Análisis

Taboada y el cártel inmobiliario en la CDMX

En estos tiempos electorales, es crucial no dejarnos llevar por las propuestas neoliberales o pequeñas reformas que nos llevarán según dicen al Estado de Bienestar, sino enfocarnos en la lucha independiente del pueblo, buscando mejorar las condiciones de vida para todos y una parte importante de tal lucha pasa por el informarnos, analizar y desenmascarar a quienes con sus acciones y actos nos mantienen en la marginación y pobreza.

Es este el caso del llamado “Cartel inmobiliario de la Ciudad de México”, encabezado por Santiago Taboada (quien todavía tiene el descaro de presentarse como candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México), quien es un claro ejemplo de la corrupción inherente al sistema capitalista.

Y para nuestra sorpresa que al cierre de esta edición el Instituto Electoral de la Ciudad de México dio su voto a favor de la queja interpuesta por el PAN, en donde han pedido que se deslinde a Taboada con el cartel inmobiliario, argumentando que carece de pruebas jurídicas y administrativas para tener una relación directa entre el candidato y el cartel. Esto es la muestra del descaro, Taboada debe ser juzgado no sólo moralmente, sino jurídicamente, ladrón que junto a su partido han lucrado por el derecho a una vivienda digna.

Este cártel mafioso, conformado por grandes empresas inmobiliarias y magnates  monopolizan la tierra y la vivienda, inflando los precios, otorgando o denegando permisos  de construcción a contentillo (bueno no, a billetazos) han construido toda una red de corrupción que ha privado a millones de personas, las más pobres, al derecho humano de una casa digna, ya que el acceso a una vivienda es visto como una mercancía encareciendo las rentas y servicios en ciertas zonas de la ciudad, arrojando a miles de personas a las periferias, muchas veces a invadir zonas ecológicas.

Desde 2009, la capital ha sido testigo de un nefasto “boom” inmobiliario impulsado por la voracidad de la burguesía y la complicidad de los políticos principalmente de derecha, del Partido Acción Nacional (PAN). ¡Nosotros padecemos mientras los ricos disfrutan de sus lujos! Durante al menos doce años, la corrupción ha imperado en la construcción de inmuebles en la delegación Benito Juárez, con la complicidad de funcionarios públicos del PAN como, Luis Vizcaíno Carmona, ex director jurídico de la alcaldía, quien se embolsó 69 millones de pesos a través de fraudes, Mario Palacios ex delgado, Jorge Romero Herrera diputado panista) Christian Von Roehrich, prófugo de la ley, quienes a cambio de dar permisos para  la construcción de pisos extras (violando las normas más mínimas de seguridad civil) cobraban arriba de 150mil pesos, además en varias alcaldías, se ha especulado con el precio del suelo a costa del desplazamiento de la población trabajadora más pobre que tiene que emigrar a las periferias.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelan la realidad implacable, la falta de acceso a una vivienda digna, un derecho que es garantizado en resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas y que parecen papel muerto.

En nuestro país, 14 millones de familias carecen de medios para comprar o construir una vivienda, 5.8 millones de viviendas están rentadas con sobreprecios, en el mercado inmobiliario mexicano 5.8 millones de viviendas están rentadas, con precios sumamente altos para el trabajador promedio, de acuerdo a datos de un análisis de LAMUDI en la Ciudad de México en 9 de las 16 alcaldías las rentas están por encima de dos salarios mínimos mensuales.

Si consideramos que en México casi cuatro de cada 10 trabajadores ganan entre uno y dos salarios mínimos al día, eso significa que cerca de 20 millones de personas reciben entre 7,500 pesos y 15,000 pesos al mes, cantidad claramente insuficiente para siquiera costear la necesidad de vivienda.

Al revisar los datos de la página oficial del gobierno federal respecto a los precios de las viviendas, podemos notar que estos precios no hacen sino subir a un ritmo vertiginoso, por ejemplo el costo de la vivienda nueva se apreció en un 8.5% en el primer trimestre del 2022 y la vivienda usada subió un 7.1%.

Buen negocio para unos y miseria para la mayoría, pero por lo menos hay familias que pueden pagarse donde vivir, porque aún más alarmante es el hecho de que en la Ciudad de México más de 6 754 personas tengan que vivir en la calle, esta injusticia es resultado del neoliberalismo y el terrorismo de Estado que por décadas fue minando nuestros derechos, pero hoy sigue vigente porque el capitalismo privilegia a unos pocos a costa del sufrimiento del pueblo trabajador.

Esta corrupción beneficia sólo a unos pocos, mientras millones de trabajadores y sus familias luchan por encontrar viviendas dignas a precios accesibles, en el 2023 los precios de las rentas aumentaron un 13.63% con respecto al 2022.

Pero esta corrupción como ya vimos tiene nombres y apellidos, está corrupción es tolerada y difundida desde el mismo gobierno como lo demuestran los actos de Taboada y del PAN en la Benito Juárez. Algunos de sus secuaces (claro, los de menor rango) están siendo juzgados, pero Taboada o algunos otros pesos gordos siguen libres e incluso, se presentan como candidatos. A estos miserables que hoy piden tu voto ni siquiera les pasa por la mente que el tener una casa es un derecho humano para todos y no sólo para los que tienen los bolsillos llenos.

¡Basta ya de que las viviendas sean una mercancía! Es hora de luchar y organizarnos por una sociedad diferente, donde el derecho a una vivienda digna sea una realidad para todos, no un privilegio para unos pocos. ¡Unámonos en la lucha por una vivienda para el pueblo, no para el lucro de unos pocos capitalistas!

Te invitamos a que conozcas las propuestas que como organización tenemos para esta problemática en concreto, en nuestro programa mínimo de lucha, en el punto 8 exigimos garantizar la vida digna del pueblo, en los incisos D, E, F hablamos de recuperar todas las unidades habitacionales construidas por medio del despojo y la corrupción y convertirlas en vivienda de acceso gratuito para los trabajadores.

Juzgar y castigar a los empresarios que han provocado y se han beneficiado del despojo.

Cancelación de los mega proyectos inmobiliarios.

¡Únete a nuestras brigadas de agitación, por el derecho a la vivienda para todos, contra la explotación inmobiliaria y la gentrificación!

No permitamos que la codicia de unos pocos destruya nuestras vidas y nuestro futuro sólo a través de la organización permanente e independiente lograremos construir el socialismo y la democracia popular.

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