en esta primera etapa y, aunque parece contradictorio, los éxitos iniciales se volvieron el elemento para la salida de algunos compañeros, porque una cosa es planear y otra ejecutar las ideas, y sobre todo asumir la responsabilidad de dar solución, alternativa y claridad a las personas que se convencen de la necesidad de luchar y sobre todo de enseñar con el ejemplo las características de lo que entendemos como una lucha de carácter proletario.

Tuvimos errores en esta primera etapa y tal vez pecamos de optimismo sobre el desarrollo de nuestra organización, pero es importante reconocer que pudimos dar esos primeros pasos gracias a la solidaridad y compromiso incluso de los compañeros que ya no están en este proyecto, pero con quienes nos une la amistad y continúan aportando de manera solidaria a nuestra organización.

Este es un primer artículo de los que seguirán saliendo con la intención de compartir nuestra experiencia rumbo a los diez años de existencia de nuestro proyecto organizativo, esperamos que el lector nos juzgue con crudeza, porque no tememos a la crítica, aunque en estos años aprendimos a diferenciar entre las que son sinceras y las que son hechas de mala fe o de las mentiras que pretenden frenar y destruir nuestro proyecto de organización orgullosamente proletario y socialista.

¡Luchar, luchar, luchar con dignidad, con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!

Contacto:

olep.contacto@gmail.com
fragua.olep@gmail.com
Facebook: olep.fragua

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