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Cargill: alimentos, granos y hambre

Las ganancias de la comida

El año pasado las familias mexicanas tuvimos que enfrentar una gran cantidad de aumentos en diversos productos sobre todo en granos y cereales, y si bien es cierto que al final del año, en el mes de octubre se firmó el acuerdo de Apertura Contra la Inflación y Carestía (Apecic) del cuál hablamos en  Fragua número 80 y donde se explica que es un acuerdo donde las empresas y distribuidores hacen un convenio con el gobierno para no subir los precios de la canasta básica, el gobierno a cambio ofrece beneficios a los empresarios, por ejemplo, los exime del pago del impuesto general al comercio exterior y de trámites de verificación que pueden dar entrada a alimentos de baja calidad.

Si bien es cierto que la canasta básica bajó de precio $901.60 al cierre de este número, la realidad a la que nos enfrentamos es que el dinero sigue sin alcanzarnos para una vida digna, mientras nosotros nos apretamos el cinturón más y más por el encarecimiento de la vida en el capitalismo, hay quienes ganan y ganan. Para muestra tenemos que las 10 multinacionales globales más grandes de comida y bebidas, ¡aumentaron sus ganancias en promedio 59.16%!

Empresas como Nestlé, Coca-Cola, PepsiCo, Unilever, Mondelēz, ADM, Bayer,  General Mills, Sysco Corporation y Danone son las empresas de bebidas y alimentos, en granos y procesados, más grandes a nivel mundial y que más ganaron.

Coca-Cola aumentó sus ganancias 14.3%, Pepsico 21.5%, General Mills 1.5%, Sysco Corporación 23.2%, ADM y Bayer 96% yCargill 542.4%.

Hablemos un poco de la multinacional que obtuvo las mayores ganancias. Cargill es un gigante agroindustrial, es decir se dedica a la producción e industrialización de productos agropecuarios, forestales y otros recursos naturales, cómo son soja, maíz, cacao, carne, pescado, aceite, productos químicos y productos digitales. Vende granos a China, endulzantes a Coca-Cola y carne a McDonald’s. También tiene transporte marítimo de carga y ofrece asesoría financiera a grandes firmas que comercializan con materias primas y pertenece a la cuarta familia más rica de Estados Unidos.

Mientras esta familia vive en cuanto de hadas, su fortuna se basa en la destrucción del medio ambiente, como el daño a los ecosistemas en Brasil por sus plantaciones de soja y demás practicas carentes de toda ética ambiental, pues no les importa el cambio climático y no realizan ninguna acción para su freno.

El aumento excesivo de ganancias de estás multinacionales tiene como resultado el contraste brutal con la realidad de millones de seres humanos que no pueden comprar comida o mueren por hambre.

Según datos del Programa Mundial de Alimentos se calcula que en 2022 enfrentaron inseguridad alimentaría aguda 345 millones de personas, 63 millones más que en 2021.

Estas cifras no se deben a la falta de alimentos, sino al aumento de sus precios, el año pasado el pretexto perfecto fue la guerra Rusia- Ucrania, ya que estás empresas especularon que habría falta de granos y cereales por lo que incrementaron los precios, sin embargo, en los hechos concretos ni siquiera hubo falta de granos.

Resulta lógico en el sistema capitalista que se den estas contradicciones, porque la comida no es producida para alimentarnos y sí para generar ganancias a las grandes empresas transnacionales.

En nuestro país no estamos exentos a los embates de estos mercaderes del hambre y la miseria pues importamos 78 por ciento de maíz amarillo, principalmente usado para el consumo de animales, razón por la cual suben los precios de la carne y el huevo. De oleaginosas (plantas de donde se extrae el aceite) se importan el 52%. Está es la razón por la que estamos a expensas de la especulación financiera es decir a los pretextos con los que la burguesía sube a su antojo los precios.

¿Cuál sería entonces la solución para que el pueblo tenga garantizada la comida a un precio justo?

La única solución real y verdadera sería tener soberanía alimentaria, que exista una democracia verdadera donde el pueblo no se subordine a los intereses de la burguesía transnacional, dónde la buena nutrición sea la prioridad y no los intereses económicos de un puñado de especuladores como Cargill, Maseca y Minsa quienes en realidad deciden al imponer sus precios quién come y quién no.

Como Organización de Lucha por la Emancipación Popular te invitamos a conocer la propuesta concreta que tenemos para esta problemática que es de vital importancia para las futuras generaciones.

El pueblo debe expropiar los grandes medios de producción asociados a los sectores estratégicos como lo son los relacionados a la producción de nuestros alimentos, debemos tener el control de los sectores estratégicos de la economía mexicana, es decir, debe expropiar la infraestructura (máquinas, edificios, herramientas de trabajo, materias primas, medios de transporte) y la tierra que se ha adueñado las empresas agroindustriales.

Es necesario establecer una política que garantice la soberanía alimentaria entendida como la producción de al menos el 75% de los productos básicos que se consumen en nuestro país, no basta con apoyar a los 30 millones de pequeños productores con los programas como sembrando vida, sino generar las cooperativas para industrializar el campo; generar las cooperativas de distribución del producto que eliminen a los intermediarios rapaces.

Sólo cuando se den estás condiciones se lograrán las condiciones reales de una verdadera democracia y de vivir en una sociedad socialista donde los empresarios no decidan quién come y quién no.

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