¡No más cierres en PILARES y FAROS!
Defendamos del derecho humano a la educación y al aprendizaje continuo
El pasado 29 y 30 de julio, vecinos y usuarios de PILARES, uno de los programas insignia de la actual administración de la Dra. Claudia Sheinbaum, se encontraron con la noticia de que los espacios que habían sido utilizados por ellos como lugar no sólo de esparcimiento sino para ejercer sus derechos a la educación y al aprendizaje continuo serían desalojados-.
Estos lugares, por muy irónico que parezca, servirán como sedes para una nueva preparatoria del Instituto de Educación Media Superior y una Universidad del Instituto Rosario Castellanos. ¿No es irónico por no decir absurdo que una institución que se fundó gracias a la toma de una cárcel abandonaba ahora se haga de espacios desalojando al pueblo que hace uso de ello? ¿Acaso la actual administración ha olvidado la historia del IEMS?
Los usuarios de los PILARES Oceanía y Alameda Oriente se movilizaron y manifestaron su inconformidad ante esta violación de sus derechos humanos, pues incluso el desalojo en Alameda Oriente se dio por parte de personas que nadie conocía y que no hicieron mucho por identificarse, quienes sólo dijeron “a las 5 deben estar todos fuera” ¿esa es la forma de llegar a acuerdos en la ciudad “innovadora y de derechos”?
Un caso similar está ocurriendo en el FARO Azcapotzalco Xochicalli, donde poco a poco se han eliminado tallers y se busca que el espacio deje de existir hasta pasar a formar parte de los nuevos centros de certificación que tiene planeada la actual administración de la Ciudad de México.
Así, varios talleristas han sido removidos de su puesto de trabajo y están en “limbo” pues, en principio, los talleristas no son considerados trabajadores sino que “reciben una beca”, forma bonita de llamarle a la flexibilidad laboral neoliberal que sigue imperando en muchas dependencias de gobierno en la capital del país.
Y si nos ponemos a analizar los distintos PILARES y espacios culturales, los casos se repiten, como en PILARES Tasqueña donde las áreas burocráticas parecen más importantes que los espacios para desarrollar talleres culturales o la bebeteca.
Esta situación nos demuestra que, como hemos insistido desde las páginas de FRAGUA y en las constantes denuncias que como OLEP y OLEP-UDITT hemos realizado en materia laboral, el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones.
La esencia de la decisión la podemos encontrar en el proyecto de homogeneizar todos los temas educativos de la ciudad bajo las silgas del Instituto Rosario Castellanos el cual comenzó desde la propia creación de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación la cual buscaba ser una especie de “super secretaría” la cual aglutinara a todos esos proyectos dispersos que existen en la Ciudad lo cual, en principio, no está mal, sin embargo las autoridades no han respetado el corazón de los programas que se han creado y ni siquiera del IEMS pues estos han sido creados gracias a la lucha y gestión de una parte del pueblo que de manera organizada se movilizó para luchar por los derechos a la educación, trabajo y vida digna.
Hoy, este proyecto más parece el resultado de gestiones burocráticas que de un legítimo interés en la construcción de alternativas para las comunidades que habitan las colonias, barrios y pueblos históricamente abandonados; respuestas neoliberales a preguntas de transformación. No se puede construir un proyecto que busque mejorar las condiciones de vida del pueblo, pisoteando los propios derechos del pueblo.
Al mismo tiempo, notamos el miedo que hemos denunciado tienen las autoridades a la organización y verdadera construcción de comunidad dentro del pueblo, pues las medidas que toman los encargados de los programas cuando ven que hay una alianza entre talleristas y usuarios es la de correr a los primeros o moverlos de centro de trabajo y en lugar de buscar consolidar esas estructuras que puedan ser una verdadera base para transformar de fondo la Ciudad de México, prefieren cambiarlo todo pues tampoco quieren que la gente se salga del huacal.
Por esto, denunciamos que es necesario llegar a una solución que satisfaga tanto a usuarios de los distintos programas sociales que proveen del derecho a la cultura y aprendizaje continuo como a los estudiantes que evidentemente necesitan escuelas para estudiar pero no escuelas improvisadas con maestros sin contratos de base y que sólo sirvan para cumplir cuotas y marcar cifras.
Exigimos que las autoridades mantengan abiertos los PILARES que han sido cerrados y restituyan los talleres dentro de los FAROS que han sido cancelados; así mismo, que se provean de espacios dignos para las nuevas instituciones educativas sin pasar por sobre los derechos del pueblo.
Exigimos que las autoridades, si están tan interesadas en la reactivación económica, dejen de dar permisos a empresas que, contrariando a lo que dice Claudia Sheinbaum, no cumplen la ley como el caso de la plaza comercial Encuentro Oceanía la cual causó pérdidas para los vecinos por la creación de un socavón y la privatización de una parte de la calle Oriente 158. Si tanto interés hay en la inversión inmobiliaria en lugar de construir plazas comerciales se deben construir nuevas escuelas y no se quiten los espacios que ya existen y son utilizados por el pueblo.
Con esto lo único seguro es que el pueblo organizado de manera independiente es quien debe defender sus derechos y los programas sociales ya son derechos y como tales deben ser cumplidos sin mezquindades ni intereses partidistas pues sólo el pueblo que lucha y se organiza será quien termine verdaderamente de raíz con ese cochino neoliberalismo que se niega a irse de la Ciudad innovadora y de derechos.
Si eres usuario o talleristas de algún programa social te invitamos a unirte con nosotros a esta lucha pues sólo unidos y organizados lograremos defender lo que es nuestro.
¡Luchemos por educación, trabajo y una vida digna!