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Proyecto de nación: ¿A dónde va el segundo piso?

Lo sabemos, se vive el calor electoral, lo hemos abordado como línea editorial en Fragua, hemos hablado de las vueltas y venidas de ambos proyectos, de lo que representa la socialdemocracia vacilante de Morena y lo que es la derecha conservadora del Prian. Sin embargo, habrá que detenernos por un momento en el Proyecto de Nación 2024-2030 de la candidata de la colación Juntos Haremos Historia, veremos desde el análisis de clase sus postulados.

En primer lugar, diremos es un documento extenso, donde se contemplan diecisiete puntos de la política que ocupara esta denominada segunda etapa de la transformación, sin embargo, habremos de detenernos en algunos puntos en específico, aunque invitamos a nuestros lectores a que ellos mismos revisen el documento y cotejen lo que aquí decimos.

Antes de profundizar aclaremos su introducción, donde se especifica el proyecto que hoy nos presenta Morena. El cual esta fundado en sus principios, tales de honradez, compromiso con el pueblo con los más débiles y la convicción democrática. Bueno, de entrada, vemos que traen una pata de palo, ya lo hemos dicho y usted lo puede leer en Fragua 92, sus candidatos elegidos en el más “democrático” de los sentidos, no representan esos ideales, ¿se apegaran a lo esgrimido en este proyecto? Lo descubriremos. Ahora si a lo que truje chenca:

  1. Estado de bienestar y economía mixta

En este apartado de su programa, nos hacen ver lo que para ellos es la labor del Estado. Denominándolo de una manera algo distinta para decir: Estado de bienestar. Pues al final del día es la implicación de que el Estado es un ente por encima de las clases sociales, se encarga tanto de resguardar los intereses de la clase dominante, la burguesía, y de mantener una armonía – así lo señalan – entre los proletarios.

Sin embargo, se quiere hacer notar que el Estado tiene la labor estricta de estar con los pobres, es decir servir al pueblo, lejos de una idea tecnocrática – algo así como el ITAM – que sólo llena estadísticas aburridas que sólo ellos entienden; no, el Estado debe fungir como el que dé cobijo a los necesitados y procurar su máximo bienestar. 

Nos hablan de que se han ganado cosas, y claro, seriamos miopes políticos si negáramos que en este sexenio ha habido mejoras en las condiciones de vida del pueblo. Pero, también no podemos ser omisos a que la clase en el poder ha ganado más con este supuesto estado de Bienestar que procura primero a los pobres, pues como dijimos en el número 92, ¿cómo es posible que Slim haya aumentado un 52% de su riqueza en este sexenio? ¿Es posible armonizar 105 mil millones de dólares con el salario de un trabajador? Júzguelo usted mismo.

  • Soberanía energética

Ahora bien, nos hablan de que en esta segunda etapa harán lo que no se pudo. ¿No se pudo o fue su decisión que no se hiciese? Pues recordemos que incluso acaban de echar atrás la ley energética del “presi”, pero no fue por un acto autónomo del poder judicial.

Ellos renunciaron a movilizar al pueblo, a seguir queriendo armonizar con las grandes multinacionales, en darles el 46% de la producción. Sus propios congresistas fueron los que les han puesto el pie, ¿Qué pasará ahora con las fichitas que proponen? Eso significa no aprender de los errores.

Hoy argumentan sobre la necesidad de fortalecer los sectores estratégicos, pero cuando tuvieron la oportunidad les tembló la mano. Incluso hoy Iberdrola rompió sus predicciones en ventas anuales en 3 mil 637 millones de euros, ¿sirvió de algo su combate? No, las grandes elites monopólicas siguen acaparando el mercado y la industria. Aunque se habla del fortalecimiento de la CFE en su plan de mejoramiento de instalaciones el cual incluye la construcción de 12 plantas de ciclo combinado, una central solar y la modernización de 20 hidroeléctricas, con una inversión de 9,590 millones de dólares. Como resultado, este año la CFE pasará de producir 38 a 51% de la generación eléctrica.

  • Laboral

Parecemos discos rayados, pero debemos recalcar que el punto más olvidado fue la política laboral. Desde comienzos cuando se declaraba terminar con la subcontratación u outsorcing, dando el revés y mejor sólo regulándolo; haciendo notar que el bueno es el que paga impuestos, el malo el que se da bajo el agua.

Pero saldrán de sus cuevas a decirnos: ¡El salario aumento! Eso es cierto, no lo podemos negar. Del 2018 a 2024 el salario incremento un 110%, estando en 2018 con un ingreso mensual de $2,650 al día de hoy aproximadamente a los $7,468. Sin embargo, sería muy fácil por ello lanzar rosas a esa política, porque eso no ha significado garantías de derechos fundamentales o que sean respetados desde la Ley Federal del Trabajo, como la asignación de relaciones laborales y no camuflajeadas por contratos de “becarios, honorarios o servicios especializados”, donde se niegan las relaciones laborales, tanto desde el Estado como en los particulares.

Hoy ellos mismos reconocen que existen las simulaciones desde las empresas, las cuales por ahorrarse sus “gastos” no inscriben a sus trabajadores al servicio social, hoy en día según las cifras del IMSS, hay actualmente 22 millones 024 mil 386 puestos de trabajo, de una población económicamente activa de 61 millones de personas.

Sólo por último diremos, en el último año prefirieron ignorar la propuesta de jornada de 40 horas semanales, haciéndola ver como algo sin importancia. Todo esto por las presiones que ejercen las cámaras burguesas, vemos como incluso Slim pavonea a los cuatro vientos que debe subir la edad de jubilación, en su afán de conciliar terminan cediendo siempre al lado del verdugo, veremos cómo avanza este tema durante el sexenio.

  • Consideraciones finales

Podríamos abordar cada punto en extenso, pero decidimos señalar estos, pues consideramos de importancia sus ejes. Ahora bien, ¿qué hacer? Al leer el Programa vemos que se queda nuevamente en esa etapa de reformar y armonizar, no se toca en nada los intereses de las grandes cúpulas económicas del país, no quieren desatar el miedo burgués. Incluso ellos mismos están felices, ya sabrá usted el porqué.

Pero lejos del juego de la democracia burguesa, más allá del votar o no, debemos tener en consideración nuestras propias propuestas como pueblo, los proletarios hemos puesto nuestra vida por el país, merecemos más, merecemos un verdadero proyecto que abrace sus dolores, sus necesidades, sus anhelos. Ese proyecto es la democracia popular y el socialismo, y el programa de su victoria nosotros lo consideramos en el Programa Mínimo de Lucha, el cual hemos trabajado durante estos seis años, discutiéndolo con la gente en las brigadas, en las reuniones, el los círculos de estudio.

Algo de lo que proponemos es: Nacionalización de todas las empresas privatizadas durante el neoliberalismo; impuesto progresivo a la ganancia, quién más gane más impuestos pague; mejorar las condiciones de trabajadores y trabajadoras, con un salario que satisfaga las necesidades y topado actualmente a los $24,534 pesos mensuales, erradicar toda forma de simulación laboral; legalización del aborto, entre otros.

Hoy la etapa de profundizar la transformación no se agota en la urna, se da en las calles, con miles y miles de trabajadores, trabajadoras, proletarias y proletarios. Querido lector, lo llamamos abrazar nuestro proyecto y nuestras propuestas, ser el factor de cambio del país, por todos y todas, por la democracia popular y el socialismo.

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