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Torre Mitikah: megaproyecto de despojo

68 pisos de neoliberalismo

Allá en el año 2008, el gobierno de Marcelo Ebrad Casaubón, entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal (hoy ilustre secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador) dio luz verde para iniciar un proyecto gigante: 68 pisos, 267.3 de altura y una superficie 4,799 metros cuadrados. Este proyecto llamado “Torre Mitikah: Ciudad viva” enclavado en la calle de Real de Mayorazgo, a unos pasos del metro Coyoacán, fue anunciado como un conjunto de viviendas que se ha ido modificando con los años.

Los permisos se fueron dando entre 2012 y 2016, reiniciando en este año de mano de la empresa fibra uno (funo). Como dato, fibra la primera en su clase, esto significa: Fideicomiso de Infraestructura y Bienes Raíces, es decir un instrumento financiero para infraestructura que tiene como fin el arrendamiento o la adquisición del derecho de recibir los ingresos provenientes de la renta de dichos bienes. Básicamente te cambian tierra por capital especulativo, pues esto se invierte en la Bolsa Mexicana de Valores (este modelo que se está usando para la construcción del Tren Maya).

A partir de 2016, la construcción no se ha detenido y, no sólo eso, desde 2020, en plena pandemia, se utilizó el pretexto de la necesidad de mantener a flote la economía (y ahora de la “reactivación económica”) para apresurar la construcción, cambiando en tan sólo dos años toda la arquitectura urbana de la zona, dando más y más permisos, permitiendo la destrucción de árboles dejando sin agua, además de encarecer cada vez más los servicios de toda la zona. Todo a cambio de una microscópica plaza de menos de 20 metros en medio de lo que era la calle Real de Mayorazgo. ¡Vaya medidas de mitigación!

En este sentido, el gobierno de Claudia Sheinbaum siguió con la lógica de despojo y gentrificación de los sexenios pasados. Se siguieron dando permisos, se siguió haciendo lo mismo que antes, pero ahora se quieren lavar las manos dando medidas de mitigación.

Así nos lo refiere el sr. Álvaro, representante tradicional del pueblo originario de Xoco, quien ya ha sufrido la represión por parte de las autoridades al ser detenido injustificadamente durante una asamblea.

Nos comenta que la Secretaría del Medio Ambiente realiza inspecciones todos los días, pero que más parece una inspección para que el proyecto avance que para frenar los abusos ambientales. Y no sólo eso, sino que en ocasiones han llegado con personas que luego se visten de trabajadores de la obra para impedir que los habitantes realicen sus actividades de denuncia.

Del mismo modo, las autoridades desconocen la firma de las Comisiones de Participación Comunitaria (Copaco), las cuales se negaron al proyecto que les quita la calle Real de Mayorazgo y la convierte en un paso a desnivel. Es decir, las autoridades reniegan de las propias instancias que supuestamente sirven para que el pueblo decida sobre lo que es suyo.

Aquí también mencionamos que el día que realizamos el recorrido junto con los compañeros organizados en la Asamblea Ciudadana del Pueblo de Xoco, estuvimos siendo grabados por una trabajadora de la empresa constructora, un sujeto de nombre Ignacio Chávez, cuñado del Mayordomo del Pueblo de Xoco  llegó a amenazar al compañero Álvaro de “meterlo a la cárcel”, además, trabajadores de la empresa de seguridad privada estuvieron rondado y todo esto mientras una patrulla pasaba lentamente frente a nosotros.

Esto parece no ser la primera vez pues los compañeros mencionan que la empresa insta a los trabajadores a que los agredan diciéndole a los vecinos “que lleven el pan a su boca”, cuando es la empresa la que vive de la explotación de sus trabajadores, quienes son tratados como bestias de carga pues frente a las protestas los pone como barrera humana.Mejor perder una vida que un ladrillo.

Todo esto mientras el pueblo originario de Xoco se ve cada vez más golpeado por el despojo: el predial en algunos casos ha subido de $3 mil a $59 mil; el aumento poblacional de 3 mil 500 a cerca de 60 mil personas; la Parroquia, que es un edificio histórico, se ha visto afectada por la construcción; el clima de la zona se volvió frío y húmedo, pues el monstruo de 267.3 metros de altura literalmente eclipsa el sol y evita el paso del aire sin mencionar la tala de decenas de árboles; el agua ya es prácticamente inexistente, pero eso sí, le construirán su propio pozo a Mitikah. ¡Vaya, qué buen servicio!

Los compañeros mencionan estar decepcionados de la actual administración, pues el cambio que se esperaba simplemente no llegó. Queda demostrado, una vez más, que los intereses económicos van primero antes que atender los intereses del pueblo trabajador.

Como bien mencionan los vecinos de Xoco, el problema no es únicamente Mitikah o el pueblo de Xoco, el mismo modelo se está repitiendo en Xochimilco, Magdalena Contreras, Santa Úrsula, las autoridades están aprobando proyectos a empresas a diestra y siniestra sin consultar a quienes resultarán afectados por las mismas.

En algunos casos, son proyectos que vienen de otros sexenios. En otros casos son propuestas que los empresarios le dieron al gobierno de Sheinbaum y ella aceptó. En ambos casos se usa como pretexto para continuar la mentada “reactivación económica” que, al final, únicamente beneficia a los grandes empresarios y no al pueblo trabajador.

Por estas razones, es necesario unirnos como vecinos de las colonias populares y habitantes de los pueblos y barrios originarios, pues todos somos víctimas del despojo neoliberal en los tiempos de la Cuarta Transformación. Todos somos testigos del uso faccioso que dan las autoridades a las leyes y que sus medidas de mitigación, para lavarle la cara a las empresas no son más que burlas. Es tiempo de luchar contra los megaproyectos de despojo neoliberal, contra el aumento del costo en los servicios, por mejorar realmente la calidad de vida del pueblo. Como dicen los compañeros de Xoco: primero nos conquistaron los españoles y ahora nos quieren conquistar las empresas. Así como, decimos nosotros, antes como ahora, el pueblo ha resistido y lo seguirá haciendo hasta vencer.

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